El tabaquismo ha sido durante mucho tiempo una de las principales causas de muerte prematura. Afortunadamente, la terapia conductual basada en la evidencia (como el asesoramiento) y la medicación (como el chicle de nicotina) pueden ayudar a dejar de fumar.
El tabaquismo causa más de 480.000 muertes prematuras cada año [1], y 16 millones de estadounidenses padecen enfermedades graves inducidas por el tabaco, como diversos tipos de cáncer, enfisema, asma y enfermedades cardiovasculares [2].
En consecuencia, uno de los principales objetivos de la medicina preventiva es identificar y aplicar con éxito estrategias para ayudar a las personas a superar su adicción a la nicotina y la dependencia del cigarrillo que ésta conlleva.
Un ensayo clínico bien diseñado y publicado recientemente analizó la terapia combinada de vareniclina (Chantix) y un parche de nicotina (Habitrol, Nicoderm CQ) como método para dejar de fumar. El ensayo reveló que dicha terapia combinada no era mejor que la vareniclina sola y tampoco apoyó el uso de ese fármaco por más de tres meses.
El ensayo clínico aleatorio [3]
La revista Journal of the American Medical Association, en el número del 19 de octubre de 2021, incluyó un artículo en el que se describía un gran ensayo clínico aleatorizado y controlado con placebo que comparaba los cuatro tratamientos siguientes:
Se asignó al azar a un total de 1,251 sujetos, en un número aproximadamente igual (entre 311 y 315) a cada uno de los cuatro grupos. Además de las terapias farmacológicas descritas anteriormente, todos los sujetos recibieron consejeria para dejar de fumar centrada en el uso de la medicación, el apoyo, el ajuste y la motivación. El ensayo se llevó a cabo entre noviembre de 2017 y julio de 2019.
Al inicio del ensayo, los 1,251 sujetos fumaban al menos cinco cigarrillos al día, con un consumo medio de 16 cigarrillos al día. Algo más de la mitad de estos individuos eran mujeres y aproximadamente una cuarta parte eran negros. La edad media de los participantes era de 49 años, y en promedio tenían un historial de tabaquismo de 28 años. Es importante destacar que casi el 80% de los sujetos había utilizado previamente medicamentos para dejar de fumar.
Ni los sujetos ni los investigadores conocían el grupo al que se los había asignado, un procedimiento conocido como doble ciego, que pretende minimizar el potencial de sesgo. Este doble ciego fue posible gracias al uso de comprimidos y parches de placebo para los sujetos no asignados a un tratamiento activo.
El resultado primario fue la abstinencia de fumar, declarada por los propios sujetos, durante los siete días previos a que se cumpliera un año de la fecha en que dejaron de fumar. Para confirmar que había dejado de fumar se midieron los niveles de exhalación de monóxido de carbono (CO), esperando que fueran inferiores a 5 partes por millón (ppm), ya que niveles residuales más elevados de este gas tóxico son un marcador de tabaquismo reciente. Hay que tener en cuenta que, al principio del ensayo, el nivel medio de exhalación de CO en todos los sujetos era de 17 ppm.
No se observaron diferencias de grupo estadísticamente significativas en la abstinencia de fumar entre los cuatro grupos experimentales. En concreto, las tasas de abstinencia de siete días al finalizar el año del grupo de vareniclina durante tres meses frente al de seis meses fueron comparables (24,3% frente a 24,8%, respectivamente), al igual que las de vareniclina con y sin parche de nicotina (24,3% frente a 24,8%, respectivamente). Los investigadores concluyeron que sus resultados no apoyan el uso de la vareniclina de larga duración o de la vareniclina en combinación con un parche de nicotina como método para dejar de fumar.
Cabe señalar que, en raras ocasiones, el uso de la vareniclina se asocia a efectos adversos neuropsiquiátricos, entre los que se incluyen cambios en el estado de ánimo, depresión, manía, psicosis, alucinaciones, paranoia, delirios, agresividad, ansiedad y tendencias suicidas [4]. Su uso también se asocia habitualmente a náuseas, vómitos, sueños anormales, estreñimiento y flatulencia.
Además, el ensayo descrito anteriormente descubrió que la combinación de vareniclina y el parche de nicotina aumentaba significativamente la incidencia de erupciones cutáneas, picores o urticaria en comparación con la vareniclina sola. Estas reacciones alérgicas de la piel son efectos adversos conocidos de los parches de nicotina [5].
Lo que puede hacer
Si usted es fumador y está intentando dejar de fumar, evite el uso combinado de vareniclina y parches de nicotina como terapia. En general, sus intentos iniciales para dejar de fumar deben incluir la consejería sola o combinada con productos de sustitución de la nicotina (parches, chicles o pastillas), pero no se desanime si dejar de fumar le resulta difícil y esquivo.
Sólo utilice otros medicamentos, incluidos el bupropión (Zyban) y la vareniclina, después de repetidos intentos fallidos y bajo la continua y estrecha supervisión de un médico.
Referencias