Bajo la marca Kaftrio, se comercializa una combinación de tres moduladores de CFTR (regulador de la conductancia transmembrana de la fibrosis quística), o “caftores”, (ivacaftor, tezacaftor y elexacaftor) para tratar la fibrosis quística, un trastorno genético provocado por las mutaciones en el gen CFTR [1]. Se han notificado cefaleas desde que se empezó a evaluar esta terapia triple en ensayos clínicos.
En 2023, se publicaron los casos clínicos de tres niños con fibrosis quística que recibieron tratamiento con ivacaftor + tezacaftor + elexacaftor y que padecieron hipertensión intracraneal: dos niñas de 7 y 9 años y un niño de 9 años. Los primeros síntomas se presentaron de uno a seis meses después de empezar la terapia triple. En un caso, los trastornos consistieron en cefaleas y vómitos; en los otros dos casos, se presentó papiledema y visión borrosa, o estrabismo causado por la parálisis del sexto par craneal [2].
En dos casos, se interrumpió la terapia triple, se realizó una punción lumbar para reducir la presión intracraneal y se inició el tratamiento con acetazolamida. Los trastornos se resolvieron, exceptuando el de la parálisis del sexto par craneal en uno de los dos pacientes con trastornos oculares. En esos dos casos, las concentraciones séricas de vitamina A eran más altas de lo normal [2].
No se proporcionaron datos sobre la evolución del tercer caso descrito en esa publicación, pero se continuó la terapia triple en las mismas dosis, y la concentración plasmática de vitamina A estaba dentro de los valores normales [2].
Se han publicado varios informes, incluyendo dos en 2023 sobre dos niñas de 12 años tratadas con ivacaftor + tezacaftor + elexacaftor que padecieron papiledema e hipertensión intracraneal algunos meses después de que comenzara la exposición. En ambos casos, la concentración plasmática de vitamina A era elevada [3]. Otro caso fue el de una niña de 11 años que presentó cefalea y visión borrosa con desviación del ojo izquierdo ocho meses después de empezar el tratamiento. El papiledema y la medición de la presión con una punción lumbar confirmaron la presencia de hipertensión intracraneal, y se observó hipervitaminosis A. Se continuó el tratamiento con caftores. Después de tratar la hipertensión intracraneal e interrumpir los suplementos de vitamina A, las alteraciones visuales se resolvieron con lentitud. La hipertensión intracraneal no reapareció después de suspender los diuréticos [4].
Se sugiere que el mecanismo tras la aparición de la hipertensión intracraneal es la hipervitaminosis A. La fibrosis quística provoca esteatorrea con reducción de la absorción intestinal de vitaminas liposolubles. Por lo tanto, se proporciona suplementos vitamínicos a los pacientes, sobre todo con vitamina A. El tratamiento con caftores mejora la absorción de la vitamina A, lo que provoca un aumento de los niveles plasmáticos de esta vitamina. Además de la hipervitaminosis, no se puede descartar que los caftores produzcan un efecto directo, aunque, a comienzos de 2024, no se conocía ningún mecanismo que pudiera explicar tal efecto [1-5].
En la práctica, si un paciente tratado con caftores presenta cefalea, es importante considerar que puede tratarse de hipertensión intracraneal y de un exceso de vitamina A. Se deberían realizar mediciones constantes de las concentraciones plasmáticas de vitamina A, aunque no se ha establecido una frecuencia óptima para el monitoreo.
Referencias