El agonista/antagonista del receptor de opioides buprenorfina y el agonista del receptor de opioides metadona son útiles para tratar la dependencia de opioides [1]. Si una mujer en edad fértil toma uno de estos medicamentos como tratamiento de reemplazo de opioides, ¿cuáles son los riesgos en el desenlace del embarazo y para el feto?
Este es un fragmento de un artículo publicado en nuestra edición en francés, en el cual evaluamos los principales datos disponibles sin abordar las ventajas de este tratamiento para la madre.
Muchos de los datos que identificamos se enfocan en los efectos de estos tratamientos sobre el desenlace del embarazo y la incidencia del síndrome de abstinencia neonatal. Varios estudios y ensayos clínicos han comparado los riesgos de estos medicamentos, incluyendo: un estudio de gran tamaño en EE UU que comparó a aproximadamente 11.000 embarazadas expuestas a buprenorfina versus aproximadamente 5.000 expuestas a metadona; una revisión sistemática y metaanálisis de cuatro ensayos clínicos aleatorizados (alrededor de 370 embarazos expuestos); y diferentes estudios epidemiológicos, principalmente estudios de cohorte, que incluyeron aproximadamente 6.800 embarazos expuestos a buprenorfina o metadona [2-4].
En general, los resultados de estos estudios epidemiológicos solo aportaban un nivel modesto de evidencia debido a múltiples factores de confusión posibles, como las condiciones de vida, el uso simultáneo de psicotrópicos o de sustancias ilegales, los trastornos de la salud mental, y el ambiente familiar y personal de la mujer. No siempre se especificaron el momento y la duración de la exposición a buprenorfina o metadona, ni las dosis utilizadas. El poder estadístico de los ensayos clínicos aleatorizados es escaso ya que incluyeron a un número reducido de embarazadas [4].
Aparentemente, la buprenorfina afecta el desenlace del embarazo en menor medida que la metadona: al parecer, provoca menos partos prematuros y menos casos de bajo peso al nacer. La incidencia del síndrome de abstinencia neonatal fue más baja con la buprenorfina que con la metadona [4].
Se disponía de datos sobre la exposición durante el primer trimestre de 10.000 embarazadas expuestas a la buprenorfina y de 8.000 expuestas a la metadona. Estos datos indican un riesgo más bajo de malformaciones con la buprenorfina que con la metadona [4,5].
Se han hecho pocos estudios sobre los efectos a largo plazo de estos tratamientos, y solo aportan evidencia de baja calidad. Tras la exposición a la metadona en el útero, el trastorno de déficit de atención por hiperactividad parece ser más frecuente que en los niños que no fueron expuestos. Los datos de la buprenorfina son menos sólidos que los de la metadona [4].
En la práctica, en 2024, para tratar la dependencia de opioides en mujeres que están o que podrían quedar embarazadas, la buprenorfina parece ser una opción que expone al feto a menos riesgos que la metadona.
Referencias seleccionadas de la búsqueda bibliográfica de Prescrire