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Ensayos Clínicos y Ética

África, terreno de juego para los ensayos clínicos de Pfizer

(L’Afrique, terrain the jeu des essais cliniques de Pfizer)
Ariane Denoyel
Le Monde, 24 de abril de 2024
Traducido por Salud y Fármacos, publicado en Boletín Fármacos: Ensayos Clínicos 2024; 27(4)

Tags: virus respiratorio sincitial, VRS, vacunas VRS, vacuna VRS en embarazadas, bajo peso al nacer y vacunas, bronquilitis, doble estándar en investigación

¿Cómo podemos justificar la exposición de mujeres embarazadas y de sus bebés a un riesgo tan grave a cambio de un beneficio tan incierto? Desde que hace tres años la industria lanzó su ofensiva contra el virus respiratorio sincitial (VRS), la principal causa de bronquiolitis en los bebés, el Dr. Peter Selley pasa regularmente de la incredulidad a la indignación. El último episodio de esta ofensiva preocupa. Se trata del interés en hacer un ensayo clínico con una vacuna de Pfizer que se aplicaría a las madres, que cuenta con el apoyo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Fundación Bill y Melinda Gates, y que está previsto que comience a finales de este año.

Esta vacuna, Abrysvo, recibió la luz verde de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) en julio de 2023 para ser administrada durante el embarazo. El médico general inglés se enteró del proyecto africano cruzando fuentes: una mención en una conferencia, una línea en un informe de actividades… Se habla de un “estudio de impacto”: es una manera de designar a un ensayo clínico con un producto ya comercializado. El mercado global del VRS podría alcanzar los US$10.000 millones, según la agencia Bloomberg.

Dudas sobre la relación riesgo-beneficio. Desde que se jubiló, el médico de familia de Devon, que no tiene ningún conflicto de intereses, se ha convertido en un investigador médico independiente. Sus críticas a los formularios de consentimiento informado para un ensayo de Pfizer con Abrysvo se publicaron en el British Medical Journal: contraviniendo todo el conocimiento médico sobre el embarazo, los documentos afirmaban que el feto no corría ningún riesgo tras vacunar a la madre. “¡Es paradójico que un producto administrado a la madre durante el embarazo genere, a través de la placenta, inmunidad protectora en el niño durante su primer año! Sobre todo, porque la protección es mediocre y de corta duración. El fabricante no ha demostrado que aporte ningún beneficio en la mortalidad o en las hospitalizaciones por todas las infecciones respiratorias. La frenética comercialización de este tipo de productos podría perjudicar la aceptación de vacunas básicas que salvan vidas: esto me preocupa mucho”.

Peter Selley fue también el primero en demostrar que el gigante estadounidense Pfizer había ocultado un importante riesgo de prematuridad relacionado con esta nueva “vacuna para embarazadas”. “Para tomar una decisión informada, las futuras madres deben saber que la vacuna solo reduce el riesgo real de VSR para su hijo en un 0,5%, según el artículo de Beate Kampmann, publicado en el New England Journal of Medicine en abril de 2023, retoma el médico de cabecera. Pero las expone a que se doble su riesgo de parto prematuro y preeclampsia (hipertensión relacionada con el embarazo que puede amenazar sus vidas y las de los bebés). También deberíamos decirles que los niños prematuros tienen una tasa de mortalidad superior a la media a lo largo de su vida y son más frágiles. Deberíamos informarles de que un ensayo realizado por un laboratorio competidor, GSK, con una vacuna materna casi idéntica, tuvo que ser interrumpido a mitad de camino, precisamente debido a que se había duplicado el riesgo de prematuridad”.

La bronquiolitis, un problema de salud pública
La última información importante que hay que transmitirles es: la lactancia materna sola reduce a la mitad el riesgo del bebé de contraer el VRS, así como el riesgo de hospitalización a causa de este virus. Numerosos estudios lo han demostrado, incluido uno publicado en el British Medical Journal-Global Health en febrero de 2023. Un factor que el fabricante elimina por completo de los documentos oficiales y de las formas de consentimiento que los voluntarios deben firmar para confirmar su participación en el ensayo clínico.

Los ensayos anteriores se realizaron en ocho países, incluyendo en Sudáfrica, donde los resultados mostraron que producía una mayor tasa de prematuridad y su efectividad era débil. “La ética exigiría que antes de lanzar otro ensayo en este país, la firma realice una investigación para determinar las causas de estos aumentos de riesgo”, continúa Peter Selley. Pero, estas precauciones básicas no se tomarán. Los experimentos avanzarán con el apoyo de la Fundación Gates, que desde 2022 ha aportado más de US$128 millones a esta causa, específicamente para “avanzar” en la vacunación materna contra el VRS en países de ingresos bajos y medianos. Pensamos que antes de hacerlo se debería haber garantizado su seguridad”, pero la máquina ya se ha puesto en marcha.

Hicimos preguntas a la Fundación Gates, que no respondió. Pfizer acusó recibo de una de nuestras solicitudes de entrevista, pero no ha dado más señales. Sin embargo, el riesgo de prematuridad y preeclampsia aparece en las instrucciones estadounidenses para Abrysvo, un documento escrito por las empresas que está aprobado por la FDA. GSK, por su parte, nos remitió a los artículos científicos publicados. Incluso teniendo formación científica, entender todos los datos sobre los beneficios esperados y los riesgos incurridos no es fácil; para las personas sin acceso a educación formal, esto se convierte en un verdadero desafío. La empresa Pfizer parece haber anticipado esta hipótesis, como leemos en el “protocolo” de 434 páginas (las instrucciones del ensayo) publicado en abril de 2023 en el New England Journal of Medicine. Leemos, página 42: “Si los participantes son analfabetos, se debe obtener el consentimiento colocando una huella digital y (el formulario) será firmado y fechado por un testigo imparcial presente durante todo el proceso de obtención del consentimiento, confirmando que el participante ha sido informado de todos los aspectos relevantes del estudio”.

Cuando se le preguntó sobre las preocupaciones que esto podría generar, la doctora Margaret Harris, portavoz de la OMS, se limitó a asegurar que “los participantes recibirán toda la información necesaria (sobre todos los ensayos de la vacuna contra el VRS para mujeres embarazadas) para que puedan tomar su decisión”.

El profesor Louis Bont, especialista en enfermedades infecciosas pediátricas de la Universidad de Utrecht (Países Bajos), coordinador de la fundación internacional RSV Resvinet (financiada por la industria), dice que participó en conversaciones informales con la Fundación Gates sobre el protocolo del estudio de impacto, que él aprueba. La “señal” (en la jerga médica) sobre la prematuridad no justifica, en su opinión, que se deba esperar, porque cree que si se vacunara a la mayoría de las mujeres embarazadas se salvarían vidas en todos los países. El profesor Bont nos dijo que personalmente no había recibido ninguna financiación, pero señaló que su hospital ha recibido más de €100.000 euros de AstraZeneca, Sanofi, Pfizer y la Fundación Gates.

Estas posturas suscitan incomprensión en algunos ginecólogos, como la bruselense Ingrid Theunissen, quién declara tener vínculos con los laboratorios Boiron y BLife: “Durante décadas, informados por el desastre de la talidomida (nota del editor: un sedante que se utilizaba para prevenir las náuseas y se comercializó en los años 1950 y 1960, que resultó ser teratogénico y provocó graves malformaciones en decenas de miles de bebés), los médicos han estado recetando lo menos posible a las mujeres embarazadas. Hoy estamos en una especie de carrera para medicarlas y vacunarlas cada vez más. Esto me sorprende. ¿Qué evidencia científica respalda esto?”

Precaución científica e imperativos comerciales
Defendiendo la urgencia de proteger a la población contra el VRS, Pfizer ya se ha beneficiado de procedimientos de aprobación acelerada, subraya el Dr. Selley: “Las autoridades sanitarias se contentaron con algunos estudios en animales, en ratas y conejos, y aceptaron que no se hicieran ensayos de Fase I, que son los que permiten establecer la tolerancia y la presencia de efectos adversos en mujeres embarazadas voluntarias sanas”. En cuanto a la emergencia, es más percibida que real, y se debe sobre todo a campañas masivas de “información”, financiadas por empresas, sobre la supuesta peligrosidad del virus. “En la gran mayoría de los casos es benigno y, cuando evoluciona a bronquiolitis, logramos tratar a los niños con mucho éxito”, confirma Peter Selley. Si el VRS se presenta ahora como una causa creciente de mortalidad en los países pobres, es por una especie de efecto óptico, gracias a la continua disminución de la mortalidad infantil por todas las causas en esos países. Una tendencia que sólo podemos acoger con satisfacción».

El profesor Cyril Schweitzer, miembro de la junta directiva de la Sociedad Francesa de Pediatría que trabaja en el Hospital Universitario de Nancy, cree que la bronquiolitis constituye una amenaza para la salud pública en todas partes: “Desde hace veinticinco años, cada invierno, los bebés que padecen bronquiolitis saturan nuestra capacidad de hospitalización. Todas las herramientas para luchar contra el VSR son bienvenidas. Cada uno debe recopilar información para escoger entre ellas”. Este punto de vista genera una pregunta: ¿cuánto pesa la destrucción masiva de nuestra capacidad hospitalaria en las decisiones de salud pública? Al preguntarle sobre sus conflictos de interés, el profesor Schweitzer menciona varias colaboraciones, entre ellas con Sanofi y AstraZeneca, sin especificar los importes. En transparence.sante.gouv.fr, oscilan entre unas pocas decenas y casi €7.000, pero no están todas.

Si Pfizer quiere trabajar más duro, quizás se deba en parte al éxito de Beyfortus, el anticuerpo monoclonal anti-VRS comercializado por Sanofi y AstraZeneca desde septiembre de 2023. “Una inyección preventiva que parece eficaz, pero que ‘No deberíamos ofrecer a todos los bebés unos días después del nacimiento”, afirma Peter Selley. Sobre todo, porque sólo se probó en bebés con una edad media de dos meses y medio. Incluso la Agencia Europea de Medicamentos, que generalmente es muy complaciente con la industria, ha destacado la falta de datos de seguridad de Beyfortus. Una vez más, se debe tener precaución, pero los imperativos comerciales dictan su regulación. La industria y los reguladores nos han acostumbrado a esto, y lamento que mis colegas no reaccionen o parezcan tener miedo de abrir el debate”.

creado el 21 de Noviembre de 2024