Health Care Law Today ha publicado una serie de documentos que exploran el desarrollo y litigios de los anticuerpos conjugados (ADC) en el mercado biofarmacéutico actual. A continuación, hacemos un resumen.
Los ADC son productos innovadores que se utilizan en quimioterapia. Combinan un anticuerpo con un fármaco oncológico, permitiendo un suministro más preciso del tratamiento en el lugar específico del cáncer. Desde que se aprobó el primer ADC en 2000, ha ido aumentando la confianza en su eficacia, y hay más de 140 nuevos ADC en desarrollo clínico. La expansión de esta tecnología implica considerar acuerdos y licencias para terapias con anticuerpos y ADC, desafíos de patentes y propiedad intelectual, ensayos clínicos, regulaciones de la FDA y otros litigios [1].
El desarrollo de ADC enfrenta varios desafíos, como la baja selectividad tumoral, la liberación prematura del fármaco en el torrente sanguíneo y la resistencia tumoral a la carga útil, lo que afecta la eficacia y la seguridad de los ADC en comparación con los agentes citotóxicos no conjugados. La guía de la FDA, emitida en marzo de 2024, proporciona indicaciones sobre estrategias de dosificación, farmacología clínica, evaluación del intervalo QTc, inmunogenicidad e interacciones fármaco-fármaco [2].
La patentabilidad de los ADC depende de la capacidad de los solicitantes para demostrar que la combinación de sus componentes no es obvia y que produce resultados que no se esperaban cuando se utilizaba una técnica más antigua. Se sugiere que, para superar rechazos por obviedad, es fundamental identificar problemas de toxicidad conocidos, asociados con el componente tóxico del ADC y demostrar que el anticuerpo por sí solo es ineficaz para la indicación reclamada. Además, se menciona que los resultados inesperados también pueden ser una estrategia efectiva para obtener la cobertura de patente en el ámbito de los ADC [3].
Se reflexiona sobre la patente US 8.337.856, la cual se refiere a un inmunoconjugado específico. A pesar de que el anticuerpo y el conjugado eran conocidos, las reivindicaciones del inmunoconjugado Herceptin-maitansinoide fueron consideradas válidas porque se presentó evidencia de que el anticuerpo sólo podría haber resultado en niveles inaceptables de toxicidad, lo que desalentaba su uso. El tribunal determinó que los resultados superiores obtenidos en comparación con la técnica anterior más cercana, que era el anticuerpo, justificaban la no obviedad de la patente [3].
Las principales conclusiones sobre la patentabilidad de los anticuerpos conjugados a fármacos (ADC) se centran en varios aspectos clave que deben considerarse al desarrollar estrategias para obtener cobertura de patente.
En primer lugar, es fundamental evaluar si el uso de alguno de los componentes del ADC podría ser desaconsejado debido a su potencial de causar daño. Además, se debe considerar si la carga útil seleccionada podría interferir con las propiedades del anticuerpo, lo que podría resultar en problemas como agregación o cambios en modificaciones postraduccionales [3].
Otro punto importante es la revisión del uso previo de los componentes del ADC en tratamientos similares, ya que la falta de motivación para su uso puede afectar la patentabilidad. Asimismo, la existencia de evidencia objetiva que demuestre resultados inesperados, como una eficacia o tolerabilidad superior en comparación con los componentes individuales, puede ser un factor decisivo [3].
La química del ligador también juega un papel crucial en la patentabilidad de los ADC ya que también puede influir en la eficacia y tolerabilidad al regular la liberación de la carga tóxica [3].
El sector de la oncología se ha convertido en el más dinámico dentro de la biofarmacia, atrayendo inversiones significativas en fusiones y adquisiciones. En 2023, el mercado de ADC alcanzó un valor de US$9.700 millones, con proyecciones de crecimiento a US$19.800 millones para 2028. Más de 60 empresas biofarmacéuticas están activamente involucradas en el desarrollo de ADC, con al menos 100 medicamentos en ensayos clínicos [4].
Este entorno de innovación ha propiciado un aumento en los acuerdos relacionados con ADC, con 76 acuerdos concretados en 2023 y una tendencia que se mantiene en 2024. La naturaleza de la tecnología a licenciar es un aspecto crucial en el desarrollo de fármacos ADC. Se debe determinar si la tecnología es de plataforma, aplicable a varios fármacos, o específica para uno o más candidatos.
La designación de medicamento huérfano puede ofrecer ventajas significativas, como incentivos fiscales y exclusividad en el mercado, lo que puede ser atractivo para las empresas farmacéuticas.
La exclusividad y la libertad de operar son aspectos esenciales en la valoración de la tecnología licenciada. La protección mediante una sólida cartera de patentes es fundamental, dado el extenso tiempo y capital requeridos para el desarrollo de ADC. Además, la relación comercial existente entre las partes puede influir positivamente en la valoración de nuevos acuerdos, reduciendo el riesgo asociado.
Finalmente, los precios de mercado de los ADC son un factor que puede aumentar la valoración de los acuerdos. La existencia de múltiples productos aprobados por la FDA establece un precedente para la fijación de precios, aunque la complejidad de la fabricación y el desarrollo de ADC fallidos deben ser considerados en este proceso. [4]
El crecimiento en el mercado de los ADC conducirá a un aumento en litigios relacionados con patentes, dado que la protección de propiedad intelectual es crucial para la comercialización de estos productos. Las disputas pueden surgir por infracciones de patentes entre competidores que desarrollan productos similares, así como por el uso de sistemas de ligandos (linkers) en ADC. Además, las asociaciones entre empresas durante la investigación y desarrollo pueden dar lugar a conflictos sobre la propiedad intelectual, lo que podría resultar en litigios si no se establecen acuerdos claros [5].
El aumento de litigios también podría generar mayor interés en las revisiones inter partes ante la Patent Trial and Appeal Board (PTAB), especialmente en el contexto de las patentes de ADC. A medida que el uso de ADC se expanda, también es probable que surjan demandas por responsabilidad del producto debido a efectos secundarios inesperados. Asimismo, los ADC podrían verse involucrados en litigios relacionados con la negociación de precios de medicamentos por parte de Medicare, especialmente bajo la Ley de Reducción de la Inflación, que permite a Medicare negociar precios con las compañías farmacéuticas. Dado que es poco probable que los ADC tengan equivalentes biosimilares, su inclusión en estas negociaciones podría generar futuras disputas legales [5].
Referencias