South Centre, 18 de mayo de 2020
https://www.southcentre.int/wp-content/uploads/2020/05/WHA-73-Statement-SC-REV1-SPA.pdf
Estamos hoy ante una catástrofe sanitaria, económica y social de carácter mundial, la más grave en los últimos cien años. La resolución que aprueba esta Asamblea Mundial de la Salud sobre COVID 19, tendría que haber sido más ambiciosa para estar a la altura de la crisis que vive el mundo. La respuesta a un desafío excepcional debe ser excepcional. La pandemia del COVID 19 nos obliga a reflexionar si muchos sistemas de salud y la propia OMS estaban preparados para afrontar esta crisis.
El mensaje del Centro Sur puede resumirse en los siguientes cuatro puntos principales:
1. Todos los medicamentos, diagnósticos, vacunas y productos sanitarios, existentes o futuros, relacionados con la actual pandemia, deberían ser considerados* bienes públicos globales, *como claramente lo expresó el Secretario General de las Naciones Unidas el pasado 24 de abril. Es la única manera en que esos productos estén disponibles para todos, en todas partes y al mismo tiempo.
2. La innovación farmacéutica tiene que estar estructuralmente vinculada al acceso. Es necesario re-pensar el modelo de investigación y desarrollo basado en la salud antes que en intereses comerciales apoyados en patentes y otros derechos de propiedad intelectual. Un nuevo modelo debe diseñarse bajo los auspicios de la OMS e instrumentarse mediante mecanismos ya previstos en la Estrategia mundial y Plan de Acción sobre Salud Pública,Innovación y Propiedad Intelectual.
3. La actual crisis sanitaria es una oportunidad para que los países miembros de la OMS re-inventen la Organizacion, haciendo de ella una agencia internacional pública más fuerte e independiente, con capacidad para gestionar y coordinar las acciones globales en materia de salud, en tiempos normales y de crisis como la actual. Resulta urgente dotar a la OMS de instrumentos de aplicación de sus resoluciones conforme a su Constitución, incluyendo el artículo 19.
4. Es necesaria más solidaridad con los países más desfavorecidos ante la pandemia, sin olvidar los objetivos de la Agenda 2030, que incluyen la cobertura universal de salud. No se debe dejar a nadie atrás.