Salud y Fármacos, 16 de julio de 2020
En un artículo publicado en Nature [1] se resumen las diferentes iniciativas de investigadores latinoamericanos para tratar de encontrar una vacuna contra el Covid-19. Gustavo Cabral de Miranda, un inmunólogo de la Universidad de Sao Paulo (Brasil), y otros científicos latinoamericanos quieren estar en posición de poder ofrecer una alternativa por si las vacunas que las compañías están testando fracasan, o por si el nacionalismo de las vacunas deja a América Latina sin suministros. María Elena Bottazi, una microbióloga hondureña que trabaja en la Facultad de Medicina de la Universidad de Baylor en Houston, está desarrollando una vacuna que quiere distribuir en América Latina, porque “Somos los únicos que podemos resolver el problema, nadie nos rescatará” dice. Fernando Lobos, director de la empresa productora de vacunas Sinergium Biotech, ubicada en Buenos Aires, dijo que no hay nadie que pueda abastecer los miles de millones de dosis de vacuna que se requieren para vacunar a todo el mundo.
El Dr. Cabral acaba de pasar cinco años en Europa aprendiendo las tecnologías que se utilizan para producir vacunas, y tiene experiencia con las vacunas contra el virus del chikungunya y contra el estreptococo piógenes. Ahora está adaptado estas tecnologías para producir una vacuna contra el Covid-19. En su laboratorio están utilizando una tecnología parecida a la que se ha utilizado en la vacuna de la hepatitis B y en las vacunas contra el papiloma humano. Piensan que podrán producir una vacuna segura y efectiva, a gran escala, para abastecer a Brasil y a los países colindantes.
Cabral cree que sus esfuerzos y los de Luciana Leite, quién trabaja en el Instituto Butantan de Sao Paulo y está experimentando con una vacuna innovadora, deberían convencer al gobierno brasileño de la necesidad de invertir más en la investigación científica, y así evitar la fuga de cerebros.
Laura Palomares, una biotecnóloga de la Universidad Nacional Autónoma de México en Cuernavaca dice que muchos ignoran que México solía producir vacunas y fue autosuficiente durante unas cuatro décadas, hasta que a finales de 1990s, el gobierno desmanteló los institutos públicos que producían vacunas y los reemplazó con la empresa pública Birmex. Ahora, México solo produce las vacunas contra la influenza y contra la hepatitis B. Si la vacuna en que está trabajando funciona, podría llegar a un acuerdo con Birmex para abastecer el mercado nacional. Ella comenta que quizás esto sirva para incentivar la producción de otras vacunas que forman parte del programa nacional de inmunizaciones.
También hay latinoamericanos que establecen acuerdos con grupos extranjeros. Por ejemplo, José Manuel Aguilar, del Instituto Tecnológico de Monterrey y sus colegas se han aliado con una empresa canadiense que podría producir suficientes vacunas, de las que ya están testando en animales, para hacer los ensayos clínicos en humanos.
Chile, en los 1960s, desarrolló la vacuna que ha controlado la rabia en la región, pero luego perdió su capacidad de producción y ahora importa todas las vacunas. Sin embargo, sigue habiendo algún investigador, como Alexis Kalergis, un inmunólogo de la Universidad Católica Pontificia de Santiago, quién ha desarrollado un candidato a vacuna que podría proteger a los neonatos del virus sincitial respiratorio, y está desarrollando otra, que dice es promisoria, contra el Covid 19. Para su producción, el Dr. Kargelis tendrá que establecer acuerdos con laboratorios extranjeros y aunque le gustaría abastecer a todos los que la necesiten, priorizará a los residentes en la región.
Mirko Zimic, es un biofísico que trabaja en la Universidad Cayetano Heredia en Lima (Perú) y ha trabajado en vacunas para pollos y cerdos. Cuando surgió el Covid en China se asoció con una empresa de medicina veterinaria, FARVET, ubicada en Lima, y les propuso trabajar en una vacuna para humanos. Hasta ahora, han producido una vacuna y van a probarla en ratas, pero duda de que si es exitosa puedan hacer pruebas en monos, que sería el paso siguiente. Zimic teme que la interferencia política impida que FARVET reciba la autorización para producir vacunas para humanos. Como en el caso de Brasil, Zimic dice que si desarrollaran la vacuna contra el covid 19, tal vez lograrían que el país invirtiera más en investigación científica. Su sueño es que Perú y otros países de la región puedan producir vacunas.
Referencia
- Rodríguez Mega E. Latin American scientists join the coronavirus vaccine race: ‘No one’s coming to rescue us’. Nature, 2020; 582, 470-471 doi: 10.1038/d41586-020-01756-0 https://www.nature.com/articles/d41586-020-01756-0