ECONOMÍA Y ACCESO
Precios
MSF. Medicamentos para la tuberculosis resistente: bajo el microscopio. Fuentes y precios de fármacos para tratar la TB drogorresistente. 2ª Edición, Noviembre de 2012, 48 páginas
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La tuberculosis (TB) es una enfermedad curable, pero sigue acabando con la vida de casi 1,4 millones de personas en el mundo cada año, y es la principal causa de muerte entre las personas que viven con el VIH/sida. En 2011, se contabilizaron 400.000 casos de TB multirresistente a los medicamentos (MDR-TB) entre pacientes con TB confirmada; la MDR-TB es una forma de TB que no responde a por lo menos dos de los principales medicamentos utilizados para tratar la enfermedad. Cerca de un 10% de todos los casos de MDR son en realidad casos de TB extremadamente resistente a los medicamentos (XDR-TB), lo que significa que son también resistentes a dos de los medicamentos clave utilizados como parte de los regímenes de segunda línea.
La respuesta a esta epidemia es, a todas luces, insuficiente. Un 94% de pacientes en riesgo de contraer la MDR-TB (los previamente tratados) no tienen acceso a pruebas capaces de diagnosticar esta forma de tuberculosis, y solo un 19% de personas con MDR-TB han tenido acceso a tratamiento en 2011.
El resultado es que el alcance total de la carga que supone esta enfermedad se desconoce y por tanto no todos los casos existentes reciben tratamiento. El Servicio Mundial de Medicamentos – el mecanismo internacional de adquisición de diagnósticos y medicamentos para la TB – adquirió tratamientos para la DR-TB para menos de 20.000 personas en 2011.
Dadas las alarmantes perspectivas, es imprescindible que la DR-TB sea considerada una emergencia de salud pública y que se dé una respuesta adecuada por parte de todos los actores, incluidos los gobiernos, la Organización Mundial de la Salud (OMS), el sector privado, financiadores, organizaciones de la sociedad civil y comunidades afectadas.
Tratar la DR-TB es complejo: los pacientes deben tomar la medicación durante dos años, y los regímenes de tratamiento deben adaptarse a cada caso individualmente, dado que varía en función de qué medicamentos resultan efectivos para combatir la infección de cada persona. Los efectos secundarios son severos y pueden crear incapacidades, hasta el punto de que los programas deben dedicar considerables recursos a asesorar sobre la adherencia, a manejar esos efectos adversos y a prestar apoyo psicológico.
A la hora de implementar el programa como tal, las inversiones necesarias son también considerables: se requieren recursos tanto humanos como en materia de formación, inversión en infraestructuras de laboratorio para diagnosticar la infección y monitoreo del tratamiento, y hay que asegurar medidas de control de la infección.
Estos retos, aunque importantes, van más allá del alcance de este informe. El objetivo de este documento es centrarse en algunos factores que obstaculizan la ampliación del tratamiento de la DR-TB: la limitada disponibilidad y el elevado coste de medicamentos de calidad para cepas resistentes de la enfermedad a causa de un mercado inseguro y a una demanda insuficiente, y las cuestiones en materia de investigación todavía sin respuesta con los medicamentos existentes.
Ahora que, después de medio siglo, van a salir finalmente a la luz nuevos compuestos para la TB, este informe quiere ofrecer además una valoración de los enfoques necesarios para transformar de forma radical nuestra capacidad de responder a esta plaga