Una organización internacional sin ánimo de lucro para fomentar el acceso y el uso adecuado de medicamentos entre la población hispano-parlante

Conducta de la Industria

El año pasado Gilead evitó pagar casi US$1.000 millones de impuestos (Gilead avoided nearly US$10 billion in taxes last year thanks to tax dodges)
Ed Silverman
STATnews, 13 de julio de 2016
https://www.statnews.com/pharmalot/2016/07/13/gilead-hepatitis-c-taxes/
Traducido por Salud y Fármacos

Gracias a un par de tratamientos de la hepatitis C caros, Gilead Sciences se ha convertido en uno de los mayores fabricantes de medicamentos del mundo. Desde 2013, los ingresos se han triplicado llegando a más de US$32.000 millones y las ganancias crecieron seis veces, superando los US$18.000 millones. Pero más allá de la comercialización exitosa de medicamentos que salvan vidas, la empresa se ha destacado en otra manera – el uso de lagunas para evitar el pago de miles de millones de dólares en impuestos.

Mediante la transferencia de ciertos activos claves a Irlanda, Gilead ha podido beneficiarse de las leyes fiscales que permitieron que algunas ventas en EE UU se transfieran al extranjero en donde pagan una tasa de impuestos significativamente menor. Esos beneficios en el extranjero, por su parte, llegaron a US$28.500 millones, y Gilead evitó pagar US$ 9.700 millones en impuestos en EE UU el año pasado, según un nuevo informe publicado el miércoles por Americans for Tax Fairness (ATF), una organización de defensa de los consumidores.

Para colmo de males, el grupo señaló que no sólo los altos costos de los medicamentos para la hepatitis C estresaron los programas de salud del gobierno, sino también los medicamentos se han desarrollado, en parte, con dinero de los contribuyentes de EE UU. La organización, que ha reprendido a Pfizer por similares tácticas, argumenta que el Congreso debería cerrar el vacío legal para evitar evasiones similares de impuestos y proporcionar a los contribuyentes un mejor retorno.

De hecho, el informe llega en medio de un debate en curso sobre las empresas estadounidenses que explotan lagunas para evitar el pago de impuestos. Las compañías farmacéuticas, en particular, han sido identificadas por intentar adquirir o fusionarse con otras que están incorporadas en el extranjero para poder disfrutar sus inferiores tasas de impuestos. El Departamento del Tesoro de EE UU ha publicado recientemente nuevas reglas para impedir este tipo de acuerdos, conocidos como inversiones de impuestos, lo que impidió que Pfizer adquiriera Allergan.

La última crítica también llega al tiempo que Gilead es severamente criticada por su política de precios.

En 2013, la compañía comercializó Sovaldi, su primer tratamiento de la hepatitis C. El fármaco cuenta con una tasa de curación muy alta y, por lo tanto, reduce considerablemente los costos de los servicios de salud. Pero el precio de lista es de US$84.000 para el régimen de 12 semanas – y de US$ 94,500 para una versión nueva denominada Harvoni – lo que ha alarmado a los seguros privados y públicos, algunos de los cuales han limitado la cobertura.

Estos precios provocaron una investigación del Comité de Finanzas del Senado de EE UU, que concluyó que para la empresa las ganancias eran más importantes que los pacientes. Los precios de Gilead también jugaron un papel “significativo” en el aumento del 12,2% en el gasto de medicamentos en EE UU en 2014, según un estudio publicado en Health Affairs. Y un estudio reciente de la OMS llegó a la conclusión de que los fármacos de Gilead se mantienen fuera del alcance en muchos países pobres.

Mientras tanto, sucedió algo curioso. Gilead informó que el 65% de sus ganancias tributaban en EE UU pero el porcentaje de sus beneficios antes de impuestos en EE UU había bajado a 37%. Visto de otro modo, la ATF ha explicado que Gilead sólo obtenía alrededor de un tercio de sus ganancias en los EE UU – donde las ventas de sus tratamientos para la hepatitis C se han disparado.

La ATF mantiene que Gilead transfirió los beneficios al extranjero para evitar los impuestos y presentó algunos datos para apoyar su análisis. Uno, en particular, consistió en transferir a una filial irlandesa los derechos económicos de una patente clave de EE UU para Sovaldi. Esto habría permitido a Gilead crear un acuerdo de licencia que permitió al fabricante de medicamentos reportar menos ganancias en EE UU y pagar menos impuestos.

Hace tres años, un ejecutivo de Gilead dijo a los analistas que la patente había sido domiciliada en Irlanda, lo que permitiría “a lo largo de los años una reducción” de impuestos en EE UU”. Como ha señalado la ATF, la tasa efectiva de impuestos de Gilead en todo el mundo se redujo un 40%, llegando a 16,4% el año pasado de un 27,3% en 2013.

“Gilead sobresale en la evasión de impuestos y la manipulación de los precios”, dijo el representante Lloyd Doggett, demócrata de Texas, en un comunicado. “Siendo un exportador importante de patentes de medicamentos y de beneficios a Irlanda, se niega a que los estadounidenses paguen los precios mucho más bajos que pagan los irlandeses. En lugar de innovar, se ha gastado los recursos en comprar sus propias acciones (buyback) para beneficio de sus ejecutivos y accionistas. La fórmula de Gilead para el éxito: subir precios, aumentar las ganancias, incrementar la evasión fiscal. No necesitamos investigar para saber la eficacia de un fármaco: un medicamento que no es accesible es siempre el 100% ineficaz

Una portavoz de Gilead no quiso hacer comentarios.

La ATF también citó un problema más grande – el código de impuestos de EE UU. La organización señala que los EE UU graba los beneficios que las empresas estadounidenses obtienen en todo el mundo, pero los impuestos no se cobran mientras los beneficios permanecen fuera de EE UU. Esta es la razón por la que Gilead dice que sus beneficios extranjeros, se reinvierten permanentemente e indefinidamente en el extranjero.

Por esta razón, un experto fiscal considera que si bien el informe de la ATF puede resaltar correctamente las tácticas fiscales que usa Gilead, no lo puede responsabilizar por usarlas.

“Yo no esperaría que este informe tuviera mucho impacto. Aunque explica muy bien lo que sucede con los problemas de la legislación y de la contabilidad de la ley fiscal que ya han sido identificados antes, dice Rober Willens, un consejero independiente de impuestos que sigue las estrategias fiscales corporativas.

“El verdadero culpable aquí es el sistema de impuestos de EE UU, que fomenta este tipo de conducta, y las reglas de contabilidad de EE UU, que permiten a una empresa en esta situación evitar la acumulación de impuestos diferidos”, dijo. “La compañía parece estar usando estas reglas a su favor, por lo cual no se la puede culpar, al menos es lo que yo pienso.”

creado el 7 de Diciembre de 2016