El gusto juega un papel crítico en el sentido general de bienestar y calidad de vida de las personas [1]. Las alteraciones del gusto pueden afectar negativamente el apetito y la ingesta de alimentos, lo que ocasiona deshidratación, pérdida de peso y desnutrición, y perjudica significativamente la calidad de vida y el estado de ánimo [2].

Con frecuencia, los medicamentos pueden alterar el gusto [3]. Más de 200 medicamentos, incluyendo muchos de los que se usan comúnmente, pueden causar trastornos del gusto (consulte el cuadro para ver ejemplos) [4- 6]. En una encuesta a más de 1.100 adultos que viven independientemente en el hogar se indagó sobre los efectos orales de los medicamentos, y un tercio de los participantes informaron pérdida o alteración del gusto inducida por los medicamentos [7]. Estos efectos pueden hacer que los pacientes dejen de tomar medicamentos necesarios de venta con receta.

Es importante destacar que, cuando se están desarrollando nuevos fármacos, sus efectos sobre el sabor rara vez se evalúan en estudios de toxicología en animales [8]. Además, entre los expertos en toxicología, el conocimiento sobre cómo estudiar dichos efectos adversos es muy limitado [9].

En algunos casos, los efectos adversos de los medicamentos sobre el sabor son de larga duración y no se resuelven rápidamente tras la suspensión del medicamento [10]. Al saber qué medicamentos pueden causar trastornos del gusto, los pacientes pueden estar alertas ante los síntomas de estos efectos adversos y consultar a sus médicos antes de que sufran graves consecuencias adversas para la salud.

Tipos de trastornos del gusto
El tipo más común de trastorno del gusto inducido por medicamentos es la disgeusia, una condición en la que cuando comen los pacientes tienen las sensaciones de sabor distorsionadas [11]. Los pacientes con disgeusia pueden experimentar un sabor metálico o sensaciones excesivamente dulces, amargas o saladas. Parageusia, un subtipo de disgeusia, es la sensación de un sabor a comida sucia o dañada mientras se come [12].

Otro tipo de alteración del gusto inducida por el fármaco es la pérdida total de una o más de las cuatro sensaciones básicas del gusto: sal, dulce, amargo y agrio, una condición conocida como ageusia [13].

Cómo los medicamentos pueden afectar el gusto.
Muchos medicamentos contienen ingredientes activos que tienen un sabor amargo desagradable. En algunos casos, después de que un medicamento de este tipo se ingiere y se absorbe en el estómago o en los intestinos, el ingrediente activo se transfiere de la sangre a la saliva en cantidades suficientes para provocar un sabor amargo [14]. Con el uso prolongado, otros medicamentos de sabor amargo pueden acumularse en las papilas gustativas a niveles lo suficientemente altos como para provocar un sabor amargo [15].

Otros medicamentos pueden provocar una sensación metálica desagradable al activar receptores químicos específicos en la boca [16].

Finalmente, muchos otros medicamentos que no inducen gustos desagradables por si mismos causan alteraciones del gusto, como la disgeusia, al interrumpir la función normal de las papilas gustativas de la lengua o de los nervios que transmiten las señales gustativas de las papilas gustativas al cerebro [17].

Ejemplos de medicamentos orales que se han relacionado con trastornos del gusto †

Lo que puedes hacer
Siempre pregúntele a su médico acerca de los efectos adversos antes de comenzar cualquier medicamento nuevo. Si un medicamento tiene el potencial de causar trastornos del gusto, esté alerta a los cambios en su sensación de gusto. Si experimenta cambios en el sabor que afectan significativamente su apetito, la ingesta de alimentos, la calidad de vida o el estado de ánimo, hable con su médico acerca de reducir su dosis o comenzar a tomar otro medicamento para su afección que no cause alteraciones en el gusto.

Es muy importante que no deje de tomar ningún medicamento recetado sin consultar primero con su médico. Muchos de los medicamentos que figuran en el cuadro tratan afecciones graves e incluso mortales. Detener el tratamiento sin la supervisión de un médico puede ser muy peligroso.