Los sistemas de salud que no contratan a un farmacéutico oncológico podrían hacerlo a expensas de su impacto. Los resultados de un estudio observacional, prospectivo, muestran que un farmacéutico oncológico contratado a tiempo completo no solo mejora la atención al paciente, sino que también se asocia con dramáticos ahorros.

Según los datos presentados en la reunión anual de 2019 de la Asociación de Farmacia en Hematología / Oncología, la verificación de las prescripciones de quimioterapia oral por parte de un farmacéutico clínico en una sola institución ahorró US$40.000 en un período de tres meses. La dispensación por la farmacia especializada de la institución también aumentó del 31% al 51% durante ese mismo periodo.

“Tenemos mucho más control sobre la quimioterapia intravenosa que con la terapéutica oral, cuando todos deberían ser tratados por igual”, dijo la Dra. Gustafson. “¿Por qué permitimos que los farmacéuticos no especializados en oncología procesen estos pedidos cuando triplicamos el control del resto de cosas? Es un doble estándar extraño”.

Para reducir los errores en la prescripción de la quimioterapia oral, mejorar la monitorización del paciente y la detección de interacciones farmacológicas, los farmacéuticos oncológicos del Sistema de Salud de Saint Luke comenzaron a revisar los pedidos de determinados oncolíticos orales de alto riesgo antes de que fueran transmitidos a las farmacias especializadas. Entre agosto y noviembre de 2018, la Dra. Gustafson y sus colegas iniciaron un estudio observacional prospectivo para evaluar el ahorro asociado con la verificación por parte de un farmacéutico clínico de las prescripciones de quimioterapia oral. Los investigadores incluyeron a todos los pacientes de 18 años y mayores a los que se les prescribió uno de los ocho oncolíticos orales predeterminados en el análisis (abiraterona, capecitabina, dabrafenib, dasatinib, ibrutinib, imatinib, temozolomida, trametinib).

De las 162 recetas revisadas por los investigadores durante el período de estudio, 115 requirieron intervención adicional. En base de estas intervenciones durante el período de tres meses, los investigadores calcularon que se habían ahorrado más de US$40.000.

“Como los farmacéuticos oncológicos pueden revisar las notas de los médicos y ver la lista completa de medicamentos, pudimos corregir las recetas antes de que llegaran a la farmacia especializada y reducir posibles futuros errores”, dijo la Dra. Gustafson, quien señaló que tras implementar la verificación de los tratamientos oncolíticos orales también aumentó significativamente el número de productos que se surtieron internamente, del 31% en 2017 al 51% en 2018.

“Los farmacéuticos oncólogos actúan como el primer nodo en el proceso”, agregó la Dra. Gustafson, “para que podamos redirigir las recetas a nuestra farmacia especializada si no estuvieran yendo allí y aumentar masivamente nuestra captura de las recetas de quimioterapia oral”.

Además, los autores informaron que la tasa de aceptación de sus recomendaciones superó el 99% durante el período de estudio. En base a estos resultados, dijo la Dra. Gustafson, el Sistema de Salud de Saint Luke está buscando que el farmacéutico clínico verifique todos los oncolíticos orales. “Esperamos contratar a otro farmacéutico de tiempo completo. Actualmente estamos trabajando con ocho agentes oncolíticos orales, pero el objetivo es incluir a todos y hacer que un farmacéutico en oncología verifique cada receta de quimioterapia oral antes de que llegue a la farmacia especializada”.