Olaratumab es un anticuerpo monoclonal y un antagonista del receptor alfa del factor de crecimiento derivado de plaquetas (PDGFR-alfa), que se expresa en particular en la superficie de las células tumorales. A mediados de 2019, la Comisión Europea retiró el permiso de comercialización de olaratumab (Lartruvo°, que no se llegó a comercializar en Francia) para el tratamiento del sarcoma de tejidos blandos [1]. La compañía farmacéutica, Lilly, anunció la retirada a nivel mundial de este fármaco [2]. A principios de 2019, las agencias reguladoras de medicamentos de Europa y EE UU, la EMA y la FDA, informaron sobre los resultados de la reevaluación del balance riesgo-beneficio de olaratumab, y recomendaron que no se iniciara el tratamiento con este fármaco en ningún paciente nuevo [3, 4].
En la Unión Europea, este fármaco recibió un permiso de comercialización condicional en 2016, con base en los resultados de un único ensayo de fase II, es decir, un ensayo exploratorio. Dicho ensayo fue diseñado para generar hipótesis para realizar pruebas posteriores en ensayos de fase III de más tamaño y generar un mayor nivel de evidencia [3, 5, 6].
El Comité de Transparencia de la Autoridad Nacional de Salud de Francia adoptó en 2018 una postura prudente, y emitió una opinión desfavorable sobre el reembolso de Lartruvo por parte del sistema nacional de seguro de salud. El Comité consideró que los datos procedentes del ensayo de fase II eran insuficientes para evaluar el efecto de olaratumab en combinación con doxorrubicina, un fármaco citotóxico que pertenece a la clase de las antraciclinas, y también tuvo en cuenta la disponibilidad de otras opciones terapéuticas. Identificó numerosos sesgos metodológicos, criticó la medida de impacto principal que se había elegido (que no fue la supervivencia general), destacó el pequeño número de participantes en este ensayo de fase II (133 pacientes) y observó el exceso de efectos adversos graves en el grupo de doxorrubicina + olaratumab en comparación con el grupo de doxorrubicina en monoterapia (a) [5].
La decisión de la Unión Europea de retirar el permiso de comercialización se basó en los resultados preliminares del ensayo clínico de fase III, “Announce”, que se realizó en el contexto de que el permiso de comercialización era condicional. En este ensayo, en el que el criterio de valoración principal fue la supervivencia general, la adición de olaratumab a doxorrubicina no prolongó la supervivencia en comparación con doxorrubicina en monoterapia. Las reacciones de hipersensibilidad y los trastornos cardíacos fueron más frecuentes en el grupo de olaratumab + doxorrubicina en comparación con el grupo de doxorrubicina en monoterapia [1, 3].
Desde 2016, en la Unión Europea, unos 1.000 pacientes han estado expuestos a este fármaco ineficaz y a sus efectos adversos graves, provocando un gasto estimado en 450 millones de euros durante el período que estuvo comercializado el fármaco, un poco más de 2 años, una suma que podría haberse utilizado mejor [1, 3, 7].
Este ejemplo muestra una vez más que los pacientes están en riesgo cuando se concede una autorización de comercialización a partir de un único ensayo, más aún cuando es débil, con un criterio de valoración cuestionable y para una indicación clínica donde hay otras opciones terapéuticas disponibles.
A la luz de los datos de la evaluación de olaratumab y la opinión del Comité de Transparencia Francés, sobre la baja probabilidad de su reembolso por el sistema nacional del seguro de salud, Prescrire ha decidido no realizar su propio análisis.
Referencias seleccionadas de la búsqueda bibliográfica de Prescrire