Freno a la farmacéutica multinacional
Fundación GEP presentó una nueva oposición contra otra solicitud de patente que la farmacéutica Gilead pretende obtener en Argentina sobre remdesivir, el primer medicamento aprobado a nivel mundial para tratar a personas con COVID-19. Si el INPI da curso a esta oposición y rechaza la patente, Argentina dará un paso más para garantizar el acceso a este medicamento, ya que podría producirse localmente y así abaratar su precio.
Buenos Aires, 29 de junio de 2020. Fundación GEP presentó una nueva oposición contra otra solicitud de patente que la farmacéutica Gilead pretende en Argentina sobre remdesivir: el primer medicamento aprobado a nivel mundial para tratar a personas con Covid-19. Mientras todavía se desarrollan los ensayos clínicos en el mundo, remdesivir cuenta con aprobación de la FDA para uso de emergencia y la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) dio el visto bueno para avanzar con la aprobación de su comercialización.
En Argentina, Gilead presentó al menos cinco solicitudes de patentes en el Instituto Nacional de Propiedad Industrial (INPI), con las que pretende monopolizar la producción y comercialización de este medicamento. Los derechos exclusivos que otorgan las patentes permitirían a la empresa fijar precios excesivamente altos, tal como lo ha hecho con otros productos como el sofosbuvir, por ejemplo, una medicina que permite curar la Hepatitis C.
El ejecutivo de Gilead, Andrew Dickinson, calculó que el precio de mercado del tratamiento con remdesivir podría alcanzar los 30.000 dólares para que la empresa logre rentabilidad, un parámetro que la industria farmacéutica utiliza habitualmente para fijar el precio de los medicamentos.
Sin embargo, un estudio de la Universidad de Liverpool demostró que el costo de producción de remdesivir es de 10 dólares el tratamiento para una persona, lo que pone en evidencia el abuso que la empresa pretende hacer aprovechando el estado de necesidad que genera el COVID-19 en todos los países del mundo.
Las patentes permiten que las empresas fijen a sus productos precios altísimos, totalmente desvinculados de su costo de producción. Sobran los ejemplos que demuestran cómo los precios se vuelven más asequibles cuando la producción se diversifica y existe competencia de precios en el mercado. En el caso particular de remdesivir, por ejemplo, hace menos de un mes, Gilead firmó acuerdos de licencias voluntarias con empresas productoras de India y Pakistán, dos de las cuales ya estiman que el precio de venta de las versiones genéricas de esta droga será de entre 390 y 780 dólares por tratamiento de diez días.
“Mediante el acuerdo de licencias voluntarias, Gilead cede la tecnología para la fabricación genérica de remdesivir pero controla a qué países pueden venderse estas versiones más asequibles. Deliberadamente deja a muchos afuera, entre ellos la mayoría de los países de Sudamérica. En los países excluidos de la licencia, la empresa claramente planifica sacar el mayor provecho comercial de remdesivir. Entre ellos está Argentina, donde debemos prestar especial atención a las solicitudes de patentes que ha presentado como parte de esta estrategia”, advirtió Lorena Di Giano, Directora Ejecutiva de Fundación GEP.
A través de la presentación de las oposiciones a las patentes o llamados de atención, Fundación GEP está planteando la necesidad de hacer una exhaustiva revisión del contenido de las solicitudes de patentes que hizo Gilead en Argentina. “Hemos accedido al texto de las solicitudes y hemos podido constatar que no cumplen con los requisitos de patentabilidad vigentes en Argentina, y deben ser rechazadas por el INPI”, indicó Di Giano.
“La información que presentamos a la Oficina de Patentes prueba que las solicitudes de Gilead sobre remdesivir no cumplen con los requisitos legales de novedad, de actividad inventiva ni de aplicación industrial. Reivindican métodos de tratamiento, sales farmacéuticas y composiciones que no son nuevas, que son obvias e intentan reivindicar combinaciones de principios activos ya conocidos. Además, adolecen de la suficiencia descriptiva que requiere la ley nacional de patentes”, ejemplificó Di Giano.
Gilead es una de las 20 corporaciones farmacéuticas transnacionales más grandes del mundo, que tiene un margen de ganancias superior al 50% e ingresos reportados por más de 22 billones de dólares. Está conformada por una sociedad de varios fondos de inversión, entre los que se destacan The Vanguard Group, Capital Research & Management y BlackRock, uno de los acreedores de la deuda externa argentina.
“La vida como valor supremo es algo que nadie discute pero ¿qué pasa cuando una farmacéutica multinacional es dueña absoluta del tratamiento que salva la vida? A los fondos especulativos de inversión, que son los mayores accionistas de las grandes farmacéuticas multinacionales, no les interesa salvar vidas; lo que le interesa es la rentabilidad y, en todo caso, que los países se vean obligados a pagar precios extorsivos para así obtener ganancias astronómicas. La pandemia del COVID-19 ha puesto en evidencia el error fatal que ha sido mercantilizar la salud y considerar a los medicamentos como mercancías en lugar de bienes sociales. A lo mejor, esta será la oportunidad para transformar el sistema y liberar las tecnologías médicas del mercado” reflexionó José María Di Bello, presidente de Fundación GEP.
Evitar las prácticas de evergreening o perpetuidad de las patentes, debe ser una prioridad para las políticas públicas. En este sentido, las Guías de Patentabilidad vigentes en Argentina son un instrumento fundamental para evitar la extensión de monopolios sobre medicamentos. Sin embargo, se hace necesario cada vez más y, particularmente en el contexto de la Pandemia del COVID-19, la coordinación de las políticas del INPI con las que adopta el Ministerio de Salud de la Nación.
Priorizar el examen de aquellas solicitudes de patentes (potenciales monopolios) que las empresas pretenden obtener sobre medicamentos de relevancia sanitaria es un asunto urgente que lxs decisores políticxs deben atender. La demora en la resolución que obligue a rechazar las patentes que no cumplen con los requisitos legales se convierte en una barrera que impide el ingreso de medicamentos genéricos más asequibles al mercado local.
El INPI argentino debe examinar de forma urgente las solicitudes de patentes presentadas por Gilead sobre remdesivir y rechazarlas. La ausencia de monopolios sobre este medicamento, u otros que prueben ser efectivos para tratar el COVID-19, garantizarán la producción local y el acceso universal a versiones genéricas asequibles para todas las personas que lo necesiten.