Puntos claves para recordar
Consideraciones prácticas para la prescripción de AINEs
Antes de prescribir un AINE oral, es importante explorar otras opciones, incluyendo los cambios en el estilo de vida (p. ej., ejercicio y dieta), la analgesia alternativa (p. ej., paracetamol) y los AINEs tópicos. Si lo apropiado para un paciente es un AINE oral, se debe recomendar que el paciente lo consuma solo cuando sea necesario, por el menor tiempo posible y a la dosis efectiva más baja.
Es apropiado ofrecer un IBP a la mayoría de los pacientes a quiénes se les receta un AINE no selectivo para uso frecuente. Parece que prescribir un inhibidor de la COX-2 y un IBP acarrea el riesgo más bajo de complicaciones gastrointestinales, pero esta suposición se basa en datos de solo dos estudios con un total de 673 pacientes, que lo compararon con los AINEs no selectivos más IBP o con inhibidores de la COX-2 solos, y la reducción del riesgo absoluto de úlceras sintomáticas o complicaciones de la úlcera fue baja. Además, para algunas personas (ej, pacientes con enfermedad cardiovascular), los inhibidores de COX-2 podrían no ser apropiados.
Debe tenerse en cuenta que el uso a largo plazo de IBP se asocia con problemas que incluyen: la infección por Clostridium difficile en pacientes hospitalizados, las fracturas óseas, la hipomagnesemia y la deficiencia de vitamina B12. Aunque estos eventos son relativamente raros y cuando se usan AINEs durante un periodo largo de tiempo se considera apropiado utilizar protección gastrointestinal con IBP, es importante conversar con los pacientes sobre los riesgos y beneficios de los AINEs y los IBP.
Conclusión
Se sabe que los AINEs causan efectos adversos de tipo gastrointestinal importantes, que incluyen perforaciones, úlceras y hemorragias. La adición de un IBP parece ser una estrategia de protección gastrointestinal más efectiva que el uso de antagonistas de los receptores H2 o misoprostol. Existe cierta evidencia de que un inhibidor de COX-2 más un IBP ofrece una mayor protección contra las complicaciones gastrointestinales graves, que un AINE no selectivo más un IBP o un inhibidor de COX-2 solo. Sin embargo, los inhibidores de COX-2 y algunos AINEs no selectivos se asocian con un riesgo ligeramente mayor de problemas cardiovasculares, como ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares. Como pueden tener un riesgo trombótico menor que los inhibidores selectivos de la COX-2, algunos pacientes pueden considerar el naproxeno más un IBP, o dosis bajas de ibuprofeno más un IBP. Sin embargo, el uso a largo plazo de IBP también se asocia con una gama de efectos adversos. Los profesionales de la salud deben analizar cuidadosamente los posibles beneficios y daños asociados con los AINEs y los IBP para ayudar a los pacientes a decidir la estrategia más adecuada.
Información para pacientes
Los medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (a menudo denominados AINEs) como el ibuprofeno, el diclofenaco y el celecoxib se usan para ayudar a controlar afecciones dolorosas como la artritis, el dolor de espalda y el dolor de cabeza. Aunque los AINEs pueden ayudar a reducir el dolor, no son adecuados para todos y pueden causar efectos secundarios. En particular, pueden dañar el estómago y provocar problemas como indigestión, úlceras estomacales e incluso hemorragias internas. Estos efectos nocivos ocurren con mayor frecuencia en personas que toman altas dosis de un AINE durante mucho tiempo. Otras personas que tienen más probabilidades de tener problemas estomacales a causa de los AINEs son los pacientes de edad avanzada y aquellos que tienen otros problemas de salud.
Si necesita tomar un AINE con regularidad, debe preguntarle a su médico si tiene un alto riesgo de sufrir un efecto secundario. Su médico podría ofrecerle otro medicamento (llamado inhibidor de la bomba de protones, como lansoprazol u omeprazol) para tomar con los AINEs, lo que le ayudará a proteger su estómago y reducirá el riesgo de un efecto secundario grave.