La gabapentina (Neurontin, Horizant, Gralise) es un fármaco gabapentinoide que está aprobado para tratar las convulsiones focales (parciales), la neuralgia posherpética (dolor a largo plazo que se presenta como una complicación tardía del herpes zoster, también llamado culebrilla) y el síndrome de piernas inquietas [1 -3]. El Public Citizen’s Health Research Group designa a este medicamento como de uso limitado para las convulsiones focales (parciales) y la neuralgia posherpética, y recomienda que no se use para otras afecciones, incluyendo el síndrome de piernas inquietas [4].
La gabapentina se prescribe con frecuencia para usos que la FDA no ha aprobado (los llamados usos fuera de etiqueta o de indicación), especialmente para el dolor crónico. Un ensayo clínico publicado recientemente destaca las razones por las que se debe evitar el uso fuera de etiqueta, al que nos oponemos.
Estudio sobre el tratamiento del dolor pélvico
El 26 de septiembre de 2020, el Lancet publicó un estudio sobre el uso de la gabapentina para tratar el dolor pélvico crónico de las mujeres [5]. Se ha considerado a la gabapentina como posible tratamiento del dolor pélvico por su “eficacia percibida” en el tratamiento de otros tipos de dolor crónico.
Investigaciones previas descubrieron que el dolor pélvico no cíclico (no relacionado con la dismenorrea [dolor de la menstruación] o la dispareunia [dolor relacionado con las relaciones sexuales]), el dolor pélvico crónico o intermitente, se presentó en el 15% de las mujeres que residen en EE UU y en el 24% de las que residen en el Reino Unido [6]
En el estudio publicado en el Lancet, los investigadores del Reino Unido inscribieron a 306 mujeres que habían experimentado dolor pélvico (con o sin dismenorrea o dispareunia) durante un mínimo de tres meses y las asignaron al azar para recibir cápsulas de gabapentina oral o un placebo una vez al día (153 en cada grupo). Las mujeres que solo tenían dolor pélvico relacionado con la dismenorrea (cíclico) fueron excluidas del estudio. La dosis inicial de gabapentina fue una cápsula de 300 miligramos (mg) una vez al día. Durante las primeras cuatro semanas, la dosis diaria se incrementó en una cápsula cada tres días hasta que la mujer percibió un alivio adecuado del dolor o informó efectos secundarios inaceptables, hasta llegar a un máximo de nueve cápsulas (2.700 mg). Se les dio seguimiento durante 16 semanas a partir de la dosis inicial de tratamiento.
Es importante destacar que las mujeres incluidas en los grupos que recibieron gabapentina y placebo estaban bien equilibrados al inicio del estudio (antes de comenzar con gabapentina o placebo) con respecto a, entre otras cosas, las siguientes características: edad, etnia, nivel de educación, índice de masa corporal (una medida de la grasa corporal total según el peso y la altura), proporción que experimenta dismenorrea, puntuaciones en las medidas estandarizadas de ansiedad y depresión, y el uso de hormonas sexuales y otros medicamentos analgésicos, incluyendo los opioides.
En este estudio se midieron dos resultados principales, informados directamente por las participantes: puntaje promedio de dolor y puntaje máximo de dolor. Ambos resultados se evaluaron mediante una escala de 10 puntos en la que “0” indicaba “sin dolor” y “10” indicaba “el peor dolor imaginable”. Al inicio del estudio, las puntuaciones medias de dolor fueron de 5,5 para ambos grupos y las puntuaciones máximas de dolor fueron un promedio de 8,4 para el grupo tratado con gabapentina y 8,6 para el grupo placebo. Al final del período de tratamiento de 16 semanas, los puntajes promedio de dolor y los puntajes máximos de dolor habían disminuido alrededor de un punto, en promedio, en los grupos gabapentina y placebo, sin diferencias estadísticamente significativas en los grados de disminución entre los dos grupos.
Los efectos adversos fueron más frecuentes entre las mujeres del grupo tratado con gabapentina que entre las del grupo placebo. En particular los mareos (54% versus 28%), la somnolencia (52% versus 29%) y las alteraciones visuales (22% versus 11%) fueron significativamente más frecuentes entre las mujeres del grupo gabapentina que entre las del grupo placebo, respectivamente. Además, los eventos adversos clasificados como “graves” también fueron significativamente más probables entre las mujeres del grupo que recibió la gabapentina (7% versus 2%).
Los investigadores del estudio publicado en Lancet compararon sus hallazgos de efectos adversos con los de investigaciones anteriores que evaluaron a la gabapentina para el dolor crónico y confirmaron sus observaciones. En particular, los ensayos clínicos aleatorizados que testaron a la gabapentina como tratamiento para la neuralgia posherpética y el dolor por neuropatía diabética (daño neuronal relacionado con la diabetes) mostraron que el fármaco también causaba aumentos significativos en la somnolencia y los mareos, en comparación con un placebo. Además, señalaron que el uso de gabapentina se asocia con un mayor riesgo de comportamiento suicida y abuso de sustancias.
Los resultados generales llevaron a los investigadores del estudio publicado en el Lancet a “concluir con seguridad que la gabapentina no es eficaz para el dolor pélvico crónico de las mujeres” y que “no se requieren más investigaciones” sobre este tratamiento. Esta sólida conclusión se colocó en el contexto de las investigaciones previas sobre el tratamiento con gabapentina para el dolor pélvico crónico, que incluyeron solo dos ensayos clínicos aleatorizados. Los dos ensayos previos eran pequeños y uno fue de etiqueta abierta (sin cegamiento) y comparó a la gabapentina con un antidepresivo en lugar de un placebo. Por lo tanto, estos ensayos anteriores no estaban tan bien diseñados, ni eran tan informativos como el nuevo estudio publicado en el Lancet.
Lo que usted puede hacer
Si es una mujer que sufre de dolor pélvico crónico, no utilice gabapentina para tratar ese problema de salud. En su lugar, pruebe las terapias físicas y los enfoques psicoterapéuticos y, según sea necesario, los analgésicos alternativos.
Referencias