No hay dudas de que la biotecnológica alemana BioNTech se ha convertido en una gran empresa farmacéutica a partir del éxito que ha tenido su vacuna contra el covid-19, Comirnaty, fruto de un desarrollo conjunto con Pfizer. Sobre este tema Kevin Dunleavy escribibió una noticia publicada por Fierce Pharma [1] que resumimos a continuación.
En 2020 BioNTech era una pequeña compañía biotecnológica alemana, que había declarado ganancias por €482 millones (€270 millones procedentes de las vetas de la vacuna covid). En 2021 el beneficio neto de la empresa fue de €10.300 millones, mientras que el valor de sus ventas totales se multiplicó por 38 respecto al año anterior, alcanzando los €19.000 millones, de los cuales €18.800 millones corresponden a Comirnaty.
En 2021 BioNTech y Pfizer distribuyeron 2.600 millones de dosis de Comirnaty por todo el mundo, y ya han firmado contratos para entregar 2.400 millones de dosis en 2022. Sin embargo, no se espera que las ganancias continúen aumentando este año. Según Jens Holstein, director financiero de BioNTech, los ingresos en 2022 serán menores, porque, aunque la cantidad de dosis sea superior a la de 2021, se destinarán a países de ingresos bajos y medios (PIBM), a precios inferiores, en ocasiones cercanos al costo de producción. La empresa espera recibir entre €13.000 millones y €17.000 millones por las ventas de la vacuna en 2022.
BioNTech utilizará una parte de estas ganancias para aumentar la inversión en I+D, centrándose en oncología y enfermedades infecciosas. El director ejecutivo Uğur Şahin, aseguró que su objetivo es desarrollar vacunas de ARNm contra otras enfermedades infecciosas que tienen un gran impacto en la salud mundial, para esto, la empresa invertirá entre €1.400 millones y €1.500 millones en I+D este año, lo que representan un 50% más respecto a 2021.
Sin embargo, BioNTech también recomprará acciones propias por US$1.500 millones en los próximos dos años. Una práctica cuestionable que las empresas farmacéuticas suelen priorizar por sobre la inversión en I+D. De esta manera consiguen aumentar la cotización de sus acciones, retribuyendo a sus accionistas y a los ejecutivos de la propia empresa, que suelen tener salarios que se fijan sobre el valor de las acciones.
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