La revista Nature [1] se ha enterado de que las indagaciones realizadas por la Universidad Estatal de Ohio (Ohio State University -OSU) en torno a los trabajos realizados en el laboratorio de la superestrella en investigación oncológica, el doctor Carlo Croce, acabaron requiriendo investigaciones formales, y dos de ellas identificaron múltiples casos de mala conducta en investigación.
En concreto, las investigaciones hallaron pruebas de plagio y de falsificación de datos por parte de científicos que trabajaban bajo las órdenes de Croce, Michela Garofalo y Flavia Pichiorri, que ya han dejado la universidad.
Se descubrió que Pichiorri había falsificado datos de investigación nueve veces en tres informes, y el comité de investigación de la universidad encontró 11 casos en que Garofalo había plagiado y falsificado imágenes en ocho informes.
Ambos investigadores han defendido su trabajo. Pichiorri dijo que estaba abrumada por la presión de Croce y del laboratorio, y que tenía conocimientos limitados sobre imágenes. Garofalo dijo que no entendía lo que era el plagio y que los fallos en las imágenes no afectaban a los resultados de la investigación.
Croce, por su parte, está demandando a la universidad, porque el comité dijo que el entorno del laboratorio que Croce había creado era inadecuado, y había “mala tutoría y falta de supervisión”, informó Nature.
Nature también descubrió que la OSU dio instrucciones a Croce y a sus antiguos investigadores para que se retractaran o corrigieran más de una docena de artículos problemáticos. Pero sólo uno de los 15 artículos, que contenía datos falsos y otros errores ha sido retractado, y dos han sido corregidos.
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