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Quintiles (IQVIA). Cómo lucrar con historias clínicas de pacientes

Salud y Fármacos
Traducido por Salud y Fármacos, publicado en Salud y Fármacos: Ética y Derecho 2022; 25(3)

Tags: GE Healthcare, historias clínicas electrónicas, privacidad, estudios de la práctica clínica, real world data, real world evidence, MarketScan, MQIC, Truven Health

Statnews ha investigado como Quintiles (ahora IQVIA) utilizó las historias clínicas de millones de pacientes, supuestamente anonimizadas, que su dueño (GE Healthcare) consideraba confidenciales y las vinculó con gran precisión a una gran base de datos de facturas de seguros (MarketScan) que contiene información sobre 270 millones de estadounidenses [1]. Resumimos sus hallazgos a continuación porque es frecuente que las empresas utilicen los datos de los pacientes estadounidenses sin su conocimiento, y podría estar pasando lo mismo en otros países. Cabe mencionar que, en febrero de 2022, una serie de transacciones relacionadas con los datos y el software de GE aportó grandes ganancias a Veritas Capital, una empresa neoyorquina de capital riesgo que adquirió y luego vendió el negocio de historias clínicas de GE por un valor de US$17.000 millones. Es decir, las historias clínicas se han convertido en un activo fácilmente transferible y extremadamente lucrativo.

En EE UU hay una ley que protege los datos de salud (The Health Insurance Portability and Accountability Act of 1996 HIPAA), pero esta ley permite que las empresas vendan los datos de los pacientes siempre que se eliminen aquellos que los puedan identificar (fechas de nacimiento, nombres, número de seguridad social etc.), sin que para ello tengan que pedir permiso a los afectados y sin compartir con ellos los beneficios que generen con su uso. Además, ahora cada vez que se descarga una aplicación, con cada visita a un sitio web y cada publicación en las redes sociales, los pacientes generan aún más datos que las empresas privadas pueden comprar y utilizar.

Los datos desidentificados o anonimizados de los pacientes, se pueden volver a identificar fácilmente, dijo William Yasnoff, profesor de informática biomédica en la Universidad Johns Hopkins, cuya investigación se centra en la privacidad de los datos.

IQVIA afirmó que es un “líder mundial en proteger la privacidad de los pacientes individuales”, y que su capacidad para compilar y analizar la información de los pacientes ayuda a identificar patrones de enfermedades y los tratamientos que aportan los mejores resultados.

La mayoría de los pacientes apoyan el uso de datos para avanzar la ciencia y mejorar la atención. Pero no quieren que se haga a puerta cerrada y por empresas privadas.

MedicaLogic, una empresa de software que trabaja en temas relacionados con la salud creó una base de datos que miles de médicos utilizan, MedicaLogic Quality Improvement Consortium (MQIC). MQIC recopila la información sobre los servicios que los médicos prestan a sus pacientes. Su objetivo original era desidentificar los datos y utilizarlos para establecer cuáles son los tratamientos más eficaces para problemas de salud frecuentes como la diabetes y las enfermedades cardíacas, y comparar el rendimiento de los médicos con el de sus colegas y con los estándares gubernamentales.

A principios de 2002, GE compró MedicaLogic y promovió el uso del software de historias clínicas electrónicas en las clínicas ambulatorias de todo el país. En 2009, el valor de la base de datos MQIC creció gracias a la ley de salud de Obama que obligó a recopilar datos sobre la calidad de los servicios provistos, y las historias clínicas electrónicas facilitan ese proceso. En 2013, la base de datos incluía a 25 millones de estadounidenses.

MQIC ya no solo era atractiva para las clínicas de salud y los médicos. Se convirtió en un activo atractivo por el que se podía exigir derechos de licencias millonarias a otras empresas interesadas en utilizarla para otros fines. Por ejemplo, las empresas farmacéuticas y los fabricantes de dispositivos podían utilizar esos datos para elaborar sus mensajes promocionales y los presupuestos de investigación. La industria digital de la salud podría alimentar nuevos algoritmos para ayudar a predecir y gestionar enfermedades.

Como la información de MQIC estaba desidentificada, se podía combinar con otras fuentes de datos, como las publicaciones en redes sociales y otros datos clínicos, para obtener una imagen mucho más personal de la vida y la salud de los pacientes.

Quintiles fue uno de los principales clientes que accedió a las historias clínicas que custodiaba GE. En ese momento, Quintiles era la mayor organización de investigación por contrato del mundo (CRO), tenía unos 33.000 empleados, ingresos de US$4.000 millones y realizaba ensayos clínicos y estudios de mercado para las 20 empresas farmacéuticas más grandes. Las historias clínicas eran esenciales para la empresa, y en 2015 empezaron a solicitar a GE información sobre el costo de los servicios clínicos, para calcular el valor de los medicamentos para el sistema. GE dijo que no tenía esa información, y Quintiles ideó una forma de obtenerla.

Quintiles se asoció con Truven Health Analytics, un intermediario que recoge las facturas de los seguros y las historias clínicas de empresas, aseguradoras y gobiernos estatales. Su base de datos, MarketScan contiene información sobre más de 200 millones de estadounidenses.

Truven Health logró cruzar sus datos (los de MarketScan) con los de GE (MQIC), y obtener información sobre cuánto habían pagado las aseguradoras por los servicios otorgados a los pacientes. Truven había sido capaz de vincular facturas con los historiales de los pacientes con una “exactitud del 95%”, un nivel de precisión que dejó a un ejecutivo de GE “sin palabras”. La vinculación de los datos no significaba necesariamente que Quintiles o Truven supieran, o quisieran saber, los nombres de los pacientes. Pero su capacidad para identificar las historias clínicas a partir de otra base de datos y generar una imagen de toda su atención -vinculando los diagnósticos y tratamientos específicos a los costes- planteó una serie de cuestiones legales dentro de GE.

Según los abogados, ni GE ni Quintiles habían violado la ley, pero otros expertos afirman que HIPAA es obsoleta, pues se diseñó en 1999-2000, antes de que hubiera tanta información disponible en las redes. IQVIA declinó responder a preguntas sobre sus acuerdos con GE o Truven, pero dijo que utiliza una variedad de técnicas y métodos para garantizar que su manejo de los datos de los pacientes no ponga en riesgo su privacidad, como limitar los campos de información utilizados y evitar la recopilación de información identificable.

Los expertos en privacidad dijeron que no debería ser IQVIA, ni ninguna otra empresa con fines de lucro, quién decide cómo se utiliza la información personal de los pacientes.

El fundador de MarketScan no esperaba que los datos se comercializaran, todo lo contrario, quería que estuvieran protegidos. Sin embargo, Veritas Capital compro MarketScan y sus bases de datos en 2012, y creó Truven para aumentar sus fuentes de datos y su rentabilidad, para después venderla a mayor precio, generando otros incentivos para el uso de los datos. Esta orientación cortoplacista hace que las empresas no tengan en cuenta las repercusiones negativas que sus transacciones pueden tener a largo plazo.

En 2016, Veritas vendió Truven a IBM por US$2.600 millones. GE también había decidido vender su negocio, que además de las historias clínicas incluía otros programas para analizar los datos, y por tratarse de una industria cuyo valor va en aumento atrajo el interés de varias empresas. A principios de 2018, Veritas compró la división de historias clínicas de GE por US$1.050 millones, y le cambió el nombre a Virence Health. Posteriormente Veritas se asoció con Elliott Investment Management para comprar a otro proveedor de historias clínicas electrónicas, Athenahealth por US$5.700 millones, generando una sola base de datos de historias clínicas. En febrero, Veritas y Elliott vendieron la nueva empresa a Bain Capital y Hellman & Friedman por US$17.000 millones, proporcionándoles acceso a la información de 140.000 clínicas ambulatorias distribuidas en los 50 estados de EE UU.

Es decir, las historias clínicas y la información sobre los pacientes se han convertido en un activo fácilmente transferible y extremadamente lucrativo. El traspaso de datos de una empresa a otra hace que no siempre se respeten los objetivos y principios que llevaron a generar esas bases de datos.

Nota de Salud y Fármacos
El problema de las grandes bases de datos en EE UU es que la validez de los datos es cuestionable. Es bien conocido que muchos médicos escriben en la historia clínica lo que compañía de seguros requiere para autorizar una prueba diagnóstica o un tratamiento. La historia clínica ya no es una herramienta para proveer atención de calidad, sino para satisfacer la burocracia de las aseguradoras. También se ha documentado que con frecuencia incluyen errores de diagnóstico. Tampoco indican si los pacientes han seguido o no las recomendaciones médicas. Fallos en el seguimiento de las recomendaciones médicas se dan incluso en los ensayos clínicos en los que hay una supervisión cuidadosa.

Fuente Original:

  1. Casey Ross. Quintiles. How a complex web of businesses turned private health records from GE into a lucrative portrait of patients. Stat Investigation, 23 de mayo de 2022. https://www.statnews.com/2022/05/23/hipaa-patient-ge-data-privacy-profit/
creado el 5 de Diciembre de 2022