Una organización internacional sin ánimo de lucro para fomentar el acceso y el uso adecuado de medicamentos entre la población hispano-parlante
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América Latina
Los autores Alejandro Macchia, Javier Mariani y Gianni Tognoni, han realizado un estudio transversal que analiza los precios y el acceso a los medicamentos en Argentina entre diciembre de 2020 y enero de 2024 [1]. A continuación, presentamos un resumen.
En el contexto argentino, los pensionados poseen una capacidad limitada para acceder a sus medicamentos porque la mayoría viven con ingresos mínimos y las empresas farmacéuticas pueden imponer libremente los precios de sus productos. Los autores del artículo estudian la relación entre: la inflación, las modificaciones en la política económica y el acceso de los pensionados a los medicamentos, con el ánimo de mejorar la disponibilidad de tratamientos esenciales para la población más vulnerable.
Este estudio transversal analizó los precios y la asequibilidad de 360 medicamentos esenciales desde diciembre de 2020 hasta enero de 2024 en Argentina. Se incluyeron únicamente los medicamentos de síntesis química, sin patentes y que hubieran estado disponibles de manera constante durante 38 meses, y se calcularon los aumentos de precios que se fueron acumulando en relación con los precios de diciembre de 2020, expresados en porcentaje. Los precios están disponibles públicamente en los portales web Alfabeta [2] y Kairosweb.
En enero de 2024, la mayoría de los pensionados con una edad media de 71,7 años recibían una pensión mínima de USD$93, que gracias a una bonificación adicional sumaba US$142. El estudio evaluó la carga financiera de los fármacos cardiovasculares para los jubilados que recibieran como ingresos la pensión mínima, analizando un régimen de tratamiento estándar que incluía un β-bloqueante, una aspirina de dosis baja y una estatina.
Los autores detectaron un aumento significativo en los precios de los medicamentos esenciales, que se aceleró a partir de octubre de 2023, efecto que coincide con las elecciones al gobierno nacional. Las prestaciones de pensiones también experimentaron un aumento considerable, con un incremento del 455% según la fórmula de ajuste estándar y del 744% al incluir bonificaciones excepcionales. Por lo tanto, a enero de 2024, un pensionado debe destinar el 34,9% de su mesada para adquirir un régimen básico de tratamiento con tres medicamentos, un aumento significativo respecto al 17,4% requerido a en diciembre de 2020.
En cuanto a la cobertura de los seguros, el estudio menciona que los pacientes sin seguro asumen el 100% del costo de sus medicamentos, mientras que los pacientes afiliados a un seguro privado asumen el 60% de los costos. En contraste, pacientes que cuentan con un seguro social como el programa de salud pública para jubilados (PAMI), reciben subsidios que cubren entre el 30% y el 70% de los gastos de los medicamentos. Además, el PAMI proporciona 167 medicamentos esenciales de forma gratuita a sus afiliados.
En conclusión, los precios de los medicamentos han ocasionado una presión financiera significativa sobre los pensionados, quienes deben destinar más de un tercio de sus pensiones a tratamientos básicos. La devaluación de la moneda y la desregulación de los precios han provocado un aumento considerable en los costos de los medicamentos, superando tanto la tasa de inflación como los incrementos en las pensiones, lo que pone en riesgo a las personas con situaciones financieras vulnerables.
Los autores exponen que entre las limitaciones del estudio se destaca la selección restringida de medicamentos analizados, así como las diferencias en el impacto según la cobertura de salud. Estas limitaciones subrayan problemas más amplios relacionados con la equidad en el acceso a la salud, lo que sugiere la necesidad de abordar estas cuestiones para mejorar la situación de los jubilados y otros grupos en riesgo.
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