África
La Comisión de Competencia de Sudáfrica ha abandonado la investigación sobre Johnson & Johnson y su filial Janssen por el excesivo precio de la bedaquilina, un medicamento vital para la tuberculosis. Esto después de que la farmacéutica acordara no explotar una patente secundaria sobre la bedaquilina (Sirturo) y reducir el precio que cobran al Departamento de Salud un 40%.
Adicionalmente, la Comisión determinó que el nuevo precio está alineado con los que obtiene el Global Drug Facility, principal comprador mundial de medicamentos y pruebas diagnósticas para la tuberculosis, por lo que ha retirado una denuncia anticompetitiva que interpuso en septiembre de 2023.
Desde su aprobación hace más de diez años, las políticas de precios y patentes de Johnson & Johnson han complicado el acceso a este medicamento en muchos países de bajos ingresos.
La decisión de la Comisión ha sido bien recibida por defensores de los pacientes, quienes han estado abogando por un acceso más amplio a la bedaquilina. Fatima Hassan, fundadora de Health Justice Initiative en Sudáfrica, destacó que este desarrollo representa un paso importante y una advertencia para la industria farmacéutica global sobre las posibles consecuencias del abuso del sistema de patentes.
La reciente capitulación de Johnson & Johnson (J&J) y el anuncio de la Comisión de la Competencia son el resultado de un prolongado activismo en defensa de los pacientes con tuberculosis, y debería detonar un incremento en las investigaciones sobre la forma en que las corporaciones globales utilizan las patentes en Sudáfrica. La tuberculosis es la principal causa de mortalidad en Sudáfrica, en 2021 se registraron más de 50,000 muertes, y a nivel mundial causa aproximadamente 1,5 millones de muertes anuales, afectando mayormente a las poblaciones más vulnerables.
La frustración por la falta de acceso a la bedaquilina de J&J se intensificó tras el rechazo de la Oficina de Patentes de la India a extender el monopolio de la empresa, lo que permitió la entrada de genéricos más asequibles en 134 países de ingresos bajos y medianos. Sin embargo, Sudáfrica se vio excluida de este beneficio debido a una patente secundaria de J&J que no caduca hasta 2027, lo que impide que el país acceda a alternativas más económicas.
El costo del tratamiento en Sudáfrica era significativamente más alto, alcanzando los US$306 por seis meses, que los US$134 que pagaban otros países a través del Global Drug Facility. La presión pública, impulsada por figuras como el novelista John Green, llevó a J&J a un acuerdo de licencia con la Stop TB Partnership, lo que redujo el precio del tratamiento a US$130, aunque la empresa continuó haciendo valer patentes secundarias en varios países con alta incidencia de tuberculosis.
La crítica hacia J&J se intensificó, incluso por parte de Unitaid, que había invertido en la bedaquilina, lo que llevó a la empresa a reconsiderar su postura. En septiembre, J&J anunció que no haría cumplir sus patentes en 134 países de ingresos bajos y medianos, aunque esta decisión no resolvió la situación en Sudáfrica, por lo que las autoridades iniciaron la investigación que ahora acaban de interrumpir.
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