Una organización sin ánimo de lucro, Caring Cross, está colaborando con el gobierno brasileño y un fabricante indio para facilitar el acceso a terapias CAR-T, en concreto para tratamientos costosos para el linfoma y la leucemia. La iniciativa busca reducir significativamente los precios de estos tratamientos, que en países desarrollados pueden alcanzar cifras exorbitantes. Según Boro Dropulić, director de Caring Cross, la organización no ofrece versiones genéricas, sino productos novedosos que no están protegidos por patentes, lo que permite su fabricación local.
Caring Cross ha establecido un acuerdo con el Ministerio de Salud de Brasil para transferir tecnología y formación, permitiendo que Brasil desarrolle su propia capacidad de producción. Más específicamente, Caring Cross proporcionará vectores propios a hospitales seleccionados para la producción del tratamiento. Además, se ha asociado con ImmunoACT en India, donde se espera que la nueva terapia CAR-T cueste una décima parte del precio actual.
La organización sin ánimo de lucro fue establecida en 2021 por Dropulić, quien previamente lideró Lentigen, una empresa que desarrolló un vector lentiviral, que utilizó Novartis para recibir la autorización de su primera terapia celular por parte de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA). La financiación de estos proyectos proviene de diversas fuentes, incluyendo fundaciones y contratos con entidades públicas y privadas, como la Fundación Bill y Melinda Gates y los Institutos Nacionales de Salud de EE UU.
El contexto actual muestra que el alto costo de los medicamentos es un problema creciente a nivel global, afectando especialmente a países de bajos ingresos. Sin embargo, incluso las naciones más ricas están comenzando a cuestionar los precios de los tratamientos innovadores. Un caso importante es el tratamiento de Vertex para tratar la fibrosis quística, el cual es demasiado costosa en países como Sudáfrica y EE UU. Por su parte, las terapias CAR-T, que pueden costar entre US$2,2 y US$3,1 millones, están en el centro de este debate.
Según Statnews, Dropulić considera que su organización sin ánimo de lucro puede operar y fabricar las terapias CAR-T, con la idea de crear un modelo económico más eficiente, transfiriendo sus conocimientos y materiales y capacitando a la Fundación Fiocruz, la cual colabora con el Ministerio de Salud Brasilero.
Caring Cross planea proporcionar un vector a los hospitales para que puedan producir terapias CAR-T para linfoma, leucemia, VIH y posiblemente otras enfermedades, a un costo estimado de US$35.000 a US$40.000 por paciente. El Gobierno estima que el costo de producir terapias sería de US$70 millones para 2.000 pacientes, en comparación con los US$700 millones que costaría adquirir tratamientos en el mercado. Es decir, sería una terapia que solo costaría un 10% de la terapia disponible en la actualidad. Se prevé que la producción comience el próximo año, con ensayos clínicos programados para 2026.
En India, Caring Cross proporcionará un vector a ImmunoACT para ofrecer una terapia de nueva generación, más accesible a la que ya comercializa por US$40.000, con una modalidad de precios diferenciados para pacientes ricos y aquellos con menores recursos. La empresa también está explorando la posibilidad de aumentar la cobertura de seguros y buscar donaciones para facilitar el acceso a más pacientes.
Aunque los acuerdos son un paso positivo hacia la ampliación del acceso a tratamientos asequibles, expertos advierten que es fundamental observar cómo se desarrollará el modelo de precios y la capacidad de estos tratamientos para llegar a otros países.
Los acuerdos recientes han generado expectativas sobre el acceso a medicamentos, aunque aún es incierto hasta qué punto se cumplirán las previsiones. Peter Maybarduk, director de la campaña de acceso a medicamentos de Public Citizen, considera que estos acuerdos son un avance positivo, destacando la importancia de dirigir esfuerzos hacia el Sur Global para mejorar el acceso a tratamientos.
Maybarduk enfatiza la relevancia de colaborar con productores del Sur Global que pueden ofrecer productos a precios asequibles, lo que representa un cambio respecto al modelo de negocio de las grandes farmacéuticas. Sin embargo, advierte que este es solo el comienzo y que será crucial observar cómo se establecerán los precios finales y las estrategias para ampliar el acceso a otros países en el futuro.
Fuente Original