Una organización internacional sin ánimo de lucro para fomentar el acceso y el uso adecuado de medicamentos entre la población hispano-parlante
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Resumen
Los planes de acción nacionales enumeran muchas intervenciones como posibles estrategias para reducir la carga de la resistencia bacteriana a los antimicrobianos (RAMI). Sin embargo, para fundamentar la formulación de políticas, especialmente en los países de ingresos bajos y medianos con una carga sustancial de resistencia a los antimicrobianos y sistemas de salud débiles, hay que conocer los beneficios que aportarían cada una de las estrategias específicas.
Utilizando un análisis de modelización, estimamos que si los sistemas de salud de los países de ingresos bajos y medianos mejoraran los programas de prevención y control de infecciones en podrían prevenir al menos 337.000 muertes anuales (IC del 95%: 250.200-465.200) asociadas a la resistencia a los antimicrobianos. Garantizar el acceso universal a servicios de agua, saneamiento e higiene de gran calidad evitaría 247.800 (160.000-337.800) muertes asociadas a la resistencia a los antimicrobianos, y las vacunas pediátricas evitarían 181.500 (153.400-206.800) muertes asociadas a la resistencia a los antimicrobianos, tanto por la prevención directa de infecciones resistentes como por la reducción del consumo de antibióticos.
Estas estimaciones se traducen en la prevención del 7,8% (5,6-11,0) de toda la mortalidad asociada a la resistencia a los antimicrobianos en los países de ingresos bajos y medianos mediante la prevención y el control de infecciones, el 5,7% (3,7-8,0) mediante el agua, el saneamiento y la higiene, y el 4,2% (3,4-5,1) mediante intervenciones de vacunación.
A pesar de la persistente necesidad de investigación e innovación para superar las limitaciones de las estrategias existentes, nuestros hallazgos indican que la reducción de la carga global de RAMI en un 10% para el año 2030 se puede lograr con las intervenciones existentes. Nuestros resultados deberían guiar las inversiones en intervenciones de salud pública con el mayor potencial para reducir la mortalidad por resistencia antimicrobiana.