Cartílago de tiburón, cáncer y la creciente amenaza de la pseudociencia (Shark cartilage, cancer and the growing threat of pseudoscience)
Ostrander GK et al.
Cancer Res 2004;64:8485-8491
Cartílago de tiburón, cáncer y la creciente amenaza de la pseudociencia (Shark cartilage, cancer and the growing threat of pseudoscience)
Ostrander GK et al.
Cancer Res 2004;64:8485-8491
La preocupación por los remedios no convencionales para el tratamiento del cáncer, muchos de ellos ampliamente publicitados y alabados en páginas de Internet, ha llegado incluso a la OMS, que recientemente salía al paso con un “aviso a navegantes”: “Natural no significa necesariamente seguro”.
Un buen ejemplo de este tipo de productos es el cartílago de tiburón, al que la revista Cancer Research dedica un artículo criticando lo que considera “el triunfo de la pseudociencia sobre la razón”.
“Desde que el cartílago se ha promocionado como una posible cura contra el cáncer”, señala uno de los autores, el Dr. Gary Ostrander, de la Universidad Johns Hopkins (EE.UU.), “no sólo se ha producido un significativo descenso del número de estos animales en todo el mundo, sino que muchos pacientes se han apartado erróneamente de las terapias y tratamientos cuya eficacia sí está demostrada”.
A su juicio, este producto representa mejor que ningún otro el triunfo del marketing, pese a que, como subraya, “no es cierto que pueda curar esta enfermedad. Esto sólo demuestra hasta qué punto la irracionalidad del público puede llegar a ser dañina”.
La idea de que esta sustancia podía llegar a tener algún efecto antitumoral se basa en la creencia popular de que estos animales no tienen cáncer, algo que el profesor Ostrander se encarga de desmentir también en su artículo, documentando más de 40 casos de tumores en tiburones desde principios del siglo XIX.
Pero, más allá de las críticas a las falacias argumentativas empleadas para convencer a “pacientes desesperados”, el trabajo pretende servir para llamar la atención y para que la sociedad adquiera unos mínimos conocimientos científicos que la protejan de los “hábiles reclamos” del mercado.
“La gente lee en Internet o ve en televisión que el cartílago de tiburón cura el cáncer y se lo toma sin buscar las evidencias científicas que sustenten estas afirmaciones”, se lamenta este especialista en Biología y Medicina Comparativa.
Mientras recuerda que ni un sólo ensayo clínico ha logrado demostrar que el cartílago podría tener la más mínima acción antitumoral, el artículo arremete contra las redes electrónicas: “Los medios electrónicos han incrementado el daño producido por la pseudociencia”. A su juicio, muchas páginas de Internet han logrado convertir en un serio problema social y ecológico lo que, de otro modo, no pasaría de ser una mera anécdota.
Resumido de: María Valerio, Cartílago de tiburón o el triunfo de la pseudociencia, El Mundo (España), 29 de noviembre de 2004
(principio de página…)