Hay quién piensa que las muestras de medicamentos aportan muchos beneficios. A principios del 2009, la Asociación Americana de Investigación y Producción Farmacéutica (PhRMA), dijo que las muestras contribuyen a que mejore la atención médica que se presta a los pacientes, promueven el uso adecuado de medicamentos, ayudan a millones de pacientes pobres, y facilitan que los prescriptores se familiaricen con otras opciones terapéuticas. En cambio los autores de este artículo dicen que las muestras no contribuyen a mejorar el acceso a los medicamentos, no promueven el uso racional, y aumentan el costo de la atención médica.
Un estudio realizado en EE.UU. demostró que solo una tercera parte de las muestras se entregaban a pacientes pobres y que los pacientes de más altos ingresos solían tener la mayor probabilidad de recibir muestras gratuitas. Es más, los pacientes de bajos ingresos que no tenían seguro médico tenían menos probabilidades de recibir muestras gratuitas que los que habían tenido seguro médico durante un largo periodo de tiempo.
Muchas de las muestras nunca llegan a manos de quién más se beneficiaría de recibirlas. Muchos médicos se las quedan ellos y en un estudio la mitad de los visitadores médicos dijeron que ellos se quedaban con algunas muestras y también las distribuían entre sus familiares y amigos.
Las muestras pueden tener consecuencias negativas. Por ejemplo, si una persona de bajos ingresos recibe una muestra y una receta para terminar el tratamiento podría ocurrir que no pudiera pagar la receta y dejase el tratamiento incompleto. En EE.UU. los farmacéuticos educan al paciente en el uso adecuado del medicamento y se aseguran de que no haya interacciones entre los tratamientos que consume el paciente. Esto no ocurre cuando el medicamento lo dispensa un médico. Además los farmacéuticos tienen un sistema de información que les permite identificar todos los medicamentos que consume un determinado paciente y los lotes que les han dispensado; esta información es muy útil cuando hay que retirar algún producto del mercado.
Las muestras que suelen distribuir los visitadores médicos suelen ser de productos nuevos, que se han estudiado poco, y rara vez son genéricos. Es decir que exponen a los pacientes a riesgos que no se han identificado durante los ensayos clínicos. En el 2002, el Vioxx encabezaba la lista de muestras entregadas de medicamentos; y en el 2004 quince de los medicamentos que más se habían repartido como muestras pediátricas gratuitas recibieron una advertencia de caja negra durante los dos años posteriores a su comercialización.
Es difícil no concluir que el primer objetivo de la entrega de muestras gratuitas es el marketing. Las muestras influyen mucho en los hábitos prescriptivos de los médicos. La disponibilidad de muestras se asocia con el inicio más rápido de la prescripción del medicamento. En un estudio, los residentes que tenían muestras prescribieron más rápidamente medicamentos sobre los que se había montado una gran campaña publicitaria y tuvieron menor propensión a sugerir un medicamento sin receta que los residentes que no tenían muestras gratuitas. En una encuesta los médicos dijeron que la disponibilidad de muestras los lleva a prescribir medicamentos que no hubieran prescrito.
Las muestras no sirven para reducir el costo a los pacientes. Los datos demuestran que los pacientes que recibieron muestras tenían mayor gasto de bolsillo que los que no las recibieron. Entre 1996 y 2000, la industria invirtió más de la mitad del presupuesto de promoción en muestras. En el 2004, Boletín Fármacos 2010, 13(1) 30 el valor de las muestras que se entregaron gratuitamente se cifró en 16.000 millones de dólares.
La distribución de muestras generalmente se intensifica cuando salen al mercado productos nuevos. En EE.UU. el gasto en medicamentos se quintuplicó entre 1990 y 2006, y en parte se debe al aumento del uso de medicamentos de marca.
Hay una serie de asociaciones americanas de profesionales que se han manifestado en contra de las muestras de medicamentos, incluyendo el Instituto de Medicina (Institute of Medicine), la Sociedad Americana de Farmacéuticos del Sistema de Salud (The American Society of Health-System Pharmacists) con 35.000 miembros, la comisión conjunta (The Joint Commission) – que es la agencia encargada de acreditar y certificar a más de 15.000 organizaciones y programas de salud en EE.UU., la Asociación de Escuelas Americanas de Medicina (The Association of American Medical Colleges) y la Asociación de Escuelas Canadienses de Medicina (The Association of Faculties of Medicine of Canada).
Hay centros de salud y hospitales que en lugar de distribuir muestras reparte vales para que las farmacias entreguen el medicamento gratuitamente. Esto permite que la dispensación del producto sea adecuada y se registre en el registro del paciente que llevan las farmacias; sin embargo lo ideal sería que desapareciera el uso de las muestras de medicamentos.