ADVIERTEN
Reacciones adversas e interacciones
Antibióticos. Más de 25.000 europeos fallecen cada año debido a los problemas de resistencia a múltiples antibióticos
Núria Llavina Rubio
Fundación Eroski, 29 de noviembre de 2010
http://www.consumer.es/web/es/salud/problemas_de_salud/2010/11/29/197376.php
El reciente Día Europeo para el uso prudente de los antibióticos, promovido por el European Centre for Disease Prevention and Control (ECDPC) por tercer año consecutivo, ha pretendido concienciar a los ciudadanos de todo el continente de la importancia del consumo responsable de estos medicamentos. Las cifras lo justifican: según el ECDPC, más de 25.000 europeos mueren cada año debido a problemas de resistencia a múltiples antibióticos.
Este año, se ha dedicado el acto a promover el uso sensato de los antibióticos en los hospitales. Hacerlo de forma inadecuada puede provocar un aumento de la estancia hospitalaria y de los costes asociados a la asistencia, además de incrementar la tasa de mortalidad en casos de infecciones graves. Al mismo tiempo, la resistencia comporta un retraso del tratamiento antibiótico adecuado. No obstante, en España, como en otros países, el 90% total del consumo de antibióticos se registra en el ámbito extra hospitalario. El 85% de éste se destina a tratar infecciones respiratorias, sobre todo, en los meses más fríos.
Un estudio de 2006 publicado en "Emerging Infectious Diseases Journal" sitúa a España entre los países con mayor grado de automedicación con antibióticos de Europa. Estos datos explican por qué nuestro país destaca entre los países con más casos de resistencia a los antibióticos. Ocurre, sobre todo, en bacterias como "Streptococcus pneumoniae" (una de las primeras causas de neumonía bacteriana), "Staphylococcus aureus" y "Escherichia coli". A menudo, estos patógenos son multirresistentes, es decir, muestran resistencia ante más de un antibiótico a la vez. Por tanto, el tratamiento se complica.
Restringir los antibióticos en niños
Los españoles son los europeos que toman más antibióticos sin prescripción facultativa para solucionar problemas de salud leves.
En los países desarrollados, la otitis es una de las razones más comunes por las que se recetan antibióticos en la edad infantil. Sus efectos beneficiosos para frenar el desarrollo de complicaciones o acelerar el proceso de recuperación son bien conocidos. No obstante, una revisión reciente de 135 estudios realizados entre 1999 y 2010, publicada en "The Journal of the American Medical Association", indica que su prescripción debería estar más restringida. ¿Por qué? La razón que esgrimen los expertos es que sus buenos resultados igualan, en muchos casos, los efectos secundarios negativos.
Según este análisis, llevado a cabo por investigadores de la Universidad de California, entre el 4% y el 10% de los niños tratados con estos fármacos experimenta efectos secundarios, como diarrea o sarpullido. Los científicos recomiendan sopesar los riesgos y los beneficios del tratamiento ante una infección de oído. Otros hallazgos interesantes sugieren que las nuevas marcas de antibióticos no suponen mejores resultados que los más tradicionales.
A pesar de la publicación de este estudio, los expertos recuerdan la importancia de tratar la otitis media aguda con antibióticos durante la primera infancia, para evitar complicaciones futuras que pueden, incluso, comportar pérdida auditiva. Estas medidas son fundamentales, sobre todo, en menores de 6 meses de edad, cuando el riesgo de repetición es mayor.
¿Cuándo y cómo tomarlos?
Los antibióticos solo son eficaces para combatir infecciones bacterianas, no las causadas por virus, como el resfriado o la gripe, la mayoría de episodios de tos y de dolor de garganta. Sin embargo, los datos revelan que los españoles son los europeos que toman más antibióticos para solucionar este tipo de problemas sin prescripción facultativa, a pesar de los perjuicios que acarrea no reservarlos para las ocasiones pertinentes: este uso inadecuado solo sirve para que las bacterias se vuelvan resistentes e inútiles cuando se administren en ocasiones posteriores. Por tanto, la prescripción correcta debe tomarla, de forma exclusiva, un profesional sanitario.
Una vez confirmada la necesidad de tomar antibióticos, es fundamental hacerlo de forma responsable y seguir la prescripción de cantidades y frecuencia. También es aconsejable no guardar los antibióticos sobrantes una vez finalizado el tratamiento, así como no dejar la terapia a medias, aunque no se tengan síntomas. Los especialistas vaticinan que si la resistencia a los antibióticos crece al ritmo actual, no habrá medicamentos efectivos para determinadas enfermedades.
La ética en la prescripción médica es otro aspecto fundamental. Es preferible recetar un antibiótico específico para la infección concreta, que uno de amplio espectro. Cuando se desconoce qué microorganismo es el culpable de una infección, se empieza con un antibiótico de amplio espectro. Si se identifica el culpable, en general, se cambia a uno de espectro menor, pero específico para esa bacteria determinada. Los especialistas recomiendan a los farmacéuticos no dispensar ningún antibiótico sin la correspondiente receta y a las administraciones sanitarias, realizar campañas de concienciación sobre el buen uso de los antibióticos y los efectos perniciosos en caso contrario.
Bacterias invulnerables
Entre 2003 y 2007, la FDA aprobó únicamente cinco nuevos antibióticos, frente a los 16 autorizados en el periodo de 1983 a 1987. Un estudio europeo reciente señala que solo 15 fármacos de este tipo se podrían considerar prometedores para el futuro. A pesar del aumento demostrado de las resistencias y de la detección cada vez más frecuente de bacterias multirresistentes, la fabricación de nuevos antibióticos parece estar estancada. Incluso con la alarma reciente del descubrimiento en India de una nueva mutación en un gen, NDM-1, que convierte a bacterias como la "Escherichia coli" en casi invulnerables a la mayoría de los modernos antibióticos.
Otras investigaciones tratan de hallar nuevas fuentes a partir de las cuales fabricar nuevos antibióticos: utilizar sustancias químicas extraídas de piel de rana o enzimas de las lágrimas humanas, todo dirigido al tratamiento de infecciones graves provocadas por bacterias como el "Staphylococcus aureus", resistente a la meticilina (SARM O MARSA) o al ántrax.