ADVIERTEN
Precauciones
Antidepresivos. El uso de antidepresivos en el embarazo podría aumentar el riesgo de autismo (Antidepressant use in pregnancy may raise autism risk)
Anne Harding
Health.com, 6 de julio 2011
Traducido por Salud y Fármacos
Según un pequeño estudio reciente, los hijos de madres que durante el embarazo reciben tratamiento con Zoloft, Prozac o antidepresivos similares tienen doble riesgo de desarrollar autismo o un problema similar que las que no lo reciben. Este es el primer estudio que ha intentado establecer un vínculo entre los antidepresivos y el autismo.
Este tipo de antidepresivos, conocidos como inhibidores de la reabsorción de la serotonina (SSRIs), podrían representar un riesgo especialmente al principio del embarazo. Los niños que fueron expuestos a estos medicamentos durante el primer trimestre de embarazo tuvieron un riesgo cuatro veces superior de desarrollar un problema relacionado con el autismo (ASD) que los niños no expuestos.
Este estudio, publicado en Archives of General Psychiatry, incluyó a 300 niños diagnosticados con ASC y no establece una relación causal entre el consumo de SSRIs durante el embarazo y el ASDs. El 1% de los niños estadounidenses sufren de ASDs. Estos hallazgos tienen que confirmarse en estudios de mayor tamaño, y los expertos en riesgos del embarazo y salud mental dicen que no deberían disuadir a las mujeres embarazadas de iniciar o seguir el tratamiento con SSRIs.
Tim Oberlander, profesor de pediatría especializado en desarrollo infantil de la Universidad de British Columbia, dijo “Una salud mental precaria durante el embarazo es un problema de salud pública”….”No tratarla no es una buena opción. El consumo de SSRIs puede representar un riesgo para muchos niños, no sabemos cuales ni por qué mecanismo, pero a la vez hay muchas mujeres que junto a sus hijos se benefician de este tipo de tratamiento”.
El autor principal del estudio, Lisa Croen, directora de investigación de autismo en Kaiser Permanente, una organización sin ánimo de lucro que provee servicios de salud en el norte de California, enfatiza el carácter preliminar de los hallazgos de este equipo. “Se trata del primer estudio que analiza este tipo de asociación y hay que ser cautelosos en la interpretación de resultados” dijo “con este estudio no podemos establecer una relación de causalidad”.
La Dra. Croen añadió que la depresión no tratada durante el embarazo acarrea sus propios riesgos, como partos prematuros y trastornos del crecimiento; y añadió “los riesgos potenciales para el niño deben sospesarse con el riesgo para la madre no tratada. No queremos que las mujeres que están siendo tratadas se precipiten y dejen de tomar antidepresivos. Deben consultar con sus médicos para evaluar el balance riesgo-beneficio”.
El Dr. Wiznitzer, neurólogo pediátrico en Rainbow Babies and Children’s Hospitals y profesor de neurología pediátrica en la facultad de medicina de Case Western Reserve University, dice que el estudio es demasiado pequeño para sacar conclusiones. Es una señal, pero “con un grupo muy pequeño”.
Croen y su equipo utilizaron la base de datos de Kaiser Permanente, que incluye a 3,2 millones de personas, e identificaron a 298 niños autistas nacidos entre 1995 y mediados de 1999, y los aparearon con 1.507 niños sin autismo de aproximadamente la misma edad que habían nacido en los mismos hospitales.
A continuación los autores revisaron las historias de las madres durante el año previo al parto, y se fijaron en si habían recibido tratamiento con SSRIs, incluyendo Prozac, Zoloft, Luvox, Celexa y Paxil (o sus versiones genéricas: flouxetina, sertralina, citalopram, paroxetina). Los autores no pudieron comprobar si la madre había seguido el tratamiento, sin embargo, 20 de los niños con ASD (o 6,7%) habían sido expuestos in útero a los SSRIs, comparado con 50 (3,3%) en el grupo control. Tras ajustar la muestra por otros factores de riesgo que podrían afectar al riesgo de autismo y el uso de SSRIs (como la edad de la madre, etnia, historia de depresión u otra enfermedad mental), los investigadores determinaron que la exposición a los medicamentos in útero aumentaba el riesgo de diagnostico de ASDs en 2,2 veces, mientras que la exposición durante el primer trimestre incrementaba el riesgo en 3,8 veces.
Aproximadamente el 12% de las madres cuyos hijos tuvieron ASDs fueron diagnosticadas con depresión u otro problema mental. Investigaciones anteriores reportaron un aumento del riesgo de autismo en los hijos de madres con problemas de salud mental, pero el estudio actual no confirmó esta relación con las madres que no fueron tratadas con SSRIs.
Croen y colaboradores estiman que aproximadamente el 2% de los casos de autismo en niños nacidos a finales de la década de los 90s eran atribuibles a SSRIs. Según Croen este porcentaje podría ser un poco más elevado porque ahora se utilizan más SSRIs durante el embarazo. Un estudio con una muestra grande de mujeres embarazadas estimó que el 6,5% estaban tomando este tipo de medicamentos.
Las razones que llevaron a Croen y colaboradores a estudiar el vínculo entre SSRIs y autismo fueron: (1) el aumento de las tasas de autismo durante las últimas décadas – que pueden deberse a que se conoce mejor la enfermedad y ha mejorado el diagnóstico, más que a un aumento real del número de casos a la vez que ha aumentado el uso de SSRIs durante el embarazo (el primer SSRI, Prozac, se aprobó en 1987); y (2) estudios anteriores sugieren que los autistas tienen anomalías en la regulación de la serotonina. Se cree que los SSRIs aumentan la disponibilidad de serotonina en el cerebro, y como el medicamento atraviesa la placenta, podrían influir en el desarrollo del mecanismo de la serotonina en los niños.
En los estudios en animales se ha demostrado que los cambios en la serotonina durante el embarazo tienen efectos en el desarrollo del feto y del niño, dijo Oberlander. Si sucede algo parecido en humanos, debe depender de la carga genética, añadió Oberlander enfatizando que la mayoría de niños que fueron expuestos a SSRIs durante el embarazo no desarrollaron autismo “Hay muchos niños que están expuestos a los SSRI y no se ven afectados, tenemos que averiguar quienes tienen están en riesgo y quienes no”, dijo Oberlander.
La FDA ha clasificado la seguridad de los antidepresivos durante el embarazo en la clase “C”. En estudios en animales, la administración de los medicamentos en esta categoría en dosis elevadas se ha asociado a defectos de nacimiento, pero se han realizado pocos estudios en humanos y no se puede decir si son seguros o no. Según la FDA, las mujeres embarazadas solo deberían utilizarlos si los beneficios justifican el riesgo para el feto.
La Dra. Nouchine Hadjikhane, experta en ASD y profesora de radiología en la Universidad de Harvard, recomienda a las mujeres que sean precavidas. Los estudios en animales proveen evidencia de que la exposición en útero a niveles elevados de serotonina produce comportamientos parecidos al autismo y cambian la estructura cerebral, dijo. “Pienso que hay que ser consciente del riesgo potencial de tomar estos medicamentos durante el embarazo, y hay que pensarlo dos veces antes de permitirlos durante el embarazo” dijo Hadjikhani, autora de un articulo (2010) en el que especulaba si el exceso de serotonina durante el embarazo por los SSRI podría estar detrás del aumento en la tasa de autismo.