Investigaciones
Fracaso imprudente en la identificación de efectos adversos peligrosos en los nuevos medicamentos para la diabetes
(Reckless failure to identify dangerous adverse effect of new diabetes drugs)
Worst Pills Best Pills Newsletter, diciembre de 2019
https://www.worstpills.org/member/newsletter.cfm?n_id=1301
Traducido por Salud y Fármacos
En diciembre de 2015, la FDA exigió que el etiquetado/ficha técnica de todos los medicamentos de la familia de productos para la diabetes tipo 2 conocidos como inhibidores del cotransportador de sodio-glucosa-2 (SGLT2) (también comúnmente llamados “flozinas”), que hemos designado como de No usar: se revisará para incluir una advertencia sobre el riesgo de cetoacidosis, una afección grave, a veces mortal causada por la acumulación de cetonas, un tipo de ácido, en la sangre [1].
Sin embargo, un artículo publicado en Annals of Internal Medicine el 17 de septiembre de 2019 reveló que la evidencia incontrovertible de cetoacidosis inducida por el inhibidor de SGLT2 comenzó a acumularse hace más de 125 años, antes de que la FDA aprobara el primer fármaco en base a flozina [2]
Para agosto de 2014, la FDA había aprobado tres flozinas: canagliflozina (Invokana), dapagliflozina (Farxiga) y empagliflozina (Jardiance). (Se aprobó una cuarta, ertugliflozina [Steglatro], en diciembre de 2017). Las flozinas reducen los niveles de azúcar en la sangre al hacer que los riñones viertan glucosa en la orina.
La exigencia de 2015 de la FDA de que se advirtiera por el riesgo de cetoacidosis se basó en una revisión de 73 casos de cetoacidosis en pacientes con diabetes tipo 2 tratados con flozinas que se habían informado a la agencia tras la aprobación de las primeras tres flozinas.
El artículo de los Annals de septiembre señaló que, en la década de 1880, investigadores informaron por primera vez que la florizina, un inhibidor natural de SGLT2 que es el precursor químico de los medicamentos de flozina de hoy, causó altos niveles de glucosa y cetonas en la orina. El artículo cita numerosos estudios posteriores publicados en revistas médicas a lo largo del siglo pasado que muestran que la florizina causó cetoacidosis en perros, gatos, conejos, ratas, ovejas y vacas. También describe informes publicados a principios de 1900 mostrando que los pacientes con glucosuria renal familiar, un trastorno genético que causa la descarga de glucosa por la orina y, por lo tanto, imita el uso a largo plazo de los medicamentos con flozina, estaban predispuestos a la cetoacidosis.
Subrayando el fracaso de las compañías farmacéuticas, los investigadores y la FDA de reconocer la abrumadora evidencia de que los inhibidores de SGLT2 causan cetoacidosis antes de que la FDA aprobara los medicamentos con flozina, una editorial en la edición del 17 de septiembre de Annals observó lo siguiente: “Los autores han compilado una inquietante historia de amnesia en la que el descuido de la información de los siglos XIX y XX condujo a eventos adversos prevenibles en pacientes del siglo XXI. Este no era un secreto escondido en un archivo polvoriento o una sala de libros raros; fue publicado en revistas médicas de primer nivel del siglo XX” [3].
Si las compañías e investigadores que desarrollaron los tres primeros medicamentos con flozina y la FDA hubieran hecho las cosas bien, podrían haber reconocido el grave riesgo de cetoacidosis antes de aprobar los medicamentos y haber tomado las medidas adecuadas para advertir a los médicos y pacientes sobre este riesgo cuando los medicamentos fueron aprobados por primera vez.
Referencias