Derecho
Los organismos de control anticorrupción de EE UU investigan con frecuencia las operaciones de las grandes farmacéuticas en el extranjero, y en los últimos años han logrado una serie de acuerdos para resolver casos de alto perfil. Ahora, le toca a Pfizer estar bajo la mirada fulminante de esos perros guardianes por sus negocios en Rusia y China.
La farmacéutica informó, en una presentación trimestral a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (La SEC) [1] que las unidades de corrupción en el extranjero de la SEC y del Departamento de Justicia (DOJ) están investigando sus actividades en China y Rusia.
Las solicitudes de las dos agencias sobre sus operaciones en China se recibieron en junio y agosto de 2020, mientras que la investigación en Rusia empezó el año pasado [2019] y se incluyó en informes anteriores. Pfizer expresó en el documento “estamos aportando la información que nos solicitan”.
Ambas investigaciones se rigen por la Ley de Prácticas Corruptas en el Extranjero (FCPA), que prohíbe que las empresas e ciudadanos estadounidenses sobornen a funcionarios de gobiernos extranjeros en beneficio de los negocios de la empresa.
Pfizer sabe demasiado bien lo que significa esa ley. En agosto de 2012, la compañía acordó pagar más de US$60 millones para resolver los cargos del DOJ y la SEC por presuntamente violar la FCPA. En ese momento, la compañía fue acusada de pagar a funcionarios extranjeros para facilitar las aprobaciones de medicamentos y su inclusión en los formularios, así como por aumentar sus ventas en ocho países, incluyendo China y Rusia.
En China, por ejemplo, Pfizer invitó a “médicos que emitían muchas prescripciones” y trabajaban en el gobierno chino a reuniones elegantes que incluían actividades recreativas. Según la denuncia de la SEC, Pfizer creó varios programas que permitían que los médicos del gobierno fueran acumulando puntos que después podían cambiar por regalos.
Pfizer no es la única compañía farmacéutica que ha sido blanco de las agencias responsables de hacer cumplir la FCPA, y se ha citado con frecuencia a China y Rusia como escenas de crímenes. En junio, Novartis desembolsó US$347 millones para concluir años de investigaciones de la FCPA sobre su conducta en Grecia, Vietnam, Corea del Sur y China.
Alexion pagó US$21 millones en julio para resolver los cargos de corrupción en el extranjero relacionada con la forma en que trató de obtener un trato favorable para Soliris en Turquía y Rusia. En 2015, Bristol Myers Squibb desembolsó US$14 millones para resolver el hallazgo de la SEC de que sus representantes de ventas en China obtuvieron más de US$11 millones en ganancias al sobornar a proveedores de atención médica. También está el caso infame de soborno de GlaxoSmithKline en China, que terminó con una gran multa de US$490 millones por parte de las autoridades chinas en 2014 y un acuerdo con la SEC en 2016 por el que pagó US$20 millones [2].
Referencias