La fludarabina es un quimioterápico que se utiliza para tratar a los pacientes adultos con leucemia linfocítica crónica (LLC) de células B que no hayan respondido o cuya enfermedad haya progresado durante el tratamiento con al menos un régimen estándar que incluya agentes alquilantes. También se utiliza para preparar a los pacientes que requieren un trasplante de médula o un tratamiento CAR-T.
La escasez esporádica de este medicamento ha impulsado a Areva Pharmaceuticals a volverlo a producir, pero según Statnews [1] lo está vendiendo a precios que son de 10 a 20 veces superiores a los de las otras empresas. A continuación, resumimos la nota de Ed Silverman.
El precio al por mayor del producto de Areva Pharmaceuticals es de US$2.736, mientras que Fresenius Kabi y Teva venden la misma dosis a US$272 y US$109, respectivamente.
Statnews afirma que algunos hospitales están explorando alternativas a la fludarabina, pero no está claro hasta qué punto son útiles. A principios de este mes, la Sociedad Americana de Trasplantes y Terapia Celular emitió un boletín en el que revisaba las opciones, y señalaba que la información disponible es insuficiente para recomendar el uso de un régimen alternativos a la fludarabina para la mayoría de sus indicaciones -incluyendo la terapia CAR-T.
Areva Pharmaceuticals señaló que la complejidad del proceso de fabricación y la regulación habían llevado a la empresa a fijar el elevado precio de la fludarabina. La empresa explicó que sólo hay dos proveedores del principio activo farmacéutico, hay que fabricarlo en lotes pequeños para mantener su calidad, y se debe almacenar a una temperatura específica.
El medicamento se fabrica en Europa, pero el principio activo procede de China, pero según una carta que Areva envió el 23 de agosto a los profesionales de la salud, la FDA no ha autorizado a ese proveedor. Consecuentemente, la FDA exigió muchas pruebas, informes y medidas de control de calidad, dijo Victor Swaminathan, director de gestión de la cadena de suministro de la empresa.
Areva empezó a trabajar en la venta de fludarabina en EE UU hace cinco años, pero los problemas con uno de los proveedores de sus ingredientes provocaron retrasos. La empresa vendió viales durante un breve periodo de tiempo en 2021, con un “descuento significativo” debido a lo que denominó una vida útil limitada. El precio de lista en ese momento era de US$110, según IBM Micromedex.
“Nuestra cadena mundial de suministro de fosfato de fludarabina es complicada y, como todos los productos farmacéuticos, está regulada en múltiples países. Estas complicaciones se suman a los retos a los que se enfrentan actualmente muchas empresas, como el aumento de los costes, el tránsito lento de las mercancías y las interrupciones en la cadena de suministro”, nos escribió. La presión para volver a entrar en el mercado estadounidense ha “limitado (nuestra) capacidad para negociar ciertos costes en la cadena de suministro. Lo que ha resultado en un aumento del coste del producto”.
Sin embargo, Swaminathan no dio detalles concretos sobre los costes. Tampoco quiso decir cuánto duraría la autorización temporal de la FDA. Pero el pasado mes de mayo, Areva firmó un acuerdo de distribución exclusiva en EE UU con Lannett, un fabricante de medicamentos genéricos, para otra versión de fluradabina con su propia marca, según un portavoz de Lannett. Y Swaminathan no explicó por qué Areva comunicó el pasado mes de junio que el precio al por mayor de la fludarabina sería US$363.
Hay que tener en cuenta que el precio al por mayor -o de lista- de un medicamento no siempre es el que pagarán los hospitales al negociar los contratos con las organizaciones de compras mancomunadas para varios sistemas hospitalarios. Pero la falta de transparencia ha llevado a los observadores del sector a cuestionar el elevado aumento de precio del producto de Areva.
Para algunos, el nuevo precio recuerda a otros muchos casos similares que se han producido durante los últimos años, en los cuales una empresa farmacéutica que enfrenta una situación de competencia escasa o nula para uno de sus medicamentos le sube el precio de forma significativa. Esta práctica generó episodios vergonzosos relacionados con los medicamentos que vendía Valeant Pharmaceuticals, el caso del Epi-Pen de Mylan y lo ocurrido con el producto que vendía la empresa dirigida por Martin Shkreli.
Sin embargo, según los expertos del sector, la escasez persistente también puede contribuir a que las farmacéuticas fijen precios desorbitados. En general, la escasez se produce por varias razones: un fabricante puede tener dificultades para obtener los ingredientes necesarios, ciertos costes aumentan lo suficiente como para que una empresa decida abandonar un mercado o, a veces, surgen problemas de control de calidad en una instalación que pueden inhibir la producción.
La escasez de fludarabina puede deberse, en parte, a que algunas empresas se han negado a suministrar el ingrediente clave del fármaco. Por ejemplo, una de las seis empresas autorizadas por la FDA para suministrar ese ingrediente dejó de hacerlo hace tres años.
Las empresas farmacéuticas, por su parte, han explicado la escasez de forma distinta. Dos de ellas -Sagent Pharmaceutical y Leucadia Pharmaceutical, propiedad de Hikma Pharmaceutical- no han dado explicaciones, según la American Society of Health-System Pharmacists, que da seguimiento a los desabastecimientos. Teva Pharmaceuticals no dio a conocer ninguna razón, mientras que Fresenius Kabi alegó un aumento de la demanda.
Según el sitio web de la FDA sobre los productos que escasean y los testimonios de los portavoces de las empresas, Fresenius Kabi y Teva están reanudando los suministros. Pero no han querido comentar si sus precios se ajustarán a la vista de la subida de Areva o durante cuánto tiempo podrán suministrar la fludarabina. Esta falta de claridad causa inquietud en los hospitales.
En general, lo que quieren los hospitales es poder hacer un plan para los pacientes. Para ello, necesitan saber cuánto producto van a poder comprar y cuándo pueden esperar esas entregas. Ninguna de estas circunstancias se da de forma habitual durante los periodos de escasez.