Un nuevo análisis de Public Citizen [1] revela cómo la empresa farmacéutica Amgen manipuló el sistema de patentes y logró que Medicare pagara altos precios por el etanercept, que se vende con la marca Enbrel y se utiliza en el tratamiento de las enfermedades autoinmunes. El análisis estima que, si Amgen no hubiera eludido la ley para asegurar que la protección de la patente se extendía más allá del 2019, cuando los biosimilares competidores deberían haber podido ingresar al mercado, Medicare podría haber ahorrado US$1,053,023,122 en menos de cuatro años. Enbrel es uno de los 10 medicamentos elegidos por la administración Biden para que Medicare negocie su precio en virtud de la Ley de Reducción de la Inflación (IRA).
Para cuando entre en vigor un precio justo máximo para Enbrel en 2026, en virtud de la Ley de Reducción de la Inflación, Medicare habrá perdido casi US$2.000 millones (US$1,891,500,836), gracias a las exclusividades injustificadas que protegen a Enbrel de la competencia.
“Este es un claro ejemplo de cómo las grandes farmacéuticas están manipulando los contratos para abusar del sistema de patentes y mantener fuera del mercado estadounidense a la competencia asequible”, dijo Jishian Ravinthiran, investigador del programa de Acceso a Medicamentos de Public Citizen y autor principal del informe. “Mientras otros países ya están comercializando alternativas biosimilares de Enbrel más asequibles, los contribuyentes estadounidenses han perdido más de mil millones de dólares porque Amgen ha abusado de su monopolio”.
El análisis describe cómo, después de adquirir Immunex, el fabricante original de etanercept, Amgen construyó un “muro de patentes”, entre otras coas mediante la reelaboración de patentes más antiguas, para ganar casi tres décadas de exclusividad después de que el medicamento fuera aprobado en 1998. Al hacerlo, Amgen frustró con éxito la competencia de dos posibles biosimilares, Erelzi y Eticovo, que recibieron la aprobación de la FDA en 2016 y 2019, respectivamente. Si bien los estadounidenses se verán privados de biosimilares más asequibles hasta 2029, sus pares europeos han tenido acceso a ellos desde 2016.
El análisis concluye que cuando un fabricante ha manipulado el sistema de patentes para extender injustamente el monopolio de un medicamento, los negociadores de precios de Medicare deberían considerar los precios que se aplicarían si hubiera una competencia adecuada, así como los ingresos excesivos que los fabricantes han obtenido injustamente de Medicare y sus afiliados a través de esa manipulación.
El análisis también recomienda que, al negociar precios justos máximos para los medicamentos seleccionados, los negociadores gubernamentales no permitan que las empresas traspasen los exagerados costos de adquisición, que se basan en la expectativa de explotar el poder monopólico, como si fueran costos reales de investigación y desarrollo que se deben recuperar a través de las ventas a Medicare, con el dinero de los afiliados y de los contribuyentes.
“Este análisis demuestra la importancia de que Medicare garantice que los precios negociados en base a IRA tienen en cuenta el historial de abusos de patentes de las corporaciones farmacéuticas”, añadió Steve Knievel, defensor de los consumidores que trabaja para el programa Acceso a Medicamentos de Public Citizen y coautor del informe. “Los negociadores de Medicare no deben perder la oportunidad de poner fin a la explotación de las personas mayores y con discapacidad por parte de las corporaciones que producen medicamentos de venta con receta”.
Referencias