El tráfico y el consumo de drogas es un desafío global que afecta a todas las sociedades en diferentes formas y dimensiones; su carácter multidimensional tiene un alto impacto en la salud de las poblaciones y en la economía de los países. Tan solo en 2021, se estimó que 296 millones de personas consumieron drogas. Durante años, la política mundial de salud en materia de drogas estuvo centrada en la prohibición; sin embargo, en la actualidad se sabe que un enfoque de reducción de riesgos y daños, lejos de rechazar la abstinencia, reduce los efectos negativos del consumo de sustancias legales e ilegales, incluidas las muertes por sobredosis, lo cual trae grandes beneficios a la salud y al funcionamiento social de quienes las consumen.
Este artículo brinda una comprensión integral del consumo de opioides, específicamente fentanilo, y recalca la necesidad de abordarlo a través de un enfoque integral que combine estrategias basadas en la evidencia, bajo el reconocimiento de que la salud es un derecho humano fundamental y una condición indispensable para el desarrollo.