Reclutamiento, Consentimiento Informado y Perspectivas de los Pacientes
Consecuencias del ensayo de Cassava Sciences
Salud y Fármacos
Boletín Fármacos: Ensayos Clínicos y Ética 2025; 28 (1)
Tags: ensayos con simufilam, ensayos clínicos en pacientes con Alzheimer, proteger a los pacientes en ensayos clínicos de alzheimer
Adam Feuerstein resume para Statnews [1] las consecuencias de los ensayos clínicos con simufilan para tratar el Alzheimer. A continuación, los puntos más importantes.
- El simufilam fracasó en un ensayo clínico de fase 3 en el que participaban 2.000 pacientes, por lo que otro ensayo en curso fue suspendido.
- Los ensayos con simufilam se basaron en investigaciones falsificadas y afirmaciones de eficacia engañosas.
- Las acciones de Cassava cayeron en un 83%. Lamentablemente, muchos de los inversionistas, casi todos minoristas, se creyeron las disparatadas teorías que mantuvieron a flote a Cassava.
- Tras el fiasco del fármaco contra el Alzheimer de Cassava, la FDA debe intervenir para proteger a los pacientes
- Felicitaciones al director ejecutivo interino de Cassava, Rick Barry, por informar los resultados negativos del estudio de manera honesta y transparente. Afortunadamente, la empresa también dio el siguiente paso éticamente correcto al cerrar un segundo estudio de fase 3, casi duplicado, cuyos resultados se esperaban a mediados de 2025.
- Las sanciones que la Comisión de Bolsa y Valores impuso al antiguo director ejecutivo de Cassava, Remi Barbier, y a su esposa y codirectora ejecutiva, Lindsay Burns, quienes dejaron sus puestos en medio de la tragedia del simufilam, fueron demasiado indulgentes.
- Se debería hacer justicia con el colaborador externo de Cassava y coinventor del simufilam, Hoau-Yan Wang, durante su próximo juicio penal por fraude en la investigación.
- Jesse Brodkin, Adrian Heilbut, Enea Milioris, David Bredt, Geoffrey Pitt, Quintessential Capital Management y Elisabeth Bik, alertaron con frecuencia y desde el principio sobre el simufilam, basándose firmemente en la ciencia. Todos ellos pagaron un alto precio por criticar a la empresa y su medicamento, y fueron acosados incesantemente por los partidarios de Cassava. Bik, en particular, fue objeto de abusos y amenazas crueles y misóginas. Los demás fueron demandados por Cassava en un intento frívolo e infructuoso de callarlos.