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Publicaciones médicas y la industria farmacéutica: ¿Está la ciencia médica en venta? No sus dueños están felices con ella
Sergio SismondoAcademic Matters, Mayo 2009
Traducido por Salud y Fármacos

Autorías de regalo y escritores fantasmas en publicaciones relacionadas con el rofecoxib.
(Guest authorship and ghostwriting in publications related to rofecoxib)
Ross JS, Hill KP, Egilman DS, Krumholz HM.JAMA 2008; 299: 1800-1812
Disponible en www.cap-semfyc.com/
Resumido por Salud y Fármacos


Publicaciones médicas y la industria farmacéutica: ¿Está la ciencia médica en venta? No sus dueños están felices con ella
Sergio SismondoAcademic Matters, Mayo 2009
Traducido por Salud y Fármacos

La versión en ingles: Medical publishing and the drug industry: Is medical science for sale? No, its current owners are perfectly happy with it, está disponible en www.academicmatters.ca/current_issue.article.gk?catalog_item_id=2529&category=featured_articles

Observación número 1.

Recientemente vi la hoja de vida de un prominente profesor de medicina y observé que tenía más de 800 publicaciones en revistas con revisión por pares, una media de 30 artículos al año. Durante los últimos años había publicado 40 artículos al año. ¿Cómo se puede publicar tanto, en forma tan consistente? En mi campo cinco artículos por año se considera un éxito.

Observación número 2. Revisé el número de artículos sobre un medicamento de grandes ventas que se habían publicado en revistas de prestigio y me encontré con que Pubmed recogía 700 artículos en los que se mencionaba a este medicamento por su denominación común internacional. Al hacer una búsqueda general encontré que se habían publicado más de 3.200 artículos sobre este medicamento. Otros medicamentos de grandes ventas tienen perfiles parecidos. ¿Por qué se presta tanta atención a estos medicamentos? 

Estos dos misterios tienen la misma solución, aunque sea parcial. Las compañías farmacéuticas patrocinan una buena cantidad de investigación que generalmente realizan las Contract Research Organizations (CROs). Utilizando esos datos y la investigación médica de dominio público, las compañías farmacéuticas y sus asociados producen una cantidad significativa de los artículos que se publican sobre los medicamentos más importantes. Luego investigadores académicos aparecen como autores de estos artículos, y su contribución puede ser desde haber reclutado algunos pacientes para el ensayo clínico, hasta haber editado el manuscrito, o simplemente haber firmado el borrador final. Las compañías luego entregan estos documentos a las revistas médicas, reciben evaluaciones favorables y se publican. Estos artículos pasan a formar parte de la opinión científica pero las circunstancias que llevaron a su publicación se mantienen secretas. Cuando los artículos son útiles, los departamentos de marketing compran miles de separatas que los visitadores médicos distribuyen entre los médicos. 

A este proceso lo denomino “el manejo fantasma” de la investigación médica y su publicación (1).

Parte de este proceso es difícil de observar. Un estudio de las investigaciones patrocinadas por la industria reveló que generalmente en las publicaciones que emanan de estos estudios no se reconocen las contribuciones de los estadísticos, quienes definieron el diseño y el protocolo de la investigación (2). A pesar de que sabemos que los estadísticos de las compañías farmacéuticas y los directores médicos trabajan, no hay forma de analizar sus actividades. 

A pesar de eso, parte del proceso está a la vista. Los manuscritos se producen de acuerdo a las directrices de los que planifican la publicación, quienes tienden a trabajar para agencias independientes más que para las compañías farmacéuticas. En el Internet hay más de 50 compañías que se anuncian como planificadoras de publicación, y muchas son bastante explicitas al describir su funcionamiento. Según el director de una agencia, planificar la publicación “es conseguir que el producto obtenga una parte del mercado y se utilice, para ello se elabora un plan sistemático de diseminación de datos y mensajes claves, a poblaciones objetivo, en el momento óptimo y utilizando de forma efectiva los medios de comunicación” (3). Entre las vías de diseminación se incluyen “publicaciones, revisiones de revistas, simposios, talleres, consejos consultivos, resúmenes de ponencias, materiales educativos y relaciones públicas.” Es decir, la industria promueve sus productos a través de los medios científicos. 

¿Qué proporción de la literatura está siendo gestionada a por estos fantasmas? Utilizando los datos que tenemos, parecería que aproximadamente el 40% de los artículos médicos sobre medicamentos de grandes ventas, protegidos por patente, forman parte de planes de publicación realizados específicamente para ese medicamento (4). (Podría ser que hubiera más artículos pero estos se manejarían de otra forma). Este porcentaje es alto y permite que la compañía llame la atención sobre un producto y controle la percepción que se tiene de él, dando la impresión de que los artículos los han producido autores independientes. 

El 40% puede parecer alto, pero es razonable. Para empezar, las compañías farmacéuticas financian el 70% de todos los ensayos clínicos, y el 70% de estos los manejan las CROs, quienes no tienen interés en publicar los artículos con su nombre – producen información que pertenece a los patrocinadores. Es decir que las compañías controlan la mitad de toda la información sobre los ensayos clínicos. En segundo lugar, hay muchas agencias que se dedican a planificar la publicación y diseminación de la información. Las 50 más visibles contratan a cientos de empleados y manejan cientos de manuscritos anualmente. En realidad este tipo de negocio está tan extendido que hay dos asociaciones internacionales de planificadores de publicación que organizan reuniones y seminarios; además hay otras asociaciones de escritores médicos. También hay organizaciones con ánimo de lucro que organizan reuniones y seminarios similares. 

Participé en la reunión de la International Society of Medical Planning Professionals (ISMPP) de 2007 y aprendí mucho. La reunión anual de la otra organización International Publication Planning Association fue muy parecida y unos cuantos de los presentadores fueron los mismos. En la reunión de ISMPP había unas 400 personas y por lo que me dijeron cada una manejaba docenas de publicaciones al año. Uno de los planificadores me dijo que estaba encargada de una campaña que involucraba a más de 100 manuscritos y ponencias. 

Generando investigación
Una queja frecuente en las publicaciones científicas es que se divide la investigación en “unidades publicables” y hay publicaciones repetidas y redundantes del análisis. Con esto se consigue llenar las revistas con artículos que tienen la ventaja y desventaja de enfatizar un solo punto. Los autores académicos saben como multiplicar el número de artículos y también saben como quejarse de esta práctica. Sin embargo, para la industria cada publicación forma parte de una campaña de marketing y se esperan resultados. La profesionalización y comercialización de las publicaciones se ha convertido en la ciencia de multiplicar artículos.

En la reunión de ISMPP, el director de una de las agencias de publicaciones médicas más grandes del mundo sorprendió a la audiencia cuando dijo “No están ayudando cuando toman su investigación, escriben su artículo principal y después hacen 20, 30, 40 análisis secundarios. Esto esta contribuyendo a sobrecargar el proceso de revisión por pares y lo está paralizando”. Probablemente exageraba pero otro de los ponentes corroboró la idea de que se multiplica el número de artículos “Mi equipo de investigación tiene más ideas de las que podemos manejar, aunque tuvieramos 15 agencias y 20 personas dedicadas a publicar solo sobre este tema. Este es uno de los retos más importantes porque hay que hacer más análisis, también tendríamos que tener más estadísticos, más investigadores, más autores. Yo necesito más escritores, tanto si son escritores de agencias o médicos externos los que escriben.” Lo que quería decir es que hay que tener en mente las ideas importantes desde el principio, para optimizar la producción. No le preocupaba el número de publicaciones pero sí quería asegurarse de que todas merecen publicarse. Llega un momento en que un artículo más no es costo-efectivo. 

Las contribuciones de las revistas médicas
Entre los presentadores en ISMPP había representantes de casas editoriales, lo que no debe sorprender ya que algunas son dueñas de las agencias que planifican publicaciones. Las agencias dicen que estas conexiones generan sinergias y permiten el acceso a revistas y redes de lideres de opinión (LO). Por ejemplo, Carus Clinical Communication ofrece “innovación y experiencia de alto nivel y se apoya en las publicaciones médicas que Elsevier tiene alrededor del mundo. Elsevier se considera el grupo líder por la profundidad y amplitud en los temas que trata” (5). Estas conexiones también benefician a las revistas porque les proporcionan artículos de calidad que pueden vender como separatas, y además generan ingresos por publicidad. 

Entre los ponentes había editores de revistas médicas de gran prestigio, uno de ellos representaba a una asociación de editores de revistas. El representante de la casa editorial y uno de los editores, cuando subieron al podio solicitaron manuscritos de la audiencia. Ninguno de los editores criticó la planificación de las publicaciones, y uno de ellos agradeció a los planificadores por producir manuscritos de mejor calidad que los que escriben los académicos. Todos los editores presentaron los problemas de conducta como un problema abstracto o como un problema de los autores, no de la industria farmacéutica y sus agentes: “Un académico debe insistir en su participación activa en el proyecto de investigación. Debería rechazar las ofertas para firmar artículos escritos por otros, especialmente cuando se trata de artículos de revisión. Debe insistir en que el artículo refleje su propia interpretación de la evidencia. Tiene que insistir en que todo sea transparente…

Estos editores saben que muchos de los artículos les llegan a través de planificadores de publicación. Un documento que obtuvo David Healy a través de un litigio dejo claro que los contactos principales para muchos de los manuscritos son los planificadores, no los autores (6). Además, los editores de revistas reconocen que las publicaciones tienen valor en el mercado. Uno de ellos dijo “la forma de conseguir que uno de los artículos se publique fácilmente, que es el objetivo que hay que lograr, es evitar prácticas que podrían frenar el proceso y atrasar el momento en que podrán empezar a disfrutar de la fama y los ingresos que resultan de publicar en una revista de calidad.”. 

Las publicaciones representan dinero para la industria. Las publicaciones también representan dinero para las revistas, a través de los anuncios y las separatas. Algunos editores han criticado las políticas de investigación y publicación de la industria, pero dependen demasiado de ella para rechazar sus manuscritos. 

Los manuscritos de la industria son muy exitosos. Las revistas médicas como JAMA y BMJ dicen que tienen una tasa de rechazo el 94%, sin embargo los planificadores de investigación disfrutan de tasas altas de aceptación, con una aceptación del 94% de los resúmenes y 78% de los manuscritos (7).

Autores y plagio
Los líderes de opinión (LO) son especialistas reconocidos que influyen mucho en los patrones de prescripción de otros médicos. En la práctica, este término se utiliza con especialistas que tienen relaciones con la industria, no solamente con los expertos. Los que planifican publicaciones se apoyan en los líderes de opinión para que firmen artículos o para que participen como ponentes en reuniones; y en este proceso también generan LO al promover que algunos especialistas destaquen más que otros. 

No hay duda que los autores de los manuscritos de la industria tienen roles muy variados. Sin embargo, también está claro que generalmente participan poco. Uno de los ponentes dijo que no era aceptable que solo se compartiera con los autores la penúltima versión, que es lo que sucede con mayor frecuencia (la queja se relacionaba más con la eficiencia que con la ética del proceso, cuando el autor hace muchos cambios en la última versión hay que rehacer una buena parte del trabajo). Esto coincide con lo que cuentan los que han participado en el proceso cuando testifican en caso de litigio o cuando han querido diseminar sus experiencias. Por ejemplo Dr. Adriane Fugh-Berman describe que cuando ella se negó a firmar un artículo, el mismo artículo se presentó a otra revista bajo el nombre de otro autor (8). 

En la reunión de ISMPP se debatió si los autores debían tener acceso a los datos. Lo que originó el debate fue una discusión sobre el escándalo que originó el Dr Aubrey Blumsohn, un investigador que denunció la manipulación de la industria cuando sospechó que las presentaciones y artículos en los que figuraba como autor contenían información distorsionada, eran datos que el había ayudado a generar pero a los que no tuvo acceso (9). El director científico de una compañía farmacéutica, hablando muy cuidadosamente recordó a la audiencia lo difícil que es analizar la información y como los individuos pueden mal interpretarla. “Conozco casos en que amateurs han intentado analizar las bases de datos y no han sabido juntar diversas bases y controlar por número de identificación, y han acabado con pura basura. De estas cosas es difícil darse cuenta a no ser que ya se esté familiarizado con los datos. Cuando esto ocurre, el patrocinador se encuentra en una posición en la que tiene que rehacer y verificar los análisis que se han hecho por fuera, lo que consume tiempo y genera discusiones sobre los resultados de la investigación que son muy, muy difíciles de resolver”.

Las compañías farmacéuticas se comprometen solo a compartir con los autores los resúmenes de los resultados. 

Los planificadores, cuando discuten entre ellos, presentan a los autores como perezosos, avaros, y con tendencia a no entregar las cosas a tiempo. Los planificadores querrían que los autores contribuyeran de alguna forma a redactar los manuscritos para darles legitimidad. Sin embargo, hay que entrenar y acompañar a los autores. Uno de los ponentes recomendó que se hicieran preguntas muy específicas para que los autores contribuyeran, una técnica pedagógica válida: “los podéis guiar a los aspectos sobre los que queréis retroalimentación. Es decir, en lugar de simplemente decir ‘este es el primer borrador y querría obtener sus reacciones’.. se puede decir…’aquí está el primer borrador, he intentado explicar la metodología dentro del número de palabras permitido. Sin embargo pienso que quizás usted podría prestarle más atención a esa parte, ¿he dicho todo lo que es importante?"

De esta forma es poco probable que los autores contribuyan al análisis o redacción del artículo. Se les muestran manuscritos bien escritos que han sido revisados por varios científicos, escritores y especialistas en marketing. No tienen acceso a los datos. Se les solicitan opiniones para partes muy específicas. Se les exige que respondan en plazos cortos. Además, se margina a los autores de manuscritos de la industria de los procesos de analizar, escribir y publicar los resultados de la investigación. 

Conclusiones
Entre los problemas éticos estándar que se asocian con publicaciones académicas el que más se discute es el plagio y el que no se otorgue el crédito correspondiente a los que lo ameritan. Desde que existen las publicaciones académicas, algunos autores han copiado el trabajo de otros, y otros se han llevado el crédito del trabajo realizado por estudiantes u otros investigadores más jóvenes. La preocupación por el plagio es un tema de justicia, ya que unos se llevan el crédito aprovechando el trabajo que han hecho otros. La industria farmacéutica, siempre innovando, ha creado una forma distinta de plagio que involucra solo a los que quieren participar. Es más, ha generado nuevos motivos de preocupación: el amagar los intereses que dirigen la investigación y la publicación de resultados, y los posibles daños para los pacientes que se pueden originar. Cuando los representantes de ventas llevan separatas de sus artículos a las consultas médicas, a las enfermeras que pueden prescribir, al personal del hospital que es responsable de los formularios, y a otros que están involucrados en medicamentos, estos artículos parecen ofrecer una confirmación externa de lo que dicen los visitadores médicos. Los líderes de opinión ofrecen su nombre para avanzar esa causa. 

Otro de los temas que se discuten es la sobreproducción de publicaciones. Estamos enterrados en montones de información, lo que dificulta que podamos identificar lo que realmente vale la pena. Las publicaciones ocultan tanto como revelan. Cada año aumentan los presupuestos de las bibliotecas en porcentajes muy superiores a la tasa de inflación. Esto se debe, en parte, al aumento del precio que imponen las editoriales y en parte al aumento en el número de revistas. El manejo fantasma de la investigación farmacéutica y de su publicación tiene un papel importante en la ciencia médica, ya que los planificadores de la industria calculan el número de artículos con mensajes clave que necesitan producir para influir en los hábitos prescriptivos de los profesionales que recetan.

¿Qué se puede hacer? La solución es separar la investigación de la propaganda. 

Los prescriptores no deberían leer los artículos que les entregan los visitadores médicos, porque es posible que confundan el papel que tienen estos visitadores. De hecho, nadie debería leer la investigación patrocinada por la industria porque en general no se puede distinguir entre lo que es investigación patrocinada y lo que es propaganda comercial.

Los líderes de opinión deberían negarse a firmar artículos en los que no hayan hecho contribuciones importantes ya sea en el análisis o en la redacción, y en los que además hayan trabajado los datos. Las revistas médicas ya tienen guías para las autorías, pero los autores no las siguen. 

Hasta ahora lo único que hago es predicar porque es difícil convencer a grandes números de personas para que cambien sus deseos y hábitos, y también es difícil cambiar las prácticas de la industria, a no ser que se la obligue. En las otras partes del sistema es más fácil intervenir.

Las escuelas de medicina deberían castigar severamente a quienes plagien información, por las razones de siempre pero además porque ponen en riesgo la salud de los pacientes. También deberían dejar de valorar la investigación patrocinada por la industria.

Las revistas médicas deben exigir que los autores describan con detalle sus contribuciones a los artículos y deben estudiar detenidamente las descripciones que hagan. Deberían dejar de relacionarse con los que planifican la publicación y comunicarse solo con los autores. También deben dejar de solicitar artículos a la industria. Y lo que todavía es más controversial, deberían dejar de publicar estudios patrocinados por la industria: las 10 revistas médicas más importantes dan tanta importancia al prestigio que podrían dejar de lado a la industria y demostrar que tienen las manos limpias.

Finalmente, los gobiernos deberían responsabilizarse por la investigación y el marketing de los medicamentos (10). No podemos confiar en que la industria farmacéutica deje de utilizar la investigación para hacer propaganda de sus productos. Los gobiernos deberían sacar a los ensayos clínicos de las manos de la industria, y deberían financiar los que sean necesarios con los impuestos de las compañías farmacéuticas. O podrían redefinir las responsabilidades de las compañías, dividiéndolas entre agencias de investigación y agencias de marketing. La implementación de estas soluciones exige mucha fuerza política, pero podría solucionar muchos problemas. Hasta que se tome este tipo de medidas, nos podemos seguir preguntando, como lo hace un chiste ¿está la ciencia médica en venta? No, los dueños están felices con ella.

Referencias
1. Sismondo S (2007) “Ghost management: How much of the medical literature is shaped behind the scenes by the pharmaceutical industry?” PLoS Med 4(9): e286.
2. Gøtzsche PC, Hróbjartsson A, Johansen HK, Haahr MT, Altman DG, et al. (2007) “Ghost authorship in industry-initiated randomized trials.” PLoS Med 4: e19. doi:10.1371.
3. Bohdanowicz H (2005) “A guide to strategic communication planning.” Pharmaceutical Executive Europe. Available at: www.pharmexeceurope.com/europharmexec/article/articleDetail.jsp?id=180670. Accessed 22 August 2007.
4. Healy D, Cattell D (2003) “Interface between authorship, industry and science in the domain of therapeutics.” Br J Psychiatry 183: 22-27; Ross JS, Hill KP, Egilman DS et al. “Documents From Rofecoxib Litigation Related to Rofecoxib: A Case Study of Industry Guest Authorship and Ghostwriting in Publications.” JAMA 299(15): 1800-12
5. Carus Clinical Communications (2007) www.carusclinical.com (accessed 29 November 2007).
6. See Healy D, Cattell D (2003) Op. cit.
7. Gardiner-Caldwell Group (2007) www.thgc-group.com/ (accessed 29 November 2007).
8. Fugh-Berman A. (2005) “The Corporate Coauthor.” Journal of General Internal Medicine 20:546-548.
9. Blumsohn A. (2006) “Authorship, ghost-science, access to data and control of the pharmaceutical scientific literature: Who stands behind the word?” AAAS Professional Ethics Report 29(3):1-4.
10. E.g. Schafer A (2004) “Biomedical conflicts of interest: A defence of the sequestration thesis—Learning from the cases of Nancy Olivieri and David Healy.” J Med Ethics 30: 8-24.

 

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(regresa a Ética y derecho) 

 

 

Autorías de regalo y escritores fantasmas en publicaciones relacionadas con el rofecoxib.

(Guest authorship and ghostwriting in publications related to rofecoxib)
Ross JS, Hill KP, Egilman DS, Krumholz HM.JAMA 2008; 299: 1800-1812
Disponible en www.cap-semfyc.com/
Resumido por Salud y Fármacos

Pregunta clínica
¿Ha sido frecuente la falsa autoría en las publicaciones sobre rofecoxib realizadas por el laboratorio fabricante, Merck & Co Inc.?

Antecedentes
Según una declaración conjunta de una serie de revistas biomédicas de gran impacto, la autoría en las publicaciones biomédicas implica una serie de requisitos: asumir la plena responsabilidad por el desarrollo del estudio, tener pleno acceso a los datos del estudio y controlar la decisión de su publicación [1].

En este sentido, se considera «autoría invitada» o «autoría de regalo» de un artículo cuando se designa como autor a alguien que no cumple con el criterio preestablecido de autoría, y por «autoría fantasma» cuando entre los firmantes no se puede identificar a nadie que haya realizado alguna contribución sustancial al desarrollo del estudio o a la redacción del manuscrito. Ambas prácticas no sólo constituyen una perversión del concepto de autoría, sino un auténtico fraude, y su frecuencia, nada desdeñable, se ha estimado en el 13-16% de los ensayos clínicos, el 10-21% de los artículos de revisión, el 6-26% de los editoriales y entre el 11-41% de las revisiones de la Cochrane.

En este estudio se realizó un análisis de la información interna de la empresa Merck con el objetivo de determinar la magnitud de la falsa autoría en las publicaciones sobre rofexocib.

Población estudiada y ámbito del estudio
Se trata de un estudio de casos (case-study) que ha aprovechado la información disponible en los litigios planteados en los tribunales contra la multinacional Merck por los efectos secundarios de rofecoxib («Coma contra Merck and Co Inc.» y «MacDarby contra Merck and Co, Inc.»). Durante la instrucción de los casos, Merck fue requerida por los tribunales a facilitar toda la documentación de la compañía relacionada con rofecoxib, información que estuvo a disposición de los autores de la presente publicación, que actuaron como asesores de los abogados de la parte demandante.

Con la documentación aportada se constituyó una base de datos en la cual se realizó una búsqueda con las palabras claves: ensayo clínico, autor, autoría, revisión, manuscrito y publicación. Se identificaron 20.000 documentos.

Uno de los autores del estudio revisó todos estos documentos para determinar si en ellos se realizaba alguna «referencia o discusión sobre la autoría de los estudios». Identificó 259 documentos, la mayoría documentos internos de la propia compañía, junto con correspondencia entre Merck y las denominadas compañías médicas de publicidad (CMP) que la empresa contrataba con frecuencia para la realización de estudios clínicos.

Estos 259 documentos se revisaron utilizando la técnica Grounded Theory (método inductivo utilizado en el análisis cualitativo que utiliza los datos para generar teorías, en lugar de utilizarlos para comprobar una hipótesis preconcebida. En una segunda fase, cuando los datos han generado una teoría, ésta es sometida a una comprobación mediante una nueva revisión de todos los datos realizada ahora por varios autores. Este proceso genera finalmente por acuerdo una serie de temas junto con una serie de documentos que ilustran cada tema). Los temas generados en el presente estudio fueron la autoría de los ensayos clínicos y de las revisiones científicas que finalmente fueron publicados por Merck.

Posteriormente se efectuó una búsqueda en Medline para identificar:
-Todos los artículos que la empresa finalmente había publicado, con la relación de sus autores firmantes.
-Otros estudios sobre rofecoxib firmados por investigadores vinculados al mundo académico.En esta búsqueda se identificaron 96 artículos relevantes, entre ensayos clínicos y revisiones científicas.

Diseño del estudio y validez: Análisis cuantitativo de un caso (case-study) mediante la aplicación de la técnica Grounded Theory.

Efectos más importantes que se estudiaron
· Borradores de estudios clínicos realizados por la propia compañía Merck o por una compañía médica de publicidad, con sus autores.
· Estudios finalmente publicados por Merck sobre rofecoxib, su autoría y la declaración de financiación.

Los artículos finalmente publicados fueron adjudicados a una de las siguientes categorías:
· Manuscrito con coautor de la empresa Merck.
· Artículo con declaración de algún conflicto de intereses.
· Artículo con declaración de conflicto de intereses por recibir ayuda de Merck.
· Declaración de conflicto de intereses con Merck de al menos uno de los autores académicos.

En aquellos estudios en los que no se declaraba ningún tipo de ayuda de Merk y los firmantes procedían del mundo académico, se revisaron todas las publicaciones de los últimos 2 años de estos autores, para determinar si en realidad existía algún conflicto de interés no declarado.

Resultados principales
Manuscritos de ensayos clínicos
Se encontraron múltiples pruebas que demostraban que Merck solía realizar y redactar los manuscritos de sus ensayos clínicos con sus propios investigadores, mientras que para su publicación se reclutaban investigadores externos vinculados con el mundo académico:

-El caso del EC 078, que investigaba si rofecoxib podía retrasar el inicio de la enfermedad de Alzheimer, es ilustrativo. El desarrollo y la redacción del artículo corrió a cargo de ocho investigadores de Merck, pero en el artículo finalmente publicado figuran como primeros firmantes tres investigadores externos, procedentes del mundo académico.

-En el protocolo de estudio 901 (eficacia de naproxeno y rofecoxib en población asiática y europea), se redactaron inicialmente dos borradores a cargo de sendos investigadores de la propia empresa Merck; sin embargo, finalmente se publicaron ambos estudios como un único ensayo clínico y firmados por otros autores.

-Estudio ADVANTAGE (valoración de las diferencias entre Vioxx® y naproxeno para determinar su tolerancia y efectividad). El primer firmante del artículo publicado declaró públicamente a un periódico que: «la empresa diseñó el estudio, lo realizó, lo pagó, y posteriormente acudió a mí para la redacción del artículo», pero reconoce que incluso el primer borrador fue también redactado por Merck.

-En el caso del famoso estudio VIGOR (Vioxx gastrointestinal outcomes research), los firmantes vinculados con el mundo académico no redactaron el borrador inicial, no tuvieron acceso a los datos, ni realizaron su análisis.

-Se identificó un documento interno de Merck que incluye una relación de 20 protocolos de estudios ya realizados. Para cada uno de ellos se identifica un investigador de Merck como autor del primer borrador. Sin embargo, se comprueba que en 16 casos los primeros firmantes de los estudios finalmente publicados fueron investigadores externos con vinculación académica.

-Se localizó una carta de una empresa de investigación externa (Scientific Therapeutic Information) donde se informa a Merck que está finalizado el borrador de un manuscrito de un ensayo clínico (protocolo 116) realizado por ellos y listo para ser enviado a la revista JAMA.

Documentos de revisiones científicas
-Se encontraron documentos en los que los empleados de Merck realizan contratos con compañías externas de publicidad para la redacción de revisiones de autoría «fantasma» sobre rofecoxib, y gestiones para la ulterior contratación de investigadores externos procedentes del ámbito académico para participar como «firmantes invitados».

-Un correo electrónico de la empresa Scientific Therapeutic Information (especializada en la preparación del mercado antes del lanzamiento de un producto) informaba a Merck del estado de nueve revisiones realizadas por encargo, cada una de ellas con una propuesta concreta de autor invitado y de revista a la que remitir para su publicación.

-Un contrato entre Scientific Therapeutic Information y Merck por valor de 23.841 dólares por la redacción de una revisión de 20 páginas para ser remitido a una revista de cardiología.

-Se identificaron documentos que describen la compensación económica que Merck solía abonar por servir como firmante de un manuscrito de autoría fantasma preparado por una empresa médica de publicidad. Los honorarios oscilaban entre los 750 y los 2.500 dólares.

Declaración de ayudas económicas 
En total se identificaron 96 artículos relevantes publicados: 24 ensayos clínicos y 72 revisiones científicas.

De los 24 ensayos clínicos finalmente publicados, 22 (92%) declararon haber recibido ayuda económica por parte de Merck.
Por el contrario, de las 72 revisiones científicas publicadas, en 36 (50%) sus firmantes no declararon que Merck había financiado el artículo. Sin embargo, en 24 de estas revisiones (67%) al menos uno de los firmantes había declarado previamente su vinculación económica con la empresa en otros artículos publicados durante los2 años anteriores.

Recomendaciones para la práctica clínica
La autoría fantasma y la autoría de invitación ha sido la norma en las publicaciones realizadas por Merck sobre su producto estrella rofecoxib. Por otra parte, es una práctica común que autores de reconocido prestigio en el mundo académico oculten su vinculación o apoyo por parte de la industria farmacéutica.

Este estudio demuestra que Merck utilizó de forma sistemática una estrategia para facilitar la publicación de ensayos clínicos sobre rofexocib mediante la práctica tanto de autores invitados como la autoría fantasma. La norma era que los artículos fueran realizados por investigadores de la propia empresa, pero firmados por investigadores externos de reconocido prestigio.

De forma similar, los artículos de revisión sobre rofecoxib frecuentemente eran preparados por autores desconocidos de empresas médicas de publicidad y atribuidos a investigadores que a menudo no manifestaban el apoyo financiero del laboratorio.

No obstante, a causa de la gran variedad de documentos disponibles y de la metodología utilizada, el presente estudio no ha sido capaz de determinar la magnitud de estas prácticas de suplantación de autoría. No obstante, el método utilizado es, quizá, poco sensible, pero ha resultado muy específico para ilustrar el problema.

Los datos analizados proceden de un único laboratorio, por lo cual no se pueden generalizar los hallazgos a todas las compañías farmacéuticas, ni a todas las moléculas investigadas, aunque dada la magnitud y sofisticación del presente caso, cabe pensar que pudiera ser una práctica común, sobre todo teniendo en cuenta que Merck se había distinguido tradicionalmente por su actitud ética.

La posibilidad de haber tenido acceso a la información interna de una compañía farmacéutica con motivo del litigio planteado ha sido una oportunidad única de poder arrojar luz sobre las prácticas de promoción comercial contrarias a la ética. Prácticas que según la Asociación Mundial de Editores Médicos sólo pueden ser calificadas de deshonestas, ya que erosionan el fundamento ético de la medicina y de la investigación clínica, al pervertir el concepto de autoría. No obstante, las revistas médicas tienen un importante papel en evitar esta práctica, más allá de las declaraciones conjuntas, como podría ser la exigencia a los firmantes de una declaración del grado de colaboración en las diferentes fases del estudio y en la redacción del manuscrito definitivo, así como una declaración de sus vinculaciones con la industria farmacéutica. 

Los firmantes de los artículos, a su vez, y por iniciativa propia, deberían enviar esta información a los comités editoriales de las revistas, al margen de la política sobre autoría y declaración de conflicto de interés de cada revista en particular.

Referencia
[1] Davidoff F, DeAngelis CD, Drazen JM, Hoey J, Hojgaard L, Horton R, et al. Sponsorship, authorship, and accountability. Lancet. 2001;358:854-6.

 

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(regresa a Ética y derecho) 

 

modificado el 19 de septiembre de 2017