ECONOMÍA Y ACCESO
Industria y mercado
Reino Unido. La cura de la industria farmacéutica británica (Healing the UK pharma industry)
Editorial
Financial Times, 21 de abril de 2013
Traducido por Salud y Fármacos
De la misma forma como se han creado nuevos incentivos fiscales para ayudar a la industria farmacéutica británica, algunas sociedades científicas advierten que los productores de medicamentos en el país corren el riesgo de deteriorarse, como le sucedió a la industria automotriz en la década de los ochenta, a no ser que haya una intervención más apropiada. Sus ideas merecen una discusión más amplia.
La decisión que tomó AstraZeneca el mes pasado de reducir un número importante de empleados en su unidad de investigación en Alderley Edge ha sido la última de una serie de reducciones que han afectado a centros históricos de innovación de medicamentos, incluyendo el de Sandwich de Pfizer.
Las compañías farmacéuticas hacen una contribución significativa a la economía del Reino Unido a través del empleo, inversiones en investigación y ganancias en la exportación. A famosos investigadores ingleses, tales como Sir James Black y Sir David Jack, les han seguido una nueva generación cuyos nombres están en las patentes de los medicamentos que han salvado miles de vidas en todo el mundo, que incluyen todo tipo de medicinas desde aquellas para tratar problemas cardiovasculares hasta los oncológicos.
Y sin embargo se está erosionando este historial, a medida que disminuyen los subsidios domésticos y la globalización de la industria debilitan la base científica británica. La Real Sociedad de Química (Royal Society of Chemistry), ha experimentado una reducción de más de una quinta parte de afiliados que trabajan en empresas farmacéuticas, en donde laboran la gran mayoría de los químicos.
Si la Gran Bretaña quiere reestablecer el equilibrio en su economía, que ahora está centrada en las finanzas, y moverse hacia la manufactura, mucho va a depender en la reactivación del desempeño de los sectores tradicionalmente fuertes, como es el caso de las farmacéuticas.
El gobierno ha tomado medidas exitosas, entre las que se incluyen los nuevos créditos fiscales y la “caja de la patente” [1], por ejemplo la promoción de nuevas inversiones en producción dentro del Reino Unido como ha sido el caso de GlaxoSmithKline. El país sigue siendo atractivo como lugar para investigar, así lo demuestra la decisión de AstraZeneca de compensar los puestos de trabajo perdidos en Alderley Edge con nuevos empleos en Cambridge, en donde se ubicará la oficina central global.
Por otra parte, la Real Sociedad de Biología (Royal Society of Biology) y otras instituciones argumentan que hay también debilidades, sobre todo en la medicina translacional, es decir en el proceso de convertir los resultados de las investigaciones en medicamentos, ya que es necesario identificar más eficientemente las dianas, las formulas, y los pacientes en los cuales se van a experimentar los medicamentos.
Esas sociedades científicas correctamente se desentienden de la necesidad de nuevas inversiones en edificaciones, en cambio señalan la importancia de crear centros de investigación terapéutica de excelencia que tengan una orientación estratégica, y en desarrollar un fuerte liderazgo semejante al modelo del centro de Investigación sobre Cáncer y la Universidad de Dundee.
Los centros necesitan mayor comunicación, colaboración y facilidades para trabajar en red, con unidades que combinen lo mejor del mundo académico con la industria y que de algún modo tengan cierta independencia de los dos, y con mayores incentivos para que los investigadores se muevan entre los dos. Una precondición es la voluntad para pagar salarios de la industria y disminuir el sesgo del reclutamiento tradicional de las universidades hacia aquellos que tienen publicaciones.
La Iniciativa de Medicamentos Innovadores de la Unión Europea que financia consorcios pre-competitivos en la etapa wp_postsrana de investigación, y el centralizado Servicio de Salud Nacional (National Health Service) del Reino Unido ofrecen potencial para desarrollar un trabajo importante en las primeras etapas del desarrollo, así como en las últimas cuando los medicamentos se prueban en pacientes.
Finalmente, los gobiernos solo pueden apoyar un poco. La industria automotriz del Reino Unido solo se revitalizó parcialmente porque había empresas más productivas, tales como algunas japonesas, dispuestas a invertir en el país. En las farmacéuticas, el modelo global es cada día más difícil con costos mayores y menor productividad. Ningún país puede afirmar que ha desarrollado un modelo mejor.
Probablemente, EE UU va a aventajar durante muchos años a otras naciones por su financiación a gran escala de la ciencia básica y su concentración de capital de riesgo. Otros países como el Reino Unido pueden aprovechar ventajas en otros nichos en tanto en cuanto eviten los peligros de intentar crear campeones nacionales excesivamente pesados [2].
1. Nota de los editores: El gobierno de la Gran Bretaña ha introducido un régimen preferencial para las ganancias que provienen de patentes y que se conoce como la Patent Box. Esto permite a las empresas una reducción del 10% de los impuestos de los beneficios de la corporación consecuencia de las patentes y a otros tipos similares de ganancias que provienen de la protección intelectual. Se pueden leer más detalles sobre estos privilegios de la industria en http://www.hm-treasury.gov.uk/patent_box.htm
2. Nota de los editores: el Boletín Fármacos publica información con la cual no está de acuerdo para que los lectores conozcan las políticas y situaciones que se dan en diferentes países. En el caso de esta editorial del Financial Times queremos señalar que no nos parece apropiado comparar a la industria farmacéutica con la industria automotriz. En el caso de la industria farmacéutica el rol fundamental del Estado es asegurar la seguridad, eficacia y accesibilidad de los medicamentos a todos los ciudadanos que los necesiten. Pensamos que no es correcto subsidiar a la industria farmacéutica para que genere beneficios para unos pocos directivos (generalmente enormes beneficios) e inversores. Los fondos para subsidios públicos provienen de todos los ciudadanos y los subsidios benefician a un pequeño porcentaje que suelen ser generalmente los que ya tienen más recursos.