Industria, Mercado y Fusiones
9 cosas importantes para aprender de la fusión Bristol-Celgene de US$ 74.000 millones (9 big takeaways from the $74 billion deal)
Damian Garde, Adam Feuerstein, Ed Silverman
Stanews, 3 de enero de 2019
https://www.statnews.com/2019/01/03/9-big-takeaways-from-the-74-billion-bristol-celgene-deal/
Traducido por Salud y Fármacos
Bristol-Myers Squibb y Celgene sacaron a la biotecnológica de su situación difícil con una propuesta de fusión de US$74.000 millones, un plan que tiene amplias implicaciones para la industria farmacéutica, que ahora se enfrenta a una disminución de su riqueza, la presión sobre los precios, y las molestas preguntas que les están haciendo los políticos sobre su productividad científica.
Aquí hay nueve puntos principales que se pueden aprender de una de las compras más grandes en la historia farmacéutica.
Esta es la respuesta de Bristol-Myers a una pregunta difícil
Bristol-Myers en su momento estaba a la cabeza de la inmuno-oncología, cuando Opdivo, su inhibidor de punto de control (check point inhibitors), lideraba un saturado campo de terapias competitivas. Pero en los últimos dos años, Keytruda, el rival de Merck, había superado a Opdivo en los ensayos clínicos y ahora tiene el liderazgo en ventas, poniendo a Bristol-Myers a la defensiva.
Opdivo representa aproximadamente el 30% de los ingresos de la compañía, y la disminución progresiva de sus ingresos ha sido un punto de conflicto entre los analistas en las conferencias trimestrales de Bristol-Myers. La compra de Celgene, y la absorción de sus tratamientos estables para el cáncer de la sangre y la enfermedad inflamatoria, brinda a Bristol-Myers cierta diversificación y alivio a los cuestionamientos sobre el futuro de su producto estrella.
¿Es esto solo otro movimiento desesperado de Big Pharma?
Veámoslo: Bristol-Myers tiene muchos problemas, por lo que, en cierta medida, recuerda a algo conocido. Un gran fabricante de medicamentos que enfrenta desafíos en su cartera de ventas y en su crecimiento decide hacer una gran adquisición para tratar de resolver sus problemas. Por supuesto, no todo gran negocio funciona bien. Hace años, Pfizer compró Pharmacia, y más tarde Wyeth, para tomar el control de productos clave. Pero los acuerdos también arrojan dudas sobre la I + D y otras partes del negocio, ya que integrar grandes operaciones puede ser más fácil de programar que de hacer.
¿Podría ser esto más de lo mismo? Hay algunas diferencias notables en este caso. Bristol-Myers, que antes era un actor más general en la industria farmacéutica, durante la última década se ha centrado en gran medida en la oncología y Celgene complementa en gran medida su estrategia, mientras evita la superposición. Ninguna de las dos empresas es un gigante con tentáculos en tantas áreas terapéuticas como para que el acuerdo aumente los riesgos de integración.
Comprar Celgene también puede ayudar a Bristol-Myers a disuadir a otras grandes compañías de considerar la compra de Bristol, que a su vez ha sido mencionada como un objetivo atractivo.
Tres biotecnologías de gran capitalización quedan en pie
Celgene ha desapareciendo. Claro, la biotecnológica vivirá dentro de Bristol-Myers, pero cuando se cierre este acuerdo, una de las compañías más grandes y con mayor impacto del sector dejará de existir. Y ya solo habrá tres: Gilead Sciences, Biogen, y Amgen.
Esto plantea preguntas sobre la sostenibilidad en general a largo plazo de la biotecnológicas de gran capitalización. Celgene fue una compañía muy exitosa que en última instancia se volvió demasiado dependiente de los ingresos a partir de un solo medicamento: su producto de gran éxito para el mieloma, Revlimid. Una vez que el crecimiento comenzó a desacelerarse, la compañía intentó diversificarse a través de asociaciones, pero finalmente decidió que el mejor camino a seguir era venderse a sí mismo. Esto parece ser una capitulación y sugiere que hay un límite en cuanto al tamaño que puede obtener una compañía de biotecnología antes de sucumbir a las mismas presiones de consolidación que anteriormente hicieron que el universo de las grandes farmacéuticas se redujera.
Este acuerdo podría provocar una mayor consolidación biotecnológica
Celgene no es la única biotecnológica de gran capitalización con problemas de crecimiento. Especular sobre más consolidaciones gigantes es más fácil que hacerlas, pero no es una locura imaginar que AbbVie, Johnson & Johnson, o AstraZeneca hagan una maniobra con una de las biotecnológicas de gran capitalización que quedan.
También está el siguiente nivel hacia abajo. ¿Debería Vertex Pharmaceuticals depender solo de su franquicia dominante para la fibrosis quística? ¿Sería mejor para Alexion Pharmaceuticals llevar sus medicamentos de enfermedades raras a una compañía más grande y diversificada? Y mientras lanzamos objetivos de fusiones y adquisiciones, incorporemos también a Regeneron Pharmaceuticals e Incyte al escenario.
Los inversionistas de Celgene pueden pretender que 2018 nunca sucedió
La oferta de Bristol-Myers para Celgene es de alrededor deUS$102 por acción, una prima de más del 50% sobre el precio anterior de la biotecnológica. Eso suena como un acuerdo atractivo para los accionistas, pero el entusiasmo puede variar.
A comienzos de 2018, meses antes de que el fracaso clínico, los rechazos regulatorios y el desengaño de los inversionistas ocasionara la pérdida de más de US$50.000 en el valor de la empresa en el mercado, una acción de Celgene estaba alrededor de US$105. Es posible que la oferta del jueves no represente una prima para los que hace mucho tiempo que son accionistas de Celgene, pero al menos establece un equilibrio incluso después de un año malo para la compañía.
Los muchos amigos de Celgene están en constante cambio
Durante la última década, Celgene consolidó su reputación como el fabricante más prolífico en hacer acuerdos en biotecnología, consiguiendo decenas de acuerdos de licencia que le ofrecieron opción de compra en prácticamente todas las ideas en oncología. Ahora, frente a su inminente fusión con Bristol-Myers, muchos socios de Celgene pueden tener curiosidad por el futuro de su relación con la compañía.
BeiGene, una compañía de cáncer con sede en China vio cómo el precio de sus acciones caía más del 10% el jueves por las preocupaciones de que la fusión terminara su relación con Celgene. Acceleron Pharma, socio de Celgene en un tratamiento para trastornos de la sangre, cayó un 7%.
Este acuerdo significa que Bristol cree en CAR-T
Celgene hizo una gran apuesta por la terapia celular para el cáncer de sangre conocida como CAR-T al adquirir Juno Therapeutics y asociarse con Bluebird Bio. A la inversa, Bristol se alejó de CAR-T, eligiendo en su lugar centrarse en tumores sólidos con su inhibidor de punto de control Opdivo.
Y sin más, Bristol es ahora un jugador importante en CAR-T, y parece bastante optimista al respecto. Bristol está apostando sus esperanzas a corto plazo en seis medicamentos, cinco de ellos de Celgene, que dicen podrían generar ingresos a corto plazo por US$15.000 millones. Dos de esos cinco medicamentos de Celgene son terapias CAR-T.
Este acuerdo no es bueno para los precios de los medicamentos
Para cualquiera que piense que la competencia podría ayudar a bajar los precios de los medicamentos contra el cáncer (aviso: no lo ha hecho), que dos de las compañías que elaboran productos contra el cáncer más grandes del mundo se fusionen no va a mejorar las cosas. Pero más que eso, Bristol y Celgene simbolizan la estrategia de cobrar mucho dinero por medicamentos que tienen un gran impacto en los pacientes. Celgene se convirtió en una gran compañía al aumentar dramáticamente el precio de su primer medicamento contra el cáncer, Thalomid, a lo largo del tiempo. La innovadora inmunoterapia de Bristol-Myers Squibb, Opdivo, cuesta US$150.000 por paciente/año. La innovación no será más barata ahora que las empresas se han fusionado.
También puede ser malo para el desarrollo de negocios en biotecnología
Si usted es una pequeña empresa de biotecnología en busca de un socio con dinero, una fusión Bristol-Myers-Celgene significa una cosa: menos posibilidad de conseguirlo.
En años pasados, Celgene y Bristol-Myers eran competidores obvios en el campo de la oncología, lo que significa que cualquier nueva empresa con un activo prometedor podría jugar con ofertas de las dos. La consolidación, en todas sus formas, tiende a reducir la competencia, y la industria biotecnológica tendrá un jugador menos una vez se firme el acuerdo.
Los megamergers no son un buen augurio para los científicos
Es casi un cliché entre las empresas farmacéuticas que las fusiones son malas para la innovación. Esto se debe en parte a que las empresas a menudo se fusionan cuando no hay mucho más en la agenda de I & D. Pero más que eso, la interrupción dificulta que los científicos se centren en su trabajo. “La interrupción que causa el proceso de integración es inconmensurable”, escribió en 2014 John LaMattina el ex jefe de Pfizer. “Hay ganadores y perdedores como resultado del proceso de selección de líderes. Las heridas aparecen a medida que diferentes equipos de investigación discuten cuáles de los proyectos de cada equipo son los mejores”.