Conducta de la Industria
Cómo la industria farmacéutica paga a “los expertos” para desacreditar la reducción de precios de medicamentos (Here’s how the drug industry funds ‘experts’ to discredit efforts to lower prices)
Wendell Potter
Tarbell, 19 de febrero de 2019
https://www.tarbell.org/2019/02/heres-how-the-drug-industry-funds-experts-to-discredit-efforts-to-lower-prices2/?ref=featured
Traducido por Salud y Fármacos
Alrededor de una cuarta parte de los estadounidenses no toman sus medicamentos cuando deberían hacerlo porque sus precios son demasiado altos. La gente se está muriendo literalmente por los altos precios de los medicamentos, pero el clamor por el alivio del precio de los medicamentos ha provocado pocos cambios sustanciales en Washington. Tengo una corazonada que explica por qué pasa esto.
Las compañías farmacéuticas hacen grandes contribuciones de dinero a los miembros del Congreso de EE UU para influir en la legislación. Algo menos conocido, pero igual de importante es cómo influyen en los artículos de opinión que leemos sobre los precios de los medicamentos a través de la producción de editoriales que escriben expertos que reciben financiamiento de la industria. Uno de los objetivos de su trabajo es oponerse a la legislación que permitiría la importación de medicamentos seguros y más baratos a EE UU. Las compañías farmacéuticas han logrado que el público crea que la venta de medicamentos falsificados y la crisis de opioides empeorarán si se aprueban leyes que permitan que los enfermos compren productos seguros, regulados y asequibles en el extranjero.
La industria farmacéutica quiere que creamos que todos los medicamentos importados son falsificados. El esfuerzo por atacar la importación de medicinas comenzó a principios de la década de 2000 para evitar que el creciente número de estadounidenses que compraban medicamentos en línea desde Canadá siguiera aumentando. En 2003, la cámara de la industria la Pharmaceutical Researchers and Manufacturers of America (PhRMA) comisionó grupos focales para entender cómo podían desacreditar la importación. Descubrieron que el temor del paciente a comprar una mala medicina en línea era un factor disuasivo mayor que el hecho de que la importación de medicinas fuera ilegal. Los anuncios comenzaron a aparecer en revistas populares para asustar sobre la importación.
De hecho, en 2005, PhRMA comisionó una novela en la que terroristas contaminaban la cadena canadiense de suministro de medicamentos para matar a estadounidenses en busca de mejores precios. El proyecto no llegó a término porque hubo un desacuerdo con el editor. Finalmente, se escribió una novela, The Karasik Conspiracy, pero con una compañía farmacéutica como el principal villano, la cual contaminó el suministro de medicamentos de Canadá y culpó a los terroristas musulmanes.
En un artículo de opinión reciente que surge directamente de esos grupos focales, Sally Pipes presidenta del Pacific Research Institute escribe: “Se estima que un millón de personas mueren cada año por medicamentos falsificados, muchos de los cuales provienen de Canadá”. Esta afirmación (sin ninguna fuente que lo respalde) conmociona la conciencia. De acuerdo con la OMS, las muertes por falsificaciones se producen casi exclusivamente en países de bajos ingresos y se estiman en decenas de miles o tal vez cientos de miles. Por otro lado, se han reportado cero muertes por personas que compran medicamentos en línea en farmacias con licencia en Canadá o en cualquier farmacia internacional que requiera una receta válida.
Vale la pena destacar quién apoya los esfuerzos de la Sra. Pipes. Su organización cuenta con el apoyo de empresas de la industria farmacéutica como Pfizer, PhRMA y Altria, así como de otros titanes corporativos como Koch Brothers, Chevron, AT&T y Exxon Mobil. Decida usted mismo si las declaraciones de la Sra. Pipes están libres de sesgo.
Hay organizaciones sin fines de lucro financiadas por compañías farmacéuticas específicamente dedicadas a la política pública sobre farmacias en línea, medicamentos falsificados e importación. Difunden desinformación. Por ejemplo, la Alianza para Farmacias en Línea Seguras (Alliance for Safe Online Pharmacies), fundada por Eli Lilly y la Asociación Nacional de Farmacias de Cadena promueven lo que dicen es un “hecho”- que una vez el grupo erróneamente atribuyó a la OMS- de que el 50% de los medicamentos comprados en línea en sitios web que ocultan sus direcciones son falsos. La OMS nunca realizó un estudio que produjera ese hallazgo ni nada parecido.
También está la Alianza para Medicamentos Seguros, que hasta hace unos años estuvo dirigida por un vicepresidente de PhRMA. En sus primeros años, la Alianza se centró en crear medios de comunicación e impulsar artículos de opinión para demostrar que la importación era una política peligrosa. Hoy en día, se enfoca en la crisis de salud pública que representa la adicción y sobredosis de opioides (una crisis que, según alegan múltiples juicios, fue creada por sus financiadores, las compañías farmacéuticas) que combinan la importación de medicamentos de venta con receta normales y no adictivos con las importaciones ilegales de opioides de China. Tal confusión ha llevado a la FDA a confiscar los pedidos de importación de medicamentos de venta con receta que hacen los pacientes.
Todos estos grupos y escritores de opinión pública financiados por las farmacéuticas ignoran la realidad de la importación personal segura de medicamentos, que sin duda ayuda a las personas a pagar los medicamentos. Una investigación revisada por pares del conservador American Enterprise Institute, muestra que las farmacias internacionales en línea verificadas por PharmacyChecker.com con sede en EE UU o que son miembros de la Canadian International Pharmacy Association son tan seguras como los medicamentos vendidos en EE UU, y mucho menos costosos.
También hay programas de importación de medicamentos para el uso personal de los auto asegurados y hay farmacias físicas en Florida a través de las cuales los estadounidenses pueden compran medicamentos en farmacias en otros países. Esos programas ahorran hasta cientos de millones de dólares cada año. Una redada de la FDA para desincentivar este proceso de importación para uso personal de medicamentos verificó la calidad de los medicamentos importados. Todos eras seguros y estaban etiquetados correctamente.
Por mi parte, no creo que la importación de medicamentos sea la respuesta a los altos precios de los medicamentos. Sin embargo, es una pieza del rompecabezas de la que los enfermos pueden ahora beneficiarse. No podemos permitir que la industria farmacéutica continúe su propaganda sin control contra la importación segura y basada en evidencia de medicamentos más baratos de farmacias en línea. Hay que desafiar a la industria farmacéutica, y los cómplices que la industria farmacéutica está utilizando para difundir su propaganda para que los estadounidenses puedan finalmente disfrutar del alivio del precio de los medicamentos que necesitan.