Prescripción
Incremento pronunciado en la prescripción de benzodiazepinas por los médicos de atención primaria (Steep climb in benzodiazepine prescribing by primary care doctors)
Rhitu Chatterjee
National Public Radio, 25 de enero 2019
https://www.npr.org/sections/health-shots/2019/01/25/688287824/steep-climb-in-benzodiazepine-prescribing-by-primary-care-doctors
Traducido por Salud y Fármacos
El clonazepam y el diazepam son benzodiazepinas; se conocen más por las marcas Klonopin y Valium. Esta clase de medicamentos también incluye al Ativan, Librium y Halcion.
Según un estudio publicado el viernes, el porcentaje de visitas médicas ambulatorias en las que se prescribió una benzodiazepina se duplicó entre 2003 y 2015. Y aproximadamente la mitad de esas recetas provinieron de médicos de atención primaria.
Esta clase de medicamentos incluye los medicamentos de uso frecuente Valium, Ativan y Xanax. Si bien las benzodiacepinas se prescriben principalmente para tratar la ansiedad, el insomnio y las convulsiones, el estudio encontró que el mayor aumento de las recetas durante este período fue para el dolor de espalda y otros tipos de dolor crónico. Los hallazgos aparecen en línea, en JAMA Network Open.
Y mientras, según los médicos, las benzodiazepinas se deben usar a corto plazo, el nuevo estudio encontró que el uso a largo plazo de estos medicamentos también ha aumentado. Entre 2005 y 2015, las recetas subsecuentes aumentaron en un 50%.
El uso prolongado de estos medicamentos puede causar dependencia física, adicción y muerte por sobredosis.
“No creo que la gente se dé cuenta de que las benzodiacepinas comparten muchas características con los opioides”, dice el Dr. Sumit Agarwal, médico internista, de atención primaria e investigador del Hospital Brigham and Women’s en Boston, y uno de los autores del nuevo estudio.
“Son adictivos”, dice. “Te fuerzan a respirar más lentamente; te alteran el estado mental. Y luego, eventualmente, pueden causar una sobredosis y muerte”.
Estudios previos han demostrado un aumento casi ocho veces superior en las tasas de mortalidad por sobredosis con benzodiazepinas: de 0,6 en 100.000 personas en 1999 a 4,4 en 2016.
“Eso es alrededor de 10,000 a 12,000 muertes a manos de las benzodiazepinas”, dice Agarwal. “Este aumento está ocurriendo silenciosamente, fuera del ojo público”.
Y según un informe reciente del CDC, la tasa de mortalidad por sobredosis de benzodiacepinas para mujeres entre 30 y 64 años aumentó en un 830% entre 1996 y 2017.
“Es más probable que se receten estos medicamentos a las mujeres “, dice Agarwal. “Es más probable que las mujeres acudan a la clínica para recibir tratamiento por ansiedad y depresión, y las benzodiazepinas son una clase de medicamentos a los que recurrimos”.
“El estudio destaca que tenemos un problema muy serio con las benzodiacepinas”, dice Anna Lembke, profesora asociada de psiquiatría y directora médica de medicina de adicciones en la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford. Ella no estuvo involucrada en el estudio reciente.
“Me preocupa que nuestro interés en los opioides haya ocultado un problema relacionado, el de las benzodiazepinas, esa es nuestra próxima frontera”, dice la Dra. Joanna Starrels, profesora asociada del departamento de medicina de la Facultad de Medicina Albert Einstein. Si bien no participó en este estudio, es coautora de un estudio de 2016 que encontró un aumento en las tasas de prescripción y muertes por sobredosis con estos medicamentos entre 1996 y 2013.
Lembke señala que el mayor aumento en las visitas ambulatorias que ocasionaron las recetas de benzodiazepinas provino de médicos de atención primaria y no de psiquiatras.
“Creo que el gran mensaje aquí es que en los médicos de atención primaria recae la carga de tratar, no solo el dolor crónico y prescripción de opioides, sino también las prescripciones de benzodiazepinas”, dice ella.
Las tendencias, agrega, reflejan “la increíble carga de trabajo que tienen los médicos de atención primaria, a quienes se les otorga poco tiempo o recursos” para manejar un gran volumen de pacientes con dolor y condiciones complejas.
“Eso es en parte lo que nos llevó a la epidemia de opioides en primer lugar”, señala Lembke.
“En términos generales, los médicos de atención primaria no han recibido la capacitación necesaria para recetar medicamentos que tienen un riesgo tan alto de adicción o sobredosis”, dice Starrels.
“Los médicos de atención primaria”, dice ella, “son los proveedores de primera línea”. Y en muchos entornos, particularmente en las áreas rurales, pueden ser los únicos proveedores. Así que terminan teniendo que tratar enfermedades que deberían tratar los especialistas, como el dolor crónico, la adicción y la ansiedad “.
Dado el aumento en las prescripciones de benzodiazepinas para el dolor de espalda y el dolor crónico, “puede ser que las benzodiazepinas estén tomando el lugar de los opioides”, dice Lembke.
Sin embargo, Starrels advierte que el nuevo estudio no pudo determinar si a los pacientes tratados por dolor de espalda o crónico se les prescribió una benzodiazepina para su dolor. También es posible que les hayan recetado estos medicamentos para la ansiedad o el insomnio, además de recibir tratamiento para el dolor.
El nuevo estudio también encontró que la prescripción simultánea de benzodiazepinas y opioides ha aumentado durante este período. Pero eso no es necesariamente malo, dice Lembke.
“Lo que no queremos que hagan los médicos es dejar a los pacientes sin opioides”, dice. “Eso no correcto ni humana ni médicamente. Algunos de estas co-prescripción pueden deberse a que los médicos están poco a poco bajando las dosis para acabar eliminando las recetas de opioides”.
Pero co-prescribir estos dos tipos de medicamentos puede ser peligroso. “Ambos ralentizan el sistema nervioso central de forma complementaria [lo que] aumenta el riesgo de muertes por sobredosis”, dice Starrels. “Es peligroso, y generalmente se recomienda no prescribirlos juntos”.
En 2016, la FDA advirtió a los médicos sobre los peligros de recetar opioides y medicamentos para la ansiedad juntos.
Agarwal dice que la advertencia puede haber tenido un efecto positivo en las tasas de prescripción de estos medicamentos para la ansiedad. “Los datos del próximo par de años serán muy reveladores”, dice.
Starrels señala que no se ha demostrado que las benzodiacepinas sean efectivas para el dolor crónico. Y hay un tratamiento más eficaz para el insomnio, dice ella.
Por ejemplo, una forma de terapia de conversación ha demostrado ser uno de los tratamientos más efectivos para el insomnio. Y simplemente practicar una mejor higiene del sueño puede ayudar mucho, dice ella.
Los médicos que desean alejar a los pacientes del uso prolongado de benzodiacepinas deben hacerlo lentamente, advierte Starrels. “Tiene que ser un proceso lento y monitoreado médicamente a lo largo del tiempo”, dice, porque “la retirada repentina puede ser fatal”.
Ella dice que los médicos de atención primaria deben obtener mejores pautas para recetar estos medicamentos, al igual que existen pautas de los CDC para la prescripción de opioides.
“La gente comenzó a llamar a esto ‘nuestro otro problema de medicamentos recetados’: el primero son los opioides, pero este está volando bajo el radar”, dice Agarwal. “Sería fantástico si lo abordáramos antes de que se convierta en una epidemia, si es que todavía no la hay”.