Ética
Publicidad y Promoción
La comercialización de estimulantes para niños con Déficit de Atención por Hiperactividad (ADHD) (The marketing of stimulants for children with A.D.H.D.)
Perri Klass
The New York Times, 10 de febrero de 2020
https://www.nytimes.com/2020/02/10/well/family/the-marketing-of-stimulants-for-children-with-adhd.html?referringSource=articleShare
Traducido por Salud y Fármacos
Cada vez que escribo sobre el trastorno por déficit de atención por hiperactividad (ADHD), ya sea que esté escribiendo en general sobre las dificultades que enfrentan estos niños y sus familias o que discuta más específicamente los medicamentos, sé que algunos lectores me escribirán diciendo que el ADHD no es un problema real. Dicen que el creciente número de niños que toman medicamentos estimulantes para tratar problemas de atención son todos víctimas, a veces de la sociedad moderna y sus injustas expectativas, a veces de los médicos, y con mayor frecuencia de la rapaz industria farmacéutica.
Creo que ADHD es un diagnóstico válido, aunque debe hacerse con cuidado, y creo que algunos niños luchan con él poderosamente. Aunque los medicamentos no deberían ser ni el primer ni el único tratamiento utilizado, algunos niños encuentran que los estimulantes mejoran significativamente sus experiencias educativas y sus vidas.
El Dr. Mark Bertin, pediatra de desarrollo en Pleasantville, Nueva York, autor de “Mindful Parenting for ADHD“, dijo: “A nivel práctico, sabemos que si el ADHD se diagnostica correctamente, es real, y sabemos que si los medicamentos se usan adecuadamente, pueden ser seguros y efectivos”. La elección de usar medicamentos puede ser difícil para las familias, dijo, y se hace aún más difícil por “la percepción pública de que no son seguros o que cambian fundamentalmente a los niños”.
Le preocupa, dice, que el marketing sea realmente efectivo, y quiere mantenerlo “a distancia”, lejos de sus propias decisiones clínicas, impide la entrada de visitadores médicos a su oficina, no aceptar obsequios, pero reconoce que probablemente no es posible evitar por completo los efectos del marketing.
Aun así, dijo, cuando se trata de estimulantes, “la idea de que solo los estamos usando por influencia de la industria farmacéutica está totalmente fuera de lugar”, y puede dificultar las conversaciones con los padres sobre los posibles beneficios y daños de tratar a un niño en particular con un medicamento en particular. “En especial, cuando se trata de ADHD, es bastante difícil para las familias lidiar con el problema, sin todo el miedo y los juicios añadidos”.
Los estimulantes, dado que muchos pacientes los tomarán a diario durante años, si no décadas, son una categoría importante en el mercado pediátrico. Según datos de 2016 de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), 6,1 millones de niños habían sido diagnosticados con ADHD y 62% estaban tomando medicamentos.
En el pasado, los médicos hemos tendido a pensar en nosotros mismos somos inmunes al marketing, seguros en nuestra capacitación y nuestra ciencia. Y estudios repetidos han demostrado que esto no es cierto; recibir comidas gratis, por ejemplo, se ha demostrado que influye en la probabilidad de que los médicos receten algunos medicamentos de marca en lugar de genéricos (este estudio no hizo referencia específicamente a los estimulantes). Por eso las empresas gastan dinero en promoción, muestras y cenas.
El Dr. Scott Hadland, pediatra y especialista en adicciones del Centro Grayken para la Adicción del Centro Médico de Boston, publicó recientemente un estudio sobre marketing de estimulantes y descubrió que “los pediatras reciben una cantidad inmensa de marketing”, que la mayoría de las veces se describió como “marketing de alta frecuencia, y bajo costo en forma de alimentos o bebidas”.
Le preocupa que el marketing pueda estar contribuyendo a un problema de salud pública más grande, en el que se prescriben más estimulantes y algunos se usan indebidamente, ya sea por estudiantes de secundaria o especialmente por estudiantes universitarios.
“Hemos visto que el uso de medicamentos estimulantes se ha duplicado en la última década”, dijo Brian Piper, profesor asistente de neurociencia en la Facultad de Medicina Geisinger Commonwealth, que fue el primer autor de un estudio de 2018 sobre las tendencias en el uso de estimulantes en EE UU. “¿Cuánto de esto se debe a una ampliación de los criterios para diagnosticar ADHD, a que se diagnostica a más niñas, o a más adultos con ADHD?”
Su investigación también señala marcadas variaciones regionales en el uso de estimulantes. Se prescribe mucho menos en el oeste que en el este de EE UU. Los patrones de prescripción pueden verse afectados por la costumbre local, por las prácticas culturales y por muchos otros factores. Pero el marketing y los incentivos en forma de pagos o regalos a los proveedores definitivamente tienen un impacto, dijo. “Hay una gran cantidad de evidencia que sugiere que no hay un almuerzo gratis”.
El Dr. Piper instó a los pacientes, y a los padres a verificar, utilizando la base de datos del gobierno o a través de ProPublica, si un médico ha aceptado una compensación de US$10 o más de una compañía farmacéutica o fabricante de dispositivos médicos, y que traten el tema con sus médicos: “Si eligieron aceptar ese ‘almuerzo gratis’, deberían estar preparados para discutir con sus pacientes por qué lo hicieron”, dijo.
Los médicos que realmente prescriben deben sospesar no solo la posible influencia del marketing, sino también la ansiedad y el estigma especial que rodea a los estimulantes y los desafíos de las regulaciones de las compañías de seguros.
La Dra. Doris Greenberg, pediatra especializada en desarrollo que trabaja en Savannah, Ga., y es profesora clínica asociada de pediatría en la Facultad de Medicina de la Universidad de Mercer dijo que, aunque el desarrollo de medicamentos ha proporcionado una gama mucho más amplia de opciones, los médicos tienen pocas posibilidades de elegir el mejor medicamento por las restricciones que imponen por las compañías de seguros. “Pueden sacar mil medicamentos nuevos e innovadores y no podemos usarlos”, dijo. “Ahora nos enfrentamos a un número monumental de rechazos de las compañías de seguros”.
La Dra. Greenberg dijo que las compañías de seguros establecen reglas arbitrarias sobre quién puede tomar qué, y que ella pasa gran parte de su tiempo entregando justificaciones y reenviando solicitudes de autorización a los seguros, sin contar las llamadas telefónicas a “revisores” que no son de su especialidad, pero deben aprobar sus decisiones. (Recientemente, para obtener el permiso para recetar un estimulante a un paciente “Tuve que hablar con un cirujano ortopédico” dijo).
Y luego están los efectos del marketing dirigido al consumidor: “Tengo que pasar 10 o 15 minutos explicando a una familia por qué no voy a usar el medicamento que vieron en la televisión”, dijo la Dra. Greenberg. “Simplemente tratar un problema muy tratable se ha convertido en un lio tremendo”.
La Dra. Greenberg también citó los problemas con las versiones genéricas de algunos estimulantes. Como los estimulantes están diseñados para ayudar al niño a funcionar durante una parte del día, gran parte del desarrollo del fármaco se ha dedicado a elaborar formulaciones de liberación prolongada, que pueden ser diferentes de una preparación a otra. En particular, ha habido problemas con las versiones genéricas de Concerta, que pueden no liberar sus medicamentos de la misma manera que el original. “Hemos tenido que advertir a nuestros pacientes, advertir a las farmacias”, dijo la Dra. Greenberg.
Todo se resuelve con un diagnóstico cuidadoso, la consideración meticulosa de cuándo están indicados los medicamentos y de cuál es la medicación adecuada para cada paciente, a pesar de todos los demás factores.
“Como pediatra, creo que es importante que los pacientes que se puedan beneficiar de los estimulantes que estén tomando”, dijo el Dr. Hadland, y “como pediatra, quiero asegurarme de que solo recetamos estimulantes cuando estén indicados”.
Y debido al potencial uso indebido de estos medicamentos, dijo, es especialmente importante “estar atento y vigilar a nuestros pacientes de cerca cuando les prescribimos estimulantes para ADHD”.