Investigaciones
Revisión actualizada de finasterida, fármaco para la próstata y la pérdida de cabello (Propecia, Proscar) (Updated review of the hair loss and prostate drug finasteride [Propecia, Proscar])
Worst Pills Best Pills Newsletter, enero de 2020
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Traducido por Salud y Fármacos
En la década de 1990, la FDA aprobó dos dosis de finasterida para uso exclusivo de los hombres. Se trata de un medicamento de venta con receta que se administra por vía oral y pertenece a la clase de los inhibidores de la 5-alfa reductasa, que son los medicamentos que inhiben la formación de una forma potente de testosterona. La dosis alta (5 miligramos [mg]), que se vende bajo la marca Proscar, está aprobada para controlar la hiperplasia o agrandamiento prostático benigno sintomático (HPB), administrada sola, o en combinación con el alfabloqueante doxazosina (Cardura) para reducir el riesgo de progresión sintomática de esta afección [1].
La presentación de finasterida en dosis baja (1 mg), que se vende bajo la marca Propecia, está aprobada para la pérdida de cabello propia del género masculino [2]. Ninguna de las dosis del medicamento cuenta con permiso de comercialización para su uso en mujeres o niños. Ambas formas de dosificación se administran una vez al día.
Durante muchos años, Public Citizen’s Health Research Group ha clasificado ambos productos de finasterida como No usar [3] porque sus beneficios no superan sus efectos adversos. Sin embargo, este medicamento sigue estando entre los 100 más recetados en EE UU [4].
Pequeños beneficios
Los principales ensayos clínicos que respaldaron la aprobación inicial de finasterida mostraron que el fármaco mejoró algunos síntomas de la HPB (principalmente aumentando el chorro de la orina) en comparación con un placebo. Una revisión de 1993 realizada por el boletín independiente de seguridad de medicamentos Prescrire International, con base en Francia, caracterizó estos beneficios como “lentos” y de “eficacia clínica leve” [5]. La revisión también señaló, en ese momento, la falta de ensayos clínicos a largo plazo que compararan la finasterida con alfabloqueantes (como la doxazosina), que son los medicamentos de primera línea para la HPB.
Una revisión de 2010 realizada por Cochrane (una organización sin fines de lucro que se especializa en analizar evidencia de múltiples estudios) concluyó que la doxazosina mejora los síntomas de la HPB mejor que la finasterida a corto y largo plazo [6]. En particular, la doxazosina (y otros bloqueadores alfa) mejoran los síntomas de la HPB inmediatamente pues relajan los músculos lisos de la vejiga y la próstata, mientras que la finasterida generalmente demora en mejorar los síntomas de la HPB entre 6 y 12 meses [7].
Un ensayo de 2003 con un seguimiento promedio de 4,5 años encontró que tomar doxazosina o finasterida, así como tomarlos juntos (en combinación) mejora los síntomas de la HPB, pero solo su combinación disminuyó la progresión clínica del trastorno [8]. La revisión Cochrane de 2010 también mostró que la combinación de doxazosina y finasterida mejora los síntomas urinarios mejor que la doxazosina sola en los hombres con próstatas medianas o grandes, pero no lo logra en aquellos con próstatas pequeñas [9]. Sin embargo, la revisión encontró que esta combinación se asocia con más efectos adversos que tomar doxazosina sola.
Del mismo modo, los ensayos clínicos que respaldaron la aprobación de la finasterida para la pérdida de cabello con patrón masculino mostraron que, tras un año de tratamiento, aumentó el crecimiento del cabello en la mitad de los sujetos masculinos con grados de calvicie de patrón masculino de leve a moderado [10 ]. Sin embargo, el pelo que creció gracias al uso de finasterida se desprendió después de suspender el medicamento.
Múltiples riesgos graves
La finasterida se asocia con efectos adversos graves que no se conocieron hasta varios años después de su aprobación, lo que a lo largo de los años ha requerido la adición de múltiples advertencias al etiquetado del medicamento.
Un gran ensayo clínico financiado con fondos federales, llamado ensayo de prevención del cáncer de próstata, encontró que la finasterida aumenta el riesgo de cáncer de próstata de alto grado (aunque el medicamento redujo el riesgo de cáncer de próstata general) en comparación con el placebo [11]. Por lo tanto, una editorial que acompañaba un artículo en el New England Journal of Medicine (NEJM) de 2003 que resumía los resultados de ese ensayo argumentaba que la finasterida no debería usarse para la prevención del cáncer de próstata [12]. Los resultados de este ensayo también llevaron a la FDA a exigir que se agregara una advertencia al etiquetado/ficha técnica de todos los productos con finasterida para alertar sobre este mayor riesgo de cáncer de próstata de alto grado entre los usuarios del medicamento [13].
Un artículo que se publicó en el NEJM sobre los 18 años de seguimiento del ensayo de prevención del cáncer de próstata también documentó un mayor riesgo de cáncer de próstata de alto grado, sin diferencias en la supervivencia entre los usuarios de finasterida y los que recibieron un placebo [14]. Sin embargo, en 2019, un análisis de una gran base de datos del Departamento de Asuntos de Veteranos mostró que la finasterida se asoció con un diagnóstico tardío de cáncer de próstata y empeoró los resultados del cáncer de próstata entre los hombres que tomaron el medicamento al menos un año antes de ser diagnosticados con cáncer de próstata [15].
La evidencia del ensayo de prevención del cáncer de próstata y otros estudios poscomercialización también relacionan a la finasterida con efectos adversos de tipo sexual, incluyendo la disminución de la libido, la disfunción eréctil, la infertilidad y la reducción del volumen de eyaculación [16]. Los estudios poscomercialización muestran que estos efectos adversos sexuales persisten en algunos pacientes después de suspender la administración de finasterida [17, 18].
Un análisis que vinculó los datos del ensayo de prevención del cáncer de próstata con las facturas de Medicare mostró que las facturas por productos relacionados con la depresión eran un 10% superiores entre los usuarios de finasterida que entre los que recibieron un placebo [19].
La evidencia reciente de estudios poscomercialización y basados en población ha relacionado a la finasterida con pensamientos suicidas (ideación) [20, 21, 22], lo que a principios de 2018 llevó a los reguladores franceses de medicamentos a exigir que este efecto adverso se agregara al etiquetado/ficha técnica de la finasterida [23]. En contraste, la FDA no ha tomado, en el momento de esta publicación, una acción similar para advertir a los consumidores estadounidenses sobre este riesgo.
La finasterida también se ha relacionado con otros efectos adversos de tipo neuropsiquiátricos que aún no se han incluido en su etiquetado/ ficha técnica, como ansiedad, disminución de la concentración, problemas de memoria y procesos de pensamiento más lentos [24]. Estos efectos adversos pueden deberse a que el medicamento tiene efectos negativos en los niveles cerebrales de múltiples hormonas, incluyendo los derivados de la progesterona y el cortisol, que influyen en el estado de ánimo y la memoria.
Además, la finasterida puede causar otros efectos adversos de tipo físico, como discapacidad auditiva, aumento de los senos masculinos (ginecomastia), problemas metabólicos, debilidad muscular y erupción cutánea [25].
La persistencia de una combinación de los efectos adversos mentales, neurológicos, físicos y sexuales entre los pacientes que han tomado finasterida se conoce como síndrome post-finasterida [26]. Aunque esta condición aún no se reconoce oficialmente como problema médico, es un área que se está investigando.
Otros efectos adversos de la finasterida incluyen el angioedema (una reacción alérgica potencialmente mortal que puede causar hinchazón en la piel, labios, boca y garganta) [27], cáncer de mama masculino y fatiga crónica [28, 29]. Es importante destacar que la finasterida causa anormalidades en los genitales externos de los fetos masculinos cuando la madre ha estado expuesta al medicamento durante el embarazo [30].
Aunque la finasterida se aprobó hace más de dos décadas, su perfil de seguridad a largo plazo sigue siendo incompleto y se necesita más investigación para comprender sus efectos [31]. En la actualidad, los beneficios del medicamento para la HPB sintomática y la pérdida de cabello con patrón masculino aún no superan sus múltiples riesgos. Por lo tanto, seguimos recomendando en contra de su uso.
Lo que puede hacer
No tome finasterida por ningún motivo. Si usted es un hombre con síntomas mínimos de HPB, no requiere ningún tratamiento, sin importar el tamaño de su glándula prostática. Si tiene síntomas molestos de HPB su opción más segura es un alfabloqueante, como la doxazosina, alfuzosina (Uroxatral) o terazosina (solo genérico), incluso cuando su próstata está muy agrandada. Si actualmente está tomando finasterida para HPB, consulte con su médico acerca de cambiar a un alfabloqueante. Si tiene HPB sintomática grave, los procedimientos quirúrgicos también son una opción.
No tome finasterida para la caída del cabello. Una opción más segura para tratar la pérdida de cabello de patrón masculino y femenino es el medicamento tópico de venta libre minoxidil (Rogaine, Theroxidil).
Informe todos los eventos adversos graves relacionados con la finasterida o cualquier otro medicamento al programa de informes de eventos adversos de su jurisdicción.
Referencias