La administración de Biden, al diseñar su estrategia para reformar la política de atención médica, debe abordar la necesidad inherente de reformar la administración de medicamentos. Es hora de fortalecer la estrategia de atención médica asegurando que los pacientes comprendan sus medicamentos y puedan colaborar con su médico y con un farmacéutico clínico para asegurar que los medicamentos que les han recetado son los adecuados para ellos.
Con más de 10.000 medicamentos en el mercado, el uso apropiado, efectivo, seguro y preciso de los medicamentos y terapias genéticas es hoy más importante que nunca. Tener datos clínicos completos y precisos, a los que se pueda acceder de forma segura a través de sistemas tecnológicos de información en salud, son fundamentales para cambiar y reformar el uso de medicamentos en el lugar de atención médica. Los datos clínicos deben ser procesables y accesibles para todos los miembros del equipo de atención, y ese equipo debe incluir a un farmacéutico clínico. Sin una solución de tecnología de la información en salud adecuada, la gestión integral de los medicamentos (GIM) seguirá siendo un concepto de uso limitado, en lugar de estar ampliamente disponible para todos los estadounidenses.
La GIM (https://gtmr.org/what-is-the-comprehensive-medication-management-process/) se define como una solución de trabajo en equipo, por la que el paciente trabaja con un médico y un equipo de otros profesionales de atención médica, incluyendo un farmacéutico clínico. Este equipo interprofesional aprovecha la especialidad y la experiencia de cada miembro para lograr un uso optimizado de los medicamentos. Un registro completo de la información del paciente que incluya su historia clínica y de salud, los medicamentos y los hallazgos clínicos y diagnósticos sirve como guía para evaluar si se han cumplido los objetivos de la terapia del individuo.
Hoy en día, esta forma de identificar a la población, y de evaluar individualmente a los pacientes, monitoreando y corrigiendo la medicación solo ocurre en una escala muy pequeña, y no lo suficientemente amplia como para tener un impacto significativo. Los sistemas de tecnología de la información en salud actuales no permiten que todos los miembros del equipo accedan fácilmente a la información, ni ofrecen información sobre la población y los datos clínicos que se requieren en el lugar donde se presta la atención para determinar cuáles son los medicamentos correctos. Para optimizar el uso de medicamentos a través de la GIM, la industria de la salud, tanto en el sector público como en el privado debe adoptar, implementar y hacer cumplir los requisitos de intercambio de datos y presentación de informes.
Lograr que los datos clínicos habilitados por la tecnología estén disponibles a todo el equipo en el lugar de atención permite que los proveedores den pasos críticos en el proceso de GIM. Estos datos ayudan a los equipos a determinar qué pacientes no han logrado los objetivos clínicos de la terapia (o quiénes tienen problemas con la terapia con medicamentos), y permiten analizar los patrones de uso real de todos los medicamentos (por ejemplo, medicamentos recetados, de venta libre, suplementos y biológicos). Este acceso completo a los datos clínicos proporciona información a los equipos de atención al paciente para evaluar la medicación y lograr que se haga un uso seguro, eficaz y apropiado. Toda la información es importante para el éxito de GIM, incluyendo los diagnósticos, resultados de laboratorio, resultados de pruebas farmacogenómicas, notas clínicas o el estado del paciente.
Presiones pandémicas
Nuestro sobrecargado sistema de atención médica estadounidense está luchando contra el COVID-19 en todo el país; hay escasez de citas médicas, de salas de emergencia y de camas hospitalarias. Lamentablemente, los datos indican que una terapia inadecuada con medicamentos (uso indebido, infrautilización y uso excesivo) puede hacer que el tratamiento fracase, que aparezcan nuevos problemas médicos o ambos. Cada año, el uso subóptimo de medicamentos causa 275.000 muertes evitables y un gasto de US$528.400 millones en atención médica (Ann Pharmacother 2018; 52 [9]: 829-837). Los estudios muestran que GIM reduce la tensión en el sistema de atención médica, porque mejora los resultados clínicos y reduce las tasas de reingreso hospitalario. La tecnología de información en salud permite la GIM y fomenta un proceso de atención médica diseñado para identificar, administrar y resolver sistemáticamente los problemas de terapia con medicamentos a lo largo de todos los servicios de salud que recibe el paciente. Este proceso puede correlacionarse con los cambios en el estado de salud de los pacientes o los patrones de utilización de los servicios de atención médica, lo que demuestra la contribución y el valor de GIM para el sistema de atención médica a nivel nacional (J Am Coll Clin Pharm 2020; 3[6]:1028-1037).
Para lograr la reforma de la gestión de medicamentos, debe haber consenso entre los proveedores, los pagadores, los pacientes y los encargados de formular políticas. Nuestra organización, el Instituto GTMRx, desarrolló un plan titulado “El Plan para el Cambio de GTMRx” (https://gtmr.org/blueprint-full/ ). Se basa en cinco principios:
Abogamos por que la administración Biden respalde este plan para ofrecer un cambio de política centrado en la atención médica basada en el equipo y en la gestión adecuada de los medicamentos. Nuestro país está enfrentando una crisis tras otra: COVID-19, adicción a los opioides y el 27,2% de los adultos estadounidenses viven con múltiples problemas crónicos de salud (CDC Preventing Chronic Disease Research Brief. Vol. 17. 17 de septiembre de 2020). Ahora es el momento ideal para promover la colaboración multidisciplinaria y la reforma centrada en CMM para optimizar la atención al paciente.
Nota de Salud y Fármacos: GTMRx cuenta con 1300 miembros, incluyendo asociaciones de médicos, farmacéuticos, innovadores den tecnología de la investigación, empresas que producen medicamentos y pruebas diagnósticas, grupos de consumidores, empresarios, pagadores, y sistemas de salud. Es de esperar que sus afirmaciones se alineen con los intereses de estos grupos. Salud y Fármacos no ha hecho una evaluación independiente del uso de este tipo de tecnologías.