Resumen
Aportamos criterios éticos para determinar cuándo es justificable desde el punto de vista ético obligar al personal de salud a vacunarse.
Los criterios pertinentes son la utilidad de la vacuna para el personal de salud, la utilidad para los pacientes (tanto en términos de prevención de la transmisión de infecciones como de reducción de la escasez de personal) y la existencia de alternativas menos restrictivas que puedan lograr beneficios comparables.
Los profesionales de la salud tienen la obligación profesional de promover los intereses de los pacientes, por lo que, comparado con el resto de los ciudadanos, podrían tener que exponerse a mayores riesgos o ver vulnerada su autonomía. Por lo tanto, sostenemos que cuando los mandatos de vacunación se justifican, según estos criterios, no son injustamente discriminatorios y el nivel de coacción que implican es éticamente aceptable y, de hecho, comparable al que ya se acepta en los contratos de trabajo en el sector salud.
Tales mandatos podrían estar justificados incluso cuando no lo están para la población general. Nuestra conclusión es que, dada la evidencia actual, esos criterios éticos justifican los mandatos de vacunación contra la gripe, pero no la vacunación covid-19, para los trabajadores de la salud. Ampliamos nuestros argumentos a otras vacunas.