A continuación, resumimos una noticia publicada en Fierce Biotech [1] que afirma que casi todos los fármacos experimentales contra el dolor y la adicción que se han desarrollado durante los últimos cinco años han fracasado.
Un nuevo informe de la Organización para la Innovación Biotecnológica (Biotechnology Innovation Organization o BIO) [2] recoge la escasez de inversiones en nuevos fármacos no adictivos para aliviar el dolor y la adicción, a pesar de la evidente necesidad insatisfecha.
El número de programas de ensayos clínicos para fármacos contra el dolor se redujo en un 44% entre 2017 y 2022 (de 220 a 124). Solo el 0,7 % de los nuevos fármacos para el dolor avanzaron desde la fase 1 hasta su aprobación. Esta cifra contrasta con la tasa global del 6,5% para las terapias de todas las enfermedades.
Los únicos éxitos han sido para el tratamiento de la migraña, ya que en los últimos años se han comercializado varios tratamientos nuevos. Sin embargo, en los últimos cinco años no se ha aprobado ningún medicamento nuevo no adictivo para tratar el dolor crónico. En el caso de las adicciones, el número de terapias aumentó de 29 en 2017 a 39 ahora, pero la tasa de fracaso en los ensayos de Fase 2 durante los últimos cinco años.
Tanto para el dolor como para la adicción, la mayoría de las terapias en fase de desarrollo abordan objetivos ya conocidos, lo que significa que no hay mucha innovación en marcha.
Según los autores, la falta de inversión privada no se corresponde con la magnitud del problema en la sociedad. Sólo el 1,3% del capital riesgo, US$228 millones, se destinó a empresas dedicadas al dolor y la adicción en 2021. Mientras tanto, las empresas de oncología recaudaron US$9.700 millones.
BIO recomienda un entorno normativo y político sólido que estimule a las empresas a desarrollar nuevos medicamentos contra el dolor y la adicción.
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