En abril de 2023, mientras aumentaba el uso de la nitrofurantoína para tratar las infecciones de las vías urinarias debido a la resistencia bacteriana a otros antibióticos, la agencia reguladora británica (Agencia Reguladora de Medicamentos y Productos para el Cuidado de la Salud del Reino Unido, o MHRA, por sus siglas en inglés) publicó un recordatorio para los profesionales de la salud sobre el riesgo de efectos adversos pulmonares y hepáticos que acarrea este antibiótico [1].
Los daños hepáticos y pulmonares —asociados a un mecanismo inmunitario, y que, en ocasiones, pueden ser mortales— son efectos adversos conocidos de la nitrofurantoína, que se presentan principalmente cuando el tratamiento es prolongado. La aparición de estos trastornos suele ser gradual [2].
También se han notificado formas agudas de daño pulmonar o hepático después del tratamiento con nitrofurantoína durante algunos días [1].
Las formas agudas de daño pulmonar se manifiestan como fiebre, escalofríos, tos, dolor torácico, disnea, infiltración pulmonar, derrame pleural en la radiografía de tórax y eosinofilia. Un paciente murió por una insuficiencia respiratoria aguda que ocurrió después de 10 días de exposición a la nitrofurantoína [1]. Las manifestaciones del daño hepático agudo incluyen la coloración amarilla de la piel y de los ojos (ictericia), dolor en el hipocondrio derecho, orina de color oscuro, heces de color pálido y prurito, que sugiere colestasis [1,2].
En 2023, un equipo de EE UU publicó un caso clínico de una mujer de 24 años que fue hospitalizada con dolor epigástrico y vómitos al tercer día de tratamiento con nitrofurantoína en una dosis de 50 mg cada seis horas. Se observó hiperbilirrubinemia y niveles elevados de transaminasa hepática. Se descartaron otras causas de lesión hepática, como el consumo de alcohol, otros medicamentos hepatotóxicos, hepatitis viral o hepatitis autoinmune. Las pruebas de la función hepática habían sido normales una semana antes de la aparición de los trastornos. Las manifestaciones clínicas y de laboratorio remitieron pocos días después de suspender la nitrofurantoína [3].
La enfermedad pulmonar intersticial y la lesión hepática no son los únicos trastornos inmunitarios que provoca la nitrofurantoína. También se han notificado reacciones cutáneas, incluyendo síndrome de Stevens-Johnson; leucopenia; trombocitopenia; y nefritis intersticial [2].
En la práctica, incluso cuando el tratamiento con nitrofurantoína es corto, es importante recomendar a los pacientes que busquen ayuda médica si aparecen o empeoran los síntomas respiratorios, o si aparecen síntomas que sugieran una lesión hepática.
Referencias