Una organización internacional sin ánimo de lucro para fomentar el acceso y el uso adecuado de medicamentos entre la población hispano-parlante
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Resumen
Objetivos. La interrupción del tratamiento de la tuberculosis se asocia a malos resultados clínicos y a una mayor farmacorresistencia. Para abordar el tema, nos propusimos investigar las características, los predictores y las consecuencias de la interrupción del tratamiento.
Métodos. Realizamos un estudio de cohortes retrospectivo que cubrió 4 años (2018-2021) de registros de pacientes con TB en 10 clínicas de salud pública ubicadas en Sarawak, Malasia. Se seleccionaron pacientes adultos (≥18 años) con TB susceptible a los medicamentos. La interrupción del tratamiento se definió como ≥2 semanas de interrupción acumulada durante el trascurso del tratamiento. Para analizar los datos se utilizaron las pruebas de Chi-cuadrado, U de Mann-Whitney, Kaplan-Meier y regresión de riesgos proporcionales de Cox, considerándose estadísticamente significativa una p < 0,05.
Resultados. De 2953 pacientes elegibles, 475 (16,1%) interrumpieron el tratamiento antituberculoso. Las interrupciones fueron más frecuentes durante la fase intensiva (46,9%, n = 223), con el mayor riesgo durante las primeras cuatro semanas de tratamiento. La mediana del tiempo transcurrido hasta la interrupción fue de dos semanas en la fase intensiva y la probabilidad acumulada de interrupción al final de la fase intensiva fue del 12,9%. Cabe destacar que 144 pacientes (30,3%) interrumpieron el tratamiento tanto en la fase intensiva como en la de continuación, mientras que los 108 restantes (22,7%) sólo lo interrumpieron en la fase de continuación, con una mediana de tiempo transcurrido hasta la interrupción de 16 semanas.
Se identificaron tres factores predictivos que aumentaban el riesgo de interrupción del tratamiento: reacciones adversas a fármacos (aHR = 8,53; Cl del 95%: 6,73-10,82), tabaquismo (aHR = 2,67; Cl del 95%: 2,03-3,53) y consumo de drogas ilegales (aHR = 1,88; Cl del 95%: 1,03-3,45). Por el contrario, la diabetes subyacente se asoció con una menor probabilidad de interrupción del tratamiento (aHR = 0,72; 95% Cl: 0,58-0,90).
La interrupción del tratamiento dio lugar a diferencias significativas en cuanto a reinicios del tratamiento (62,3% frente a 0,7%), cambios en la medicación (47,8% frente a 4,9%), duración prolongada del tratamiento (247 días [IQR = 105] frente a 194 días [IQR = 44,3]) y resultados satisfactorios más bajos (86,5% frente a 99,9%).
Conclusión. Entender las características temporales, los factores predictivos y las consecuencias negativas de la interrupción del tratamiento puede orientar el desarrollo de estrategias oportunas para mitigar el problema.