Resumen y conclusiones
El sobrediagnóstico del TDAH en adultos y la promoción de tratamientos farmacológicos están impulsando una preocupante epidemia de prescripción de fármacos estimulantes y de atomoxetina.

El diagnóstico fiable es complejo y requiere documentar los síntomas de la infancia. Las escalas de valoración del TDAH no pueden reemplazar una evaluación clínica detallada.

La evidencia que emerge de los ensayos controlados aleatorizados sobre la eficacia y seguridad de los fármacos se deriva principalmente de estudios financiados por la industria, con una duración ≤ 12 semanas, que utilizaron escalas de síntomas subjetivos. Sabemos poco sobre los resultados funcionales importantes, como el éxito social y laboral y la salud general.

Las anfetaminas y el metilfenidato no mejoran ni normalizan la capacidad para aprender o aplicar conocimientos en la vida cotidiana.

Muchos adultos experimentan efectos adversos de los medicamentos para el TDAH. Los estimulantes pueden inducir tolerancia farmacológica, dependencia y problemas de abstinencia y abuso.

Si prescribe un tratamiento para el TDAH en adultos, realice un seguimiento de los pacientes en un plazo de 1 a 2 semanas para evaluar inicialmente la seguridad y la mejora de funciones importantes para su éxito en la vida familiar y laboral. Posteriormente, siga realizando evaluaciones periódicas.

La lisdexanfetamina (Vyvanse) es sustancialmente más cara que otros estimulantes, y no tiene ninguna ventaja demostrada.