Farmacia
Los farmacéuticos pueden prevenir la polifarmacia haciendo seis preguntas
Allison Gilchrist
Pharmacy Times, May 31, 2016
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Traducido por Salud y Fármacos
El uso innecesario o inadecuado de los medicamentos es un problema costoso y potencialmente mortal.
Como el modelo de atención a la salud se centra alrededor del diagnóstico y la prescripción de medicamentos, se presta poca atención a la necesidad de disminuir, reducir o interrumpir la terapia inadecuada. De hecho, pocas guías clínicas incluyen anular una prescripción de medicamentos, y esta omisión en el modelo de la medicina basada en la evidencia contribuye a que los prescriptores vacilen o sean renuentes a modificar las pautas de tratamiento que han establecido otros proveedores de servicios.
La polifarmacia resultante puede afectar de manera desproporcionada a los pacientes mayores, que en promedio a los 65 años están tomando cinco medicamentos y a los 85 toman siete, a menudo para tratar varias enfermedades crónicas diferentes.
Si no se anula una prescripción que se asocia o contribuye a efectos adversos puede tener graves consecuencias, explicó Thomas R. Clark, RPh, MHS, CGP, director ejecutivo de la Comisión para la Certificación en Farmacia Geriátrica, en una entrevista previa con Pharmacy Times.
Como regla general, “cuanta más medicación tome un paciente, mayor es el riesgo de reacciones adversas a los medicamentos y de interacciones”, dijo el Dr. Clark.
Sin importar la edad, los farmacéuticos deben hacerse las siguientes preguntas al hacer la reconciliación de medicamentos para evitar la polifarmacia.
1. ¿El paciente está utilizando los medicamentos para las indicaciones aprobadas por la FDA?
Una forma fácil de eliminar una medicación innecesaria es cuestionar una receta de uso fuera de etiqueta.
Por ejemplo, la naltrexona oral está aprobada para el tratamiento de la dependencia al alcohol y los opiáceos, pero la evidencia preliminar sugiere que podría ser beneficiosa en el tratamiento de los trastornos del control de impulsos, como la cleptomanía, ludopatía compulsiva, o el estirarse el pelo compulsivamente. Otros usos fuera de etiqueta incluyen la prevención de la conducta autolesiva y el tratamiento de la fibromialgia. Sin embargo, los farmacéuticos deben saber que la información existente no es suficientemente convincente para justificar su uso para cualquiera de estas indicaciones.
En estas situaciones, los farmacéuticos deberían ponerse en contacto con el prescriptor porque algunas condiciones generan necesidades de atención complejas, pudiendo requerir la polifarmacia.
2. ¿Alguno de los medicamentos que toma el paciente interactúa con otros?
Es importante que los farmacéuticos y los prescriptores hagan un esfuerzo en reducir el número de medicamentos que toma un paciente para minimizar el riesgo de que interactúen con otros, produciendo efectos que pueden oscilar entre leves y mortales.
Se ha demostrado que los sustratos de la CYP3A4, por ejemplo, metabolizan y por lo tanto reducen el efecto de aproximadamente la mitad de los fármacos en el mercado. Este tipo de interacción de medicamentos puede ser más frecuente de lo que comúnmente se piensa, ya que el efecto reducido del fármaco puede atribuirse erróneamente a la falta de respuesta del paciente.
Además, los anticolinérgicos se identificaron en los criterios de Beers 2015 porque tomar más de un medicamento de esta clase, lo que también se conoce como carga anticolinérgica, se asocia a deterioro cognitivo.
Puede obtener una lista detallada de las 10 interacciones de medicamentos que el farmacéutico debe conocer en los siguientes enlaces http://www.pharmacytimes.com/publications/issue/2002/2002-11/2002-11-7010
3. El paciente ¿toma suplementos nutricionales?
El riesgo de polifarmacia va más allá de los medicamentos recetados.
Muchos pacientes creen que los suplementos nutricionales carecen de efectos adversos, por lo que las consecuencias de las posibles interacciones entre medicamentos y suplementos no son necesariamente bien comprendidas.
El paso más importante que los farmacéuticos y otros proveedores de servicios de salud pueden dar para tratar de limitar el número de interacciones adversas medicamento-suplemento es preguntar a los pacientes sobre todos los medicamentos que consumen. Los estudios han demostrado que si no se les pregunta directamente, los pacientes no suelen mencionar los suplementos ni las medicinas alternativas que consumen.
Las vitaminas A y E pueden producir interacciones graves, incluyendo un aumento del efecto anticoagulante y, por tanto, se deben monitorear de cerca cuando toman warfarina. Además, el magnesio puede disminuir la absorción de antibióticos y por lo tanto se debe consumir por separado, ya sea 2 horas antes o 6 horas después de tomar un antibiótico.
4. ¿Los efectos secundarios de los medicamentos son mayores que sus beneficios?
Para algunos pacientes, los efectos secundarios asociados a un medicamento en particular (o la polifarmacia en general) pueden no ser superiores a los beneficios esperados.
Un estudio de Kaiser Permanente encontró que los hombres que toman múltiples medicamentos son más propensos a sufrir disfunción eréctil severa (ED). Los fármacos más comúnmente asociados con la disfunción eréctil son los antihipertensivos, incluyendo los betabloqueantes, tiazidas y clonidina; los medicamentos psicogénicos, como los inhibidores selectivos de la recaptación selectiva de la serotonina, antidepresivos tricíclicos, litio e inhibidores de la monoaminooxidasa; y los medicamentos que interfieren con la testosterona.
En este enlace puede ver los efectos secundarios desagradables de algunos medicamentos http://www.pharmacytimes.com/contributor/alex-barker-pharmd/2016/03/10-disgusting-potential-drug-side-effects
5. ¿Se está siendo utilizado alguno de los medicamentos para tratar los efectos secundarios de otro?
Los adultos mayores suelen ser víctimas de la “cascada de la prescripción” que se produce cuando “nuevos síntomas acaban siendo tratados con un medicamento nuevo en lugar de suspender o cambiar el medicamento que está causando el síntoma”, explicó el Dr. Clark
Si un paciente está recibiendo un medicamento para tratar la náusea inducida por la medicación, por ejemplo, los farmacéuticos pueden ofrecer recomendaciones simples que pueden reducir las náuseas y permitir que el paciente tome un medicamento menos. A menos que un medicamento tenga que consumirse con el estómago vacío, se puede aconsejar que los pacientes tomen sus medicamentos con los alimentos. La hora del día en que toma un medicamento también puede ser una consideración importante para prevenir las náuseas causadas por los mareos.
Mientras tanto, la polifarmacia adyuvante es muy común en la medicina psiquiátrica, por ejemplo la trazodona a menudo se prescribe para contrarrestar el insomnio producido por el bupropión.
6. ¿Alguna de las condiciones del paciente puede tratarse sin medicamentos?
A veces, el medicamento recetado no es la única opción para tratar una determinada enfermedad.
Por ejemplo, hay una serie de opciones de autotratamiento no farmacológico para la acidez estomacal que los pacientes pueden probar. Elevar la cabecera de la cama, bajar de peso, y evitar comer tarde en la noche son medidas basadas en evidencia que logran mejorías clínicas.
Para las alergias, los pacientes también pueden probar las estrategias no farmacológicas que reducen su exposición al alérgeno, como minimizar la exposición al polen o moho manteniendo las ventanas y las puertas cerradas durante la temporada de polen y limitando el tiempo que pasan al aire libre durante las horas en que hay mayor carga de polen, en el lugar de usar antihistamínicos o corticosteroides inhalados