Precios
En el mundo, el “modelo Farmacity” distorsiona el acceso y el precio de los medicamentos
Mirada Profesional, 11 de julio de 2018
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Un reciente estudio en EE UU marca que el precio de los tratamientos varias entre ciudades, incluso los genéricos. Lo mismo sucede en Chile, donde los mostradores independientes venden más barato los tratamientos. Muchas cadenas como la firma de Mario Quintana terminan distorsionando el mercado, y entorpeciendo el acceso universal a los fármacos. Un mal ejemplo a estudiar a la hora de pensar qué puede pasar con el desembarco en la Provincia.
En plena batalla por impedir que Farmacity desembarque en la provincia de Buenos Aires, los farmacéuticos tratar de desarmar los argumentos que suelen usar los promotores de la cadenera para justificar su ataque a la ley 10.606. Uno de los preferidos de quienes promueven el modelo de negocios de la firma es el de la competencia, y la posibilidad que ese nuevo escenario baje los precios de los tratamientos. Pero lejos de acercarse a la realidad, los datos que surgen de estudios de países que liberalizaron el modelo, apostando a la “farma shopping”, sugieren lo contrario. El caso chileno, que tuvo que afrontar un escándalo por colusión del valor de los medicamentos en 2008 y 2009 parece el más claro. Pero hay más. En estos días, un estudio realizado en EE UU detectó valores distintos de genéricos en diversas ciudades. Además de razones geográficas, el trabajo marcó el impacto que genera el modelo de cadenas en el precio final de los fármacos. De esta forma, queda claro que desregular la instalación de farmacias no sólo no garantiza una mayor competencia, sino que deja indefenso a los pacientes, que pasan a la categoría de clientes, y quedan expuestos a las frías leyes del mercado.
GoodRx es un sitio dedicado al control del precio de los medicamentos en EE UU. Hace unos días publicó un informe donde comparó ciertos de tratamientos, y determinó que sus precios “varían ampliamente” según la ciudad en la que se venden, o la cadena donde se encuentran.
El estudio, publicado por el sitio web de The New York Times, examinó 500 medicamentos de uso común en 30 ciudades de ese país, y pone de relieve “cuán impredecibles pueden ser los precios de los medicamentos”. “El costo de medicamentos comunes como la versión genérica del medicamento para el colesterol Zocor, o el medicamento para la diabetes metformina, difieren significativamente de costa a costa”, remarcó la nota del periódico norteamericano. Si bien se aclaró que algunas disparidades “resultan de un costo de vida más alto” según las ciudades, los precios “pueden variar ampliamente incluso entre ciudades similares en el mismo estado: los precios de las farmacias de Cleveland eran 2,5 por ciento más altos que el promedio nacional, mientras que no muy lejos, Columbus tenía precios que estaban casi un 22 por ciento por debajo del promedio”.
Estos vaivenes tienen como eje el modelo de gestión de medicamentos, que impera en el país del norte. En este sentido, Thomas Goetz, el jefe de investigación de GoodRx, dijo que es probable que” muchos factores juegan un papel, como la prevalencia en algunas áreas de las tiendas de grandes superficies como WalMart y Costco, que venden medicamentos genéricos a precios baratos”. “Los fabricantes de medicamentos genéricos a menudo cobran precios diferentes por versiones del mismo medicamento, y las farmacias pueden marcar el medicamento de varias maneras”, agregan. “Es una indicación más de lo absurdos que pueden ser los precios de los medicamentos, y lo importante que es estar atentos a lo que le piden que pague”, dijo Goetz.
De esta forma, el modelo de gestión de las cadenas de farmacias no garantiza ni los precios más bajos ni una mayor competencia. Otro ejemplo de esto se da en Chile, que hace una década pelea contra la colusión de medicamentos. En el país vecino, las tres grandes cadenas pactaron una suba general de precios, que estafó en millones de dólares a la población, generó un juicio histórico y llevó al banquillo a directivos de las farmacias. Ahora, la Asociación de Productores Locales (Chile) de Medicamentos de ese país asegura que las farmacias independientes “son más baratas que las grandes cadenas”, y en algunos productos tienen valores hasta 48 por ciento más económicos.
Las diferencias se explicarían por los menores costos de operación que tienen los recintos más pequeños, según publica hoy el diario chileno El Mercurio. Según el análisis de esta entidad, las farmacias independientes “son las que ofrecen los precios más bajos”. José Luis Cárdenas, presidente de la asociación que agrupa a laboratorios como Andrómaco, Bagó y Laboratorio Chile, asegura que “la tendencia es bastante constante, y es que la farmacia independiente sale más barata que las grandes cadenas”.
Estos dos ejemplos sirven para pensar como la llegada de Farmacity impactará en el mercado farmacéutico bonaerense y de todo el país. Ni menores precios ni mayor acceso aparecen en el horizonte, que para nada significan mejoras para el paciente. Los argumentos que desde el sentido común se intentan imponer –como la editorial de La Nación de la semana pasada –se desarman cuando se ven los ejemplos mundiales de donde el modelo anglosajón se impuso. Los negocios cruzados entre los laboratorios y las cadeneras hacen que en la mayoría de los países se detectan problemas para evitar los abusos. En materia de salud pública, esas distorsiones la pagan los pacientes, con los peligros que eso lleva.