Precauciones
VIH. Medicamentos populares contra el VIH hacen que algunas mujeres ganen “en 2 años el peso que habrían aumentado en 10” (Popular anti-HIV drugs result in ‘10 years of weight gain in 2 years’ for some women)
Jon Cohen
Sciencemag, 7 de agosto de 2019
https://www.sciencemag.org/news/2019/08/popular-anti-hiv-drugs-result-10-years-weight-gain-2-years-some-women?utm_campaign=news_weekly_2019-08-09&et_rid=295682493&et_cid=2939944
Traducido por Salud y Fármacos
Un ensayo clínico sudafricano que comparó varias combinaciones de medicamentos contra el VIH ha relacionado dos antirretrovirales (ARV) de uso frecuente con un gran aumento de peso en las mujeres, un promedio de 5 kilogramos por año. Este inesperado aumento de peso, que fue mucho menos pronunciado en los participantes masculinos, ha ocasionado que los investigadores revisen los datos del ensayo para comprender mejor por qué los medicamentos hicieron que las personas aumentaran de peso. Lo que esto significa para los pacientes que no participaron en el ensayo no está claro, pero algunos médicos dicen que serán más cautelosos al recetar la combinación, que aún no está disponible en Sudáfrica, pero es un tratamiento de primera línea en EE UU.
“Algunas de las personas han aumentado tanto de peso que los médicos, al entrar en la sala de espera, ni siquiera han reconocido a sus pacientes”, dice Andrew Hill, un estadístico de la Universidad de Liverpool en Reino Unido, y uno de los autores principales del estudio. “La preocupación que tenemos es que no hay signos de estabilización [del aumento de peso], y no sabemos dónde va a terminar”.
Las preocupaciones sobre el aumento de peso se han relacionado con muchos ARV. Durante mucho tiempo ha sido difícil distinguir los efectos secundarios de los medicamentos del efecto de “recuperar la salud”, que muchas personas experimentan al recuperarse de las infecciones por VIH no controladas. El mayor aumento de peso con el tratamiento a menudo acompaña a la recuperación más dramática, y a menudo ocurre en las personas en que el VIH ha causado el mayor daño inmune y la mayor pérdida de peso.
El nuevo estudio, que se realizó en Johannesburgo, Sudáfrica, reclutó a poco más de 1.000 participantes infectados por el VIH: todos menos dos eran negros y el 59% eran mujeres. El estudio los asignó al azar a uno de los tres regímenes de tratamiento con tres ARV cada uno. Las mujeres del grupo que recibieron dolutegravir, emtricitabina (FTC) y tenofovir alafenamida (TAF) ganaron un promedio de 10 kilogramos durante 96 semanas, informaron investigadores en la Conferencia Internacional sobre el SIDA en la Ciudad de México el mes pasado. (Los resultados de 48 semanas de datos se publicaron el 24 de julio en The New England Journal of Medicine). “Eso equivale a 10 años de aumento de peso en 2 años”, dice Hill.
Los hombres que tomaron el mismo régimen de medicamentos, en contraste, ganaron 5 kilogramos después de 48 semanas y luego se estabilizaron. “Este fue un efecto secundario realmente inesperado”, dice Francois Venter, médico de la Universidad de Witwatersrand en Johannesburgo que dirigió el estudio.
Un segundo grupo reemplazó TAF con tenofovir, una formulación más antigua que requiere una dosificación mucho más alta y puede causar daño renal y pérdida ósea. El aumento de peso durante las 96 semanas fue modesto en ese grupo: 5 kilogramos en mujeres y 4 kilogramos en hombres. El tercer grupo utilizó el estándar de atención en Sudáfrica, que es tenofovir, FTC, y efavirenz. En ese grupo, las mujeres ganaron 3 kilogramos y los hombres perdieron 2 kilogramos después de 96 semanas. (La FTC no se consideró un factor en el aumento de peso porque se usó en los tres brazos del estudio).
Dolutegravir y TAF, que paralizan las diferentes enzimas que el VIH usa para copiarse a sí mismo, se consideran ARV de última generación y son tratamientos de primera línea en EE UU. En Sudáfrica, dolutegravir se usa ampliamente, pero TAF no. Venter dice que, a diferencia del tenofovir, el TAF no requiere un control costoso de la función renal.
Los nuevos hallazgos han causado una gran preocupación, incluso en EE UU, donde algunos médicos dicen que ahora serán cautelosos al recetar dolutegravir con TAF. “Necesitamos más datos sobre el problema del aumento de peso, dado el posible daño si al aumentar la obesidad aumenta el riesgo de otras enfermedades crónicas”, como diabetes, hipertensión y enfermedades cardíacas, dice Rebecca Zash, de Beth, especialista en VIH/ SIDA en Israel Deaconess Medical Center en Boston. Zash, quien también trabaja en Botswana, también dice que esto es especialmente cierto en lugares donde no hay infraestructura para tratar tales enfermedades.
Los investigadores están perplejos por lo que podría estar causando el aumento de peso, y no hay evidencia de que haya ocurrido en poblaciones femeninas fuera de África. En algunos estudios se ha demostrado que dolutegravir aumenta el apetito, pero en otros, el tenofovir se ha relacionado con la pérdida de peso. Una posibilidad, dicen los investigadores, es que el uso de TAF en lugar de tenofovir neutralizó el efecto contrario de dolutegravir.
Parte del aumento podría deberse al efecto de recuperar la salud, dicen representantes de los fabricantes de medicamentos, ViiV Healthcare de Londres y Gilead Sciences, Inc. de Foster City, California. Sin embargo, los voceros de ViiV y Gilead dijeron a Science que la alta incidencia de obesidad femenina en Sudáfrica dificultará la tarea de determinar cuánto del aumento de peso está relacionado con los medicamentos, en comparación con otras causas.
David Piontkowsky, quien dirige la investigación de Gilead sobre los medicamentos que ya están en el mercado, dice que otra “gran advertencia” es que el análisis a las 96 semanas incluyó solo al 25% de los participantes porque la mayoría no había recibido tantas semanas de tratamiento. “Es una imagen incompleta”, dice.
Venter dice que espera investigar el tipo de aumento de peso que experimentaron los pacientes. Por ejemplo, la grasa visceral (que se acumula alrededor de la sección media) está fuertemente asociada con problemas cardíacos y diabetes. Los investigadores analizarán la distribución de grasa a través de gammagrafías óseas, que el estudio ya ha realizado. Venter agrega que su equipo necesita datos a más largo plazo para evaluar los impactos sobre la presión arterial, y los niveles de lípidos y glucosa en la sangre.
Pero el aumento de peso, desde la perspectiva de los pacientes, no es necesariamente malo, dice Venter. Una encuesta de 51 mujeres que se habían incluido en el estudio encontró que el 84% estaba contenta con su peso adicional. Pero si el aumento de peso continúa y causa problemas de salud, señala, esta percepción bien podría cambiar.