Ética
Tanto si la vacuna contra el coronavirus desarrollada por Moderna tiene éxito como si no, los ejecutivos de la pequeña empresa de biotecnología ya han ganado decenas de millones de dólares vendiendo sus acciones. NPR ha analizado las divulgaciones oficiales de la compañía, y ha detectado irregularidades y posibles señales de alarma.
“En una escala del uno al 10, siendo uno menos preocupado y 10 el más preocupado” Daniel Taylor, profesor asociado de contabilidad en Wharton School dijo “esto merece un 11”.
Taylor dijo que las prácticas de venta de acciones de Moderna parecen estar muy por fuera de la norma, y plantean dudas sobre los controles internos de la compañía para evitar el uso de información privilegiada.
Desde enero, el director ejecutivo Stéphane Bancel ha vendido aproximadamente US$40 millones de las acciones de Moderna que tenía en su poder o en fondos de inversión asociados; el director médico Tal Zaks ha vendido alrededor de US$60 millones; y el presidente Stephen Hoge ha vendido más de US$10 millones.
No hay evidencia clara que indique que los ejecutivos vendieron acciones utilizando información interna confidencial, lo que sería ilegal. Y mientras no se dediquen al tráfico de información privilegiada, los ejecutivos suelen tener libertad para vender las acciones de la empresa.
La información sobre las ventas de acciones empezó a surgir en mayo, después de que Moderna anunciara datos iniciales positivos del ensayo de la vacuna. En ese momento, el precio de las acciones de la compañía se disparó, y los informes oficiales documentaron como los ejecutivos cobraron millones de dólares por sus acciones.
“Siempre que las acciones se vendan después de que se haya hecho un anuncio público, y no antes, se puede concluir que responde a la prudencia del ejecutivo que tiene un patrimonio neto significativo inmovilizado en la empresa”, dijo Marc Fagel, un antiguo funcionario de la Comisión de Bolsa y Valores (SEC) que había sido responsable de hacer cumplir la normativa “Pero la conclusión del todo cierta”.
La vacuna de Moderna llegó rápidamente a un ensayo de fase 3, y se considera una candidata prometedora. Pero, de alguna manera, las ventas de acciones por parte de sus ejecutivos han eclipsado los avances de la empresa.
Los defensores han cuestionado si es apropiado que los ejecutivos obtengan ganancias privadas antes de comercializar una vacuna, especialmente cuando los contribuyentes estadounidenses han prometido contribuir aproximadamente US$2.500 millones en el desarrollo y la fabricación de la vacuna de esta empresa.
NPR analizó la información y esto es lo que encontró:
En una entrevista con NPR, Ray Jordan, Director de Asuntos Corporativos de Moderna, dijo que la compañía tiene políticas internas estrictas para prevenir el tráfico ilegal de información privilegiada. Por ejemplo, dijo Jordan, la compañía solo permite que los empleados realicen cambios en sus programas de venta de acciones cuando no tienen información confidencial privilegiada que podría afectar el precio de las acciones de la compañía.
En otros momentos, dijo Jordan, la compañía impone un período de bloqueo y los empleados no pueden cambiar esos planes. (La compañía se negó a proporcionar las fechas de esos períodos de bloqueo).
NPR preguntó a Jordan por qué los ejecutivos de Moderna modificaron sus planes 10b5-1 justo antes de que se hicieran anuncios importantes. Inicialmente, Jordan dijo por correo electrónico: “Creo que debe tener las fechas incorrectas”.
Luego, NPR proporcionó documentación sobre las fechas en que la compañía notificó oficialmente al gobierno, y Jordan no las cuestionó.
Posteriormente, Jordan dijo que a pesar de que varios ejecutivos de Moderna cambiaron sus planes 10b5-1 con un día hábil de diferencia respecto al momento en que se hicieron los anuncios, la compañía había establecido que cuando esos ejecutivos hicieron esos cambios no tenían “información que no fuera pública”, un término clave para el uso de información privilegiada.
“Las fechas en que estos planes 10b5-1 fueron registrados o enmendados reflejan oportunidades comerciales”, dijo Jordan más tarde en un comunicado, “lo que significa que las personas que participaron en estos planes y la Compañía no tenían información material, no pública, según una evaluación de los hechos disponibles en ese momento que realizó un asesor legal”.
Un portavoz de la SEC se negó a comentar para esta historia.
De ser relativamente desconocida a convertirse en una pieza clave en la carrera por la vacuna
Moderna, con una sede en Cambridge, Massachusetts, se fundó en 2010 y utiliza una tecnología llamada ARN mensajero (o ARNm) para desarrollar vacunas y terapias. La tecnología ARNm se ha considerado muy innovadora, pero en gran medida sigue sin estar probada. La empresa nunca ha lanzado un producto al mercado. A principios de enero, Moderna se cotizaba a menos de US$20 por acción y estaba valorada en alrededor de US$6.000 millones.
Luego Moderna anunció que había comenzado a colaborar con científicos del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas, que dirige el Dr. Anthony Fauci, en una vacuna contra el coronavirus.
En abril, el gobierno había comprometido US$500 millones para la vacuna de Moderna, como parte de la Operación Warp Speed.
Desde entonces, el precio de las acciones de la empresa se ha disparado. Los comunicados de prensa que sugerían noticias positivas de los ensayos científicos o que anunciaban compromisos adicionales de financiamiento por parte de los contribuyentes hicieron que el precio de las acciones llegara a alrededor de US$95, antes de caer a entre US$60 y US$70 en los últimos meses. La compañía ahora está valorada en alrededor de US$25.000 millones.
Como resultado, las acciones de los ejecutivos de Moderna de repente aumentaron mucho de valor. Y esos ejecutivos, según documentos entregados a la SEC, al vender las acciones han cobrado decenas de millones de dólares.
En mayo, esas ventas provocaron una ola de críticas en la prensa crítica y cuestionamientos por parte del principal regulador de Wall Street. “¿Por qué querrías siquiera inducir a que se cuestione si estás haciendo algo inapropiado?” Clayton, presidente de la SEC, preguntó en respuesta a una pregunta de CNBC.
La mala prensa y los comentarios críticos no disuadieron las ventas. NPR descubrió que desde el 1 de junio los ejecutivos han vendido alrededor de US$90 millones en acciones.
Dinero público, ganancia privada
El gobierno de EE UU está haciendo apuestas financieras de gran cuantía a favor de varios candidatos a vacunas. Con toda probabilidad, solo algunos de esos candidatos se convertirán en vacunas suficientemente seguras y eficaces.
“Si la vacuna no funciona, se pierde mucho dinero”, dijo Fauci. “Pero creemos que esto es lo suficientemente grave como para que valga la pena correr ese riesgo financiero”.
Pero incluso si los contribuyentes pierden dinero apostando por Moderna, los ejecutivos de la compañía ya han ganado millones.
“Los de adentro están obteniendo muchas ganancias y en su mayoría lo hacen con nuestro dinero”, dijo Margarida Jorge, directora de campaña del grupo Lower Drug Prices Now (Baje los precios de los medicamentos ahora). “Estoy absolutamente a favor de distribuir dinero público para defender los intereses de la salud pública y el bien público. Pero la administración no se ha asegurado de que esta inversión vaya a beneficiar a personas reales”.
Moderna ha argumentado que la compañía estaba en condiciones de trabajar con el gobierno en una vacuna contra el coronavirus, gracias a que había pasado una década desarrollando su tecnología de ARNm con el apoyo de inversores privados.
“A lo largo de los años, la compañía se ha financiado con miles de millones de dólares de inversión privada”, dijo Zaks en el podcast Freakonomics en agosto. “Esos miles de millones generaron la oportunidad para que el gobierno de EE UU, a principios de este año, nos dijera: ‘Voy a agregar algo de dinero al bote para asegurarme de que esta vacuna se desarrolla correctamente”.
Plan de venta de acciones “Configúrelo y olvídese”
Moderna ha ofrecido otra defensa para esas ventas de acciones: las ventas, dicen los representantes y ejecutivos, se programaron con mucha anticipación y no se relacionaron con los anuncios que afectaron el mercado de la vacuna contra el coronavirus. NPR hizo un análisis de los registros financieros de la empresa que cuenta una historia más complicada.
Los planes de venta de acciones se conocen como planes 10b5-1. Si sus operaciones bursátiles están en piloto automático, la idea es que no se les puede acusar de abuso de información privilegiada. Pero estos planes de “configúrelo y olvídelo” deben adoptarse cuando los ejecutivos no tienen “información material no pública”, para usar el término legal.
En 2000, por ejemplo, Kenneth Lay, tenía un plan 10b5-1. Lay fue una figura central en uno de los mayores escándalos corporativos en la historia de EE UU, el colapso financiero de Enron. La SEC alegó que estableció su plan sabiendo que la compañía estaba en serios problemas. Y el plan no lo protegió y fue llevado a juicio.
No ha surgido nada que sugiera que las representaciones de Moderna sobre el desarrollo de su vacuna o las finanzas internas sean inexactas.
Pero las declaraciones de la empresa han generado dudas.
En julio, durante una entrevista con CNBC, Bancel su CEO dijo que él y otros ejecutivos establecieron sus planes 10b5-1 “hace mucho tiempo”, en diciembre de 2018, y “obviamente, cuando establecimos esos planes, ninguno de nosotros tenía idea de lo que iba a pasar en 2020”.
De hecho, según ha descubierto NPR, durante el 2020 los ejecutivos de Moderna, incluyendo el propio Bancel, implementaron nuevos planes o modificaron planes anteriores en múltiples oportunidades, y en torno a anuncios clave relacionados con la vacuna de la compañía.
Por ejemplo, el 21 de enero de 2020, el Dr. Tal Zaks, director médico, modificó su plan 10b5-1 (No está claro qué cambios hizo).
Luego, el 22 de enero, Moderna confirmó por primera vez que estaba trabajando con el gobierno en una vacuna contra el coronavirus. Al día siguiente, 23 de enero, la compañía anunció que había recibido fondos adicionales para apoyar el desarrollo de su vacuna contra el coronavirus.
NPR preguntó a Moderna si Zaks podría haber estado al tanto de la colaboración con el gobierno cuando cambió su plan de venta de acciones.
Jordan de Moderna a NPR que “No puedo hablar específicamente de lo que se sabía ese día en particular o de lo que no se sabía”. Pero dijo que el equipo legal de Moderna solo permite a los empleados cambiar sus planes 10b5-1 si no poseen información privilegiada que podría afectar el precio de las acciones de la compañía.
Más tarde, el viernes 13 de marzo, tres ejecutivos de Moderna adoptaron nuevos planes 10b5-1, según los registros revisados por NPR: Zaks, Juan Andrés que es el director de operaciones técnicas y calidad, y la entonces directora financiera, Lorence H. Kim. (Kim dejó la empresa en agosto de 2020).
El lunes 16 de marzo, un día hábil después, la compañía anunció que había administrado a un participante la primera dosis de su vacuna como parte de su ensayo de fase 1. El precio de la acción cerró ese día con un alza del 24% en comparación con el cierre del día anterior. Moderna estaba “contrarrestando la tendencia” del mercado en general, que estaba entrando en pánico por el temor al coronavirus, dijo un presentador de CNBC en ese momento.
Jordan dijo a NPR que, a pesar de la cercanía de las fechas, cuando los ejecutivos establecieron sus nuevos planes “según el equipo legal, no se habría conocido información material y no pública”.
“Toda empresa e individuo tiene derecho a la presunción de inocencia. Dicho esto, desde la perspectiva del público, este comportamiento de ventas parece muy problemático”, dijo Taylor de Wharton School, que fue el primero en señalar el momento en que se hicieron estos cambios a NPR.
“Si me pongo el sombrero de funcionario de la SEC que hace cumplir la ley, ciertamente me preguntaría, ‘¿Qué hizo que cambiaras el plan un viernes?'”, Dijo Kurt Wolfe, quien trabaja como abogado defensor en casos de valores para la firma Troutman Pepper. “No creo que sea una buena secuencia adecuada de eventos”.
El 21 de mayo, entre los anuncios de los principales hitos de los ensayos de la vacuna que se hicieron el 18 y el 29 de mayo, el director ejecutivo Bancel modificó y adoptó los planes 10b5-1. Y el 1 de junio, el presidente Hoge modificó su plan de ventas.
“Enmendar un plan de ventas después de un anuncio positivo, al igual que hacer transacciones después de un anuncio positivo, solo es problemático si el ejecutivo posee información material que en ese momento no es pública”, dijo Fagel. “Aunque el hacer varios cambios a un plan de ventas o hacer cambios en
momentos cuestionables restará valor a la defensa contra el abuso de información privilegiada”.
En agosto, Moderna pareció reconocer que los cambios de sus ejecutivos a los planes 10b5-1 habían generado una mala imagen.
La compañía anunció en una presentación a la SEC que “para evitar cualquier distracción mientras cumplimos con nuestra misión, todos los miembros de nuestro comité ejecutivo y de la junta directiva han acordado no establecer nuevos planes de ventas 10b5-1, ni agregar nuevas acciones a los planes existentes, ni realizar ventas adicionales no programadas de acciones de Moderna en el mercado abierto”, hasta que la compañía presente el permiso de comercialización de la vacuna a la FDA o suspenda el proyecto por completo.
“No asumimos ninguna obligación de actualizar o comentar más sobre este asunto”, indicó la presentación.
El momento de los cambios en las ventas de acciones preprogramadas plantea preguntas |
Vendiendo a cero
Usando estos planes 10b5-1, dos ejecutivos de Moderna, Zaks y Andres, vendieron todas las acciones que tenían de la compañía. La asesora legal, Lori Henderson ha vendido casi todas sus acciones.
De hecho, aproximadamente todas las semanas desde junio, Zaks ha ejercido opciones sobre sus acciones (es decir, compró acciones a un precio establecido por la compañía como parte de su compensación) y luego vendió inmediatamente todas sus acciones para obtener una ganancia significativa. El 24 de agosto, por ejemplo, Zaks ejerció opciones sobre acciones y compró 25.000 acciones a precios de ganga de entre US$12 y US$21. Luego vendió inmediatamente todas esas acciones por alrededor de US$65 por acción. Zaks obtuvo una ganancia de casi US$1,2 millones.
Las presentaciones a la SEC indican que estas transacciones se realizaron bajo el plan 10b5-1 que adoptó en marzo.
Vender tantas acciones también puede generar preocupación entre los inversores y el público, ¿por qué los líderes de la empresa venden ahora si esperan que su vacuna tenga éxito más adelante? Después de todo, una vacuna segura y eficaz podría hacer que las acciones de Moderna subieran mucho más.
“Quizás suscita preguntas sobre cuánto creen en la vacuna”, dijo Wolfe.
Muchas corporaciones alientan a sus empleados a mantener una cierta cantidad de capital en la empresa, para que tengan “la carne en el asador”.
Por supuesto, existen otros incentivos para que los empleados tengan éxito. “Claramente tienen su salario. Claramente tienen fama. Claramente tienen mucho capital humano invertido”, dijo Taylor. Y su vacuna podría salvar innumerables vidas.
Si la compañía desarrolla una vacuna segura y eficaz contra el coronavirus, y sus acciones siguen aumentando, entonces “estas transacciones serán agua bajo el puente”, dijo Fagel, ex funcionario de la SEC.
Pero, advierte Fagel, si la vacuna falla, tanto los reguladores de la SEC como los inversores enojados pueden exigir respuestas. En ese caso, dijo, “tanto el litigio colectivo como una investigación de la SEC parecerían inevitables”.
Nota de salud y Fármacos. Según el Boston Globe del 25 de octubre de 2020, los ejecutivos de Moderna no son los únicos que se han beneficiado de la venta de acciones. Desde marzo, los líderes de una docena de empresas han vendido más de US$1.300 millones en acciones, frente a solo US$74 millones en el mismo período el año pasado, según información compilada por Equilar, un proveedor de datos con sede en Redwood City, California, que ha analizado el Boston Globe.