A pesar de no haber cumplido el anterior “acuerdo no escrito” alcanzado el año pasado, ahora un grupo de laboratorios nacionales se comprometió con el Gobierno en que los aumentos de precios no excederán el índice inflacionario promedio en lo que resta del 2021.
Fuentes del sector farmacéutico apuntaron a BAE Negocios, que tras conversaciones con la secretaria de Comercio Interior, Paula Español, decidieron poner tomo tope la inflación mensual, cuando en los meses anteriores se observaron subas por arriba del IPC difundido por el INDEC.
Otros actores del sector como el directivo del Centro de Profesionales Farmacéuticos (Ceprofar), Rubén Sajem, informaron en línea con el compromiso citado que en el transcurso de agosto, los incrementos son del 3% promedio, con remarcaciones mayores en el segmento de venta libre que en recetados.
Luego de que finalizara un “acuerdo no escrito” para evitar subas en medicamentos esenciales, el Gobierno permitió a los laboratorios que los precios suban durante el segundo semestre del 2020, aunque debían hacerlo por debajo de la inflación como condición básica. Sin embargo, nunca el promedio estuvo siquiera en línea con la inflación sino siempre por encima como viene reflejando este medio mes a mes.
La industria farmacéutica argentina tiene una participación del 4,9% en el Producto Bruto Interno Industrial, da ocupación directa a 43.000 personas y en forma indirecta a otras 120.000, con 210 laboratorios y 190 plantas manufactureras de las cuales 160 son nacionales y 30 extranjeras, de acuerdo con datos proporcionados por CILFA.
Monitoreo gubernamental
“Hubo un monitoreo de los precios porque hubo cifras que llamaron poderosamente la atención. Existieron charlas entre la secretaria de Comercio Interior, Paula Español, y los laboratorios farmacéuticos y ello puede explicar que se nota una desaceleración”, relataron las fuentes consultadas.
Bajo la misma tendencia que durante todo el año, los precios de los medicamentos -tanto de venta libre como recetados- subieron en julio pasado por encima de la inflación, entre el 3% al 5%, con picos que treparon al 8%.
En el universo de medicamentos recetados, las variaciones de precios fueron del 4% promedio, y en cuanto al segmento de venta libre, osciló entre el 3% y 8%. Los incrementos alcanzaron a los antibióticos, ansiolíticos, sedantes, antiácidos, todos medicamentos recetados.
Asimismo, hubo aumentos fuertes en venta libre, mientras que en unidades las ventas se mantienen respecto del mes anterior como fue mayo, aunque con una facturación mayor por los incrementos. “En el universo que medimos, con picos que llegan al 8%, vemos el caso de marcas muy conocidas y de las categorías más comunes de consumo, lo cual es lamentable porque juega el marketing, la confianza de la gente y el aprovechamiento”, dijeron otras fuentes sectoriales.
De este modo, los incrementos en los primeros siete meses superan ya el 30%, dejando en claro que los laboratorios siguen presionando con mayores aumentos por encima de la inflación general difundida por el INDEC. “Viendo que se trata de marcas muy conocidas las que remarcan los precios constantemente, parece importante destacar el rol del PAMI (encabezado por Luana Volnovich), que está ampliando la entrega de medicamentos con el 100% de descuento», puntualizaron.
Sin embargo, desde el Ceprofar plantearon como “preocupante” la gran dispersión de hasta 300% entre marcas. En lo que respecta a la venta libre, “las subas pegan de lleno en estos productos sin descuentos que es lo más complica a la gente”, expresaron desde Ceprofar. En 2020, los precios de los medicamentos subieron un 40% en promedio en la Argentina, por encima de la inflación general, lo que marca el nivel de abusos por parte de los laboratorios.
Si bien los medicamentos más usados aumentaron 46,1%, para el resto del universo de remedios las subas rondan el 40%. En las farmacias también indicaron que hay una gran diferencia entre los precios de medicamentos de distintas marcas con el mismo principio activo. El costo oscila en antihipertensivos, tratamiento de enfermedades cardiovasculares, sedantes, entre otros, muchos de ellos necesarios para tratamientos de enfermedades crónicas.